Más de 300 familias de Novelda recurren a las ayudas sociales
Los españoles somos cada vez más pobres e incluso una parte considerable de la población vive por debajo del umbral de la pobreza, el menor nivel de renta de las familias ha sido la principal causa del empobrecimiento, así lo revelan los datos de la última Encuesta del (INE). La crisis económica – financiera y social, está dejando cifras devastadoras para la economía de los principales países de la Comunidad Económica Europea, y no hablemos ya de las economías más débiles de países del Tercer Mundo. En mayor o menor medida, la gran mayoría de los españoles se han visto afectados por esta complicada situación a la que los mandatarios políticos no encuentran solución. La tasa de desempleo en España ha escalado hasta situarse en el 22%, y 5 millones de desempleados. Estos niveles de paro en España solo se vivieron en 1.996 cuando el dato porcentual se situó en el 21,60 %. A nivel mundial, 100.000 personas mueren al día por hambre, y de los 7 mil millones de habitantes que tiene el planeta desde hace unos días, más de 1.000 millones viven actualmente en la pobreza extrema (menos de un euro al día) y la misma cifra de personas carecen de una vivienda mínimamente digna. Pero no es necesario irse muy lejos para encontrar a gente que lo está pasando mal o muy mal. Novelda vive en los últimos años una tasa de paro sin precedentes que se situó en el pasado mes de octubre en 3.285 personas, lo que supone un 12,15% de los 27.055 habitantes que tiene la ciudad. En el mes de marzo de este año, la cifra de desempleo llegó a rondar los 3.500 parados. La economía noveldense se ha visto especialmente dañada por el sector del mármol, uno de los principales ejes económicos de la población junto al cultivo de la uva de mesa, y uno de los más afectados por la crisis por su estrecha vinculación con la burbuja de la construcción. Por esta razón, muchos convecinos se ven obligados a acudir a organismos de caridad y a las ayudas estatales para poder sobrevivir en el día a día. Servicios Sociales de Novelda (en su vertiente de gestión de ayudas públicas), Cáritas San Roque y San Pedro y Cruz Roja, desempeñan en estos momentos un papel crucial para las más de 300 familias de Novelda que no pueden hacer frente a sus pagos ni a sus necesidades básicas, como la comida para alimentarse
Cáritas -San Roque y San Pedro
Cáritas Interparroquial nace con la vocación de ayudar a los más necesitados desde la Iglesia Católica. En un principio, Novelda contaba con un Cáritas común del que dependían las dos parroquias, pero hace algo más de 10 años se segregaron y nacieron Cáritas San Roque y Cáritas San Pedro. Cada uno abarca un sector de la ciudad, pero las ayudas son idénticas en ambos. Pilar Soriano es la coordinadora de San Roque. Lleva mucho tiempo dedicada a esta labor social, y por delante de ella han pasado innumerables casos –algunos más graves y otros menos- que la han fortalecido interiormente. Por su parte, la coordinación de Cáritas San Pedro recae en el párroco, Francisco Rayos, aunque delega en Mª Dolores Sala y Luis Sánchez Díez. Ellos son los encargados de valorar cada caso y decidir cuáles son las ayudas que corresponden a quiénes acuden a Cáritas.
Actualmente atienden una media de 40 personas semanalmente en cada una de las delegaciones, una cifra que, aseguran, ha cambiado mucho en los últimos años, sobre todo durante 2011. La razón, comentaba Pilar Soriano, puede ser que es ahora cuando la gente empieza a perder la prestación por desempleo y el subsidio de 426 euros del Gobierno Central. “Antes se apañaban con padres, abuelos, o demás familia, pero ahora ha nacido lo que nosotros denominamos nueva pobreza, es decir, gente que ha vivido bien y que ahora no tienen ingresos de ningún tipo”, apuntaba Soriano.
El perfil de la gente que pasa por Cáritas también es una novedad frente a años anteriores. Existen los casos crónicos, gente que lleva toda la vida acudiendo a Cáritas, pero últimamente –explican desde las dos delegaciones- abunda sobre todo gente joven, entre 30 y 40 años. Esta gente, como es comprensible, llega con un nudo en la garganta y con mucha vergüenza, ya que nunca han pasado por algo así. Pilar explicaba que la situación es muy dura. “Nosotros somos la Iglesia, y para nosotros es un deber ayudar a la gente. Nos preparamos constantemente para poder hacer este trabajo con talleres y charlas, aunque por muy preparados que estemos hay cosas que se nos escapan de las manos y no queremos que afecten a nuestra sensibilidad, pero a veces es imposible, nos llevamos el drama a nuestras casas”, lamentaba Soriano.
En Cáritas se establecen dos servicios principales, el ropero y los alimentos, pero en ocasiones también se hacen cargo del pago de facturas pendientes como luz, agua o gas e incluso los medicamentos… “Si les das la comida y no tienen gas, ¿para qué la quieren?”, se preguntaba Pilar. También están dando en los últimos meses muchas velas que sirven a la gente para iluminarse. Por otro lado, están gestionando unas becas patrocinadas por la CAM, destinadas al pago del comedor escolar de los niños de primaria. Pero lo que más pide la gente es el alimento. Estos alimentos provienen principalmente del Banco de Alimentos provincial, que aporta semestralmente un cargamento que en Cáritas se encargan de administrar. Y lo hacen muy bien. La bolsa que se reparte incluye: leche, cacao, aceite, galletas, fideos, arroz, pasta, caldo preparado, zumo y natillas. La población musulmana, curiosamente, rechaza el caldo preparado, ya que contiene pollo y no es compatible con su religión.
La financiación, por su parte, proviene de los socios de Cáritas –aunque no cubre ni el 5% de lo que necesitan-, unas colectas especiales de los domingos en la Parroquia –a las que la gente suele responder muy bien-, y el Ayuntamiento, a través de un convenio, que aporta 6.000 euros –aunque aún deben las subvenciones de 2010 y 2011-. En estos momentos, Cáritas San Roque se encuentra sin fondos debido a la falta de pago del consistorio.
Para poder recibir la ayuda de Cáritas es imprescindible estar en paro y no recibir ninguna ayuda. Aún así existen casos en los que, a pesar de recibir algún tipo de ayuda, necesitan de la caridad de este organismo. Pero, ¿tienen que demostrarlo de alguna manera? Pues no, en realidad Cáritas confía en la “conciencia de la gente”, algo que en ocasiones acaba en pillería, pero no es lo normal, según explicaba la coordinadora de Cáritas San Roque.
Pero después de todo, también hay hueco para el optimismo. Increíblemente, uno de los pensamientos que se escuchan en el despacho de Cáritas es que se va a salir de esa situación y que la van a superar. Algunos, incluso, han dejado de acudir allí, muestra de que han podido con su situación. “Las dificultades te fortalecen por otros sitios”.
Cáritas San Roque atiende los miércoles de 17 a 20 h, y Cáritas San Pedro lo hace los lunes por la mañana y por la tarde.
Servicios Sociales de Novelda
Situados en el edificio del TAPIS, los Servicios Sociales representan la parte institucional de las ayudas. Cuentan con el programa de Prestaciones Económicas Individualizadas, un programa a nivel económico regulado por una orden de Conselleria de Bienestar Social que regula las ayudas de necesidades básicas y las ayudas de emergencia. En ellas, se establece un tope en función de la declaración de la renta, establecido en torno a los 4.700 euros anuales, que se materializa entre 100 y 300 euros mensuales para cada familia, aunque depende de cada situación. Junto con las Prestaciones Económicas Individualizadas, existe la Renta Garantizada de Ciudadanía, que es una prestación más a largo plazo. Se puede pedir hasta un tope de 3 años renovable cada 6 meses.
Alrededor de 50 familias se benefician mensualmente de estas ayudas en Novelda, una cifra que nuevamente se ha visto aumentada significativamente en los últimos 3 años. Tanto ha sido así que, en los últimos dos años, se ha incluido una persona más en el departamento que se dedica exclusivamente a la atención para la gestión de las prestaciones económicas.
La gran mayoría de las personas que acuden a Servicios Sociales para solicitar estas ayudas son familias cuya situación ha venido empeorando en los últimos años porque pertenecían, mayoritariamente, al sector del mármol o la construcción, y han perdido sus trabajos y agotado las prestaciones del INEM. Otra pequeña bolsa de nuevos perfiles es el de empresarios que han perdido sus negocios y, al no poder obtener ninguna ayuda del INEM por ser autónomos, se derivan directamente a Servicios Sociales, según explicaba Mª Paz Payá, coordinadora de Servicios Sociales Novelda.
Su trabajo se hace vinculado estrechamente con Cruz Roja y Cáritas. Mantienen reuniones mensuales en las que ponen en común todos los casos. De esta forma, tanto Cruz Roja como Cáritas gestionan de forma urgente los casos que ellos no pueden por estar sujetos a unas órdenes reguladas por la Conselleria, que obliga a unos plazos determinados.
Ángela Boix y Alejandra Solano son las trabajadoras sociales encargadas de gestionar estas ayudas, con la supervisión de Mª Paz Payá. Las tres reconocían que, a veces, es muy duro trabajar a diario con este tipo de problemáticas, pero intentan que no afecte a su vida diaria. Para ellas, la gente sale del despacho del trabajador social con una nueva perspectiva de su situación actual, más fiel y real, guiados un poco más sobre lo que pueden y no pueden hacer. “Los casos menos frecuentes son los de gente que sale enfadada. Lo que más percibimos es el agradecimiento de la gente que entra en nuestros despachos”, reconocían.
Cruz Roja
La Asamblea Local de Cruz Roja ha demostrado en diferentes campos la labor importantísima que realizan de cara a la población. A través de su Programa de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social, que dirige Lorena Hernández, Cruz Roja Novelda atiende a un total de 353 familias en lo que llevamos de año. En total son 820 beneficiados. Estos datos incluyen a Monforte del Cid, La Romana y Agost. En Novelda se atienden, por tanto, a unas 300 familias que se han visto obligadas a acudir allí de una forma desesperada para salir adelante.
Cuentan con dos vías de acceso. La primera consiste en acudir directamente a las instalaciones de Cruz Roja en Novelda, situadas en el Centro de Emergencia, al lado del Campo Municipal «La Magdalena». Una vez allí activan el protocolo que tienen organizado, consistente en pedir una cita previa para acceder a una entrevista personal con las trabajadoras sociales de la entidad. Este protocolo está determinado por la dirección general de Cruz Roja. Exigen, además, que aporten una documentación que justifique su situación. Por ejemplo, certificados del SERVEF de desempleo, recibos de alquiler, préstamos bancarios, libros de familia, etc. La segunda vía de acceso es a través de la derivación, generalmente por parte de Servicios Sociales.
Aportan fundamentalmente alimentos que reciben del Plan de Ayudas de la Unión Europea. Estas aportaciones se realizan en dos fases. En la primera fase, Cruz Roja Novelda ha recibido cerca de 49.800 kilos de comida, pero aún sigue notando la falta de leche, un producto que escasea y que es de primera necesidad. Además, hacen campañas para recoger alimentos y fondos. Los alimentos, que se entregan a las familias una vez al mes, son no perecederos -arroz, pasta, harina, natillas, cacao, papilla de cereales, leche de continuación, quesos, caldo de pollo, crema de verduras, etc.-. Estos alimentos se entregan una vez al mes. Cuando hacen la entrevista personal, establecen una validez de tres meses, renovable tras una nueva entrevista personal.
Pero lo que más pide la gente en Cruz Roja es ayudas económicas para afrontar pagos como alquileres, recibos de luz, etc. Directamente no aportan estas ayudas, pero sí gestionan algunas subvenciones de carácter económico o estatal, como la subvención de IRPF o convenios que se firman con la Conselleria de Bienestar Social.
En el último periodo del año las reciben y las hacen llegar a los usuarios. Lo que pasa es que son muy limitadas, por lo que tienen que estudiar todos los casos y priorizar.
En gran medida, más del 50% de la gente que atienden son nuevos casos, es decir, gente que nunca ha tenido que acudir a Cruz Roja. Según explicaba Lorena Hernández, entre finales de 2009 y durante 2010, el número de usuarios creció notablemente, pero en el año 2011 es cuando realmente se ha notado una mayor afluencia de personas. Estas personas, por lo general, son familias jóvenes con hijos a su cargo o mujeres que tienen que cuidar solas a sus hijos. «Me he quedado sorprendida de la cantidad de familias numerosas que hay en Novelda con necesidad de recibir ayuda», apuntaba Hernández. Estas familias -recordaba la trabajadora social- son personas que, para nada, se corresponden con la idea errónea que tiene la gente sobre el pobre. No van vestidos con harapos ni viven en la calle. Son gente normal que tiene coche, casa y que pasean por la calle a nuestro lado.
Según la experiencia de Lorena, ahora se ha creado un nuevo problema a la hora de encontrar trabajo. Muchas de las familias que acuden a Cruz Roja, han sobrevivido antes con los trabajos temporales en la agricultura. Pero en estos momentos, las empresas agrícolas emplean solo a gente que ha trabajado en otras campañas o a sus propios familiares. Por esta razón, familias que llevaban años beneficiándose de estos trabajos temporales, ahora se han quedado fuera. Con todo, Cruz Roja cuenta con un Plan de Empleo. Todas las semanas recogen ofertas de empleo y los lunes elaboran un tablón de ofertas.
Cruz Roja cumple así con su fin social. Un fin con el que se puede contribuir a través de la casilla de «fines sociales» de la declaración de la renta.
Alonso Carrasco: «no pensaba que hubiera tantas familias con estas necesidades»
El edil de Servicios Sociales ha hecho una pequeña comparativa de la situación actual con la que se vivía hace 12 años. La afluencia de gente se ha triplicado en este tiempo, y el cambio se ha notado, sobre todo, en la demanda que realizan y en los perfiles de quiénes acuden a pedir ayuda.
En su primera legislatura como concejal de Servicios Sociales, los casos que se trataban en el edificio del TAPIS se referían sobre todo a vivienda o, puntualmente, a alimentos. Se trataba de otro perfil de familias muy distinto al que se ve ahora. En su gestión, Carrasco consiguió que se destinaran 6.000 euros del presupuesto municipal para Cáritas. De esta forma, derivaba a ellos los casos que no se podían tratar desde Servicios Sociales, tales como el pago de recibos de luz, agua o gas o la compra de alimentos.
Alonso Carrasco asegura que se sorprendió mucho al retomar su actividad en la concejalía de Servicios Sociales en esta nueva legislatura, tras cuatro años desvinculado de su trabajo. “No pensaba que en Novelda hubiera tantas familias con estas necesidades”, apuntaba Carrasco, quien ha establecido un día a la semana –los martes- para atender directamente a los usuarios que “sienten la necesidad de hablar directamente con el concejal”.
Ponemos cara a la crisis
Hemos hablado con una de esas cientos de personas que, en Novelda, ha tenido que recurrir a los organismos de caridad para sacar adelante a su familia. En este caso, ha encontrado ayuda en Cruz Roja. Por razones obvias, mantendremos su anonimato, pero nos quedamos con el fondo de esta gran historia.
Mar vive en Novelda desde hace 18. En el mes de junio empezó a recibir alimentos por parte de Cruz Roja. En un primer momento acudió a Servicios Sociales, pero las ayudas públicas tienen un proceso y ella necesitaba la ayuda de forma urgente. «Me ayudaron rapidísimo», repetía la entrevistada. Asegura que la rapidez es una de las virtudes de Cruz Roja, ya que el mismo día en que tuvo la entrevista personal con la trabajadora social, la llamaron para comunicarle que esa misma semana recibiría ya alimentos.
Su historia comienza cuando decidió vender el negocio del que era propietaria durante muchos años en Novelda. Con él tenía muchos problemas, por lo que decidió traspasarlo, y ahí empezó su pesadilla. Asegura que lo traspasó con la condición de cobrarlo en dos partes, pero la persona que lo compró la engañó. En total perdió 18 mil euros que la obligaron a buscar trabajo en una plantación de frutales en Villena. Allí tuvo un accidente laboral que derivó en una minusvalía inferior al 50% en la mano derecha, por lo que no le dan la incapacidad permanente ni ningún tipo de paga en la Seguridad Social.
Su familia está compuesta por sus dos hijos de 23 y 24 años, su ex marido enfermo -al que está cuidando- y ella misma. Su hijo mayor trabajaba en la industria del mármol, pero con la crisis ha perdido su trabajo. «De tener una buena posición económica, de un momento a otro se nos vino todo encima», se lamentaba Mar.
Su hija tenía hipoteca y tuvo que renunciar al piso. Su hijo también tiene una hipoteca, y ella otra. De momento están viviendo todos en su casa, pero no sabe hasta cuándo podrá continuar allí, ya que le han avisado que tendrá que abandonarla al no poder hacer frente a sus pagos. Ahora trabaja algunas horas en un almacén de uva, pero no entra ningún dinero más en casa. Por esta razón acudió a Cruz Roja. Para devolver un poco de lo que ha recibido, Mar ha decidido convertirse en voluntaria, un gesto que sus compañeros admiran profundamente. Pero, eso sí, y está muy segura de ello, aunque supere esta situación, seguirá siendo voluntaria de Cruz Roja.
Mar lo tiene claro: «Tengo mucha esperanza de mejorar porque toda mi vida he sido muy luchadora, pero más esperanza quiero yo para mis hijos».
También hay muchos jóvenes que tras haberse independizado han tenido que volver a sus casas después de perder la vivienda y el trabajo. La frase más utilizada entre estos jóvenes es “me da mucha vergüenza que mis padres me tengan que pagar la comida”.
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Pues a mi me duele en el alma, y más si la noticia que hay abajo en la portada habla del éxito de las jornadas de alta gastronomía, ¡que contraste más doloroso!
¡Qué vergüenza!
En fin, dar las gracias a Caritas y la Cruz Roja, a sus voluntarios, a esos que no viven ni ganan de estar ahí. Solo muestran su humanidad. Gracias.
Totalmente de acuerdo contigo, Olivares. Ante otras noticias la gente se vuelca a realizar los mil y un comentarios. Pero este tipo de noticia parece ser que nos sonroja.
Yo también quiero dar las gracias a la Cruz Roja y a los Servicios Sociales. Pero también a la Iglesia, a través de Cáritas, por la impresionante labor anónima y desinteresada que realizan. Muchas veces solemos criticar a la Iglesia por sus actitudes y posturas, pero hay que saber valorar su importantísima labor en otros campos.
Saludos.