1900 a 1930, de Rubén (Darío) a Miguel (Hernández)»
Hola, buenas tardes.
Es curioso, que estamos en el escenario ideal para hablar de esa época de principios del siglo XX, donde los sueños se hacían realidad … … precisamente para evadirse de esa misma realidad.
Esta casa fue un sueño de Antonia Navarro, una mujer de la época, progresista y abierta al mundo social y cultural y que supo emplear su riqueza de forma tan acertada que más de cien años después todavía estamos hablando desde su mejor sueño modernista … … Caja Mediterráneo, que hoy tengo el honor de representar aquí, ha sido capaz de mantener viva la llama de esta maravilla, para el disfrute de todo el pueblo.
Seguro que no es casualidad, mi amigo Antonio Redero, que yo siempre lo he visto como un caballero de otra época, de la época donde España mandaba en el mundo, ha hecho coincidir el seminario, la casa, Rubén Darío (maestro del modernismo literario) y nuestro querido y cercano poeta Miguel Hernández. Y seguro que Antonio lo ha hecho coincidir porque no hay nada mejor que ver las cosas bajo el prisma de la cultura y qué mejor exponente cultural que la poesía. Durante semanas se ha hablado aquí de economía, de política y sociedad y, por supuesto, de cultura; en una época tan decisiva como fue la de principios del siglo XX.
Los felices años veinte, muy parecidos a los felices primeros años del 2000 que acabamos de vivir … … ¡ y claro ¡ … … después de tanta felicidad, tanta acumulación y tanta borrachera de éxito … llegó lo que llegó … en aquella época con el derrumbe de la Bolsa de New York y ahora con el derrumbe de nuestro castillo de naipes, o mejor dicho, de ladrillos.
Tenemos que aprender de los errores, para en lo que queda del siglo XXI esquivemos las cosas que hemos hecho mal en el siglo pasado.
Este seminario es perfecto en tiempo y lugar para iniciar ese camino, aprovechemos las épocas de bonanza para desarrollar nuestro interior, para desarrollar nuestros conocimientos, para avanzar hacia una sociedad más justa, más equilibrada, más solidaria. Dejemos a un lado el culto a lo superficial, a tener un coche mejor que el del vecino, a presumir de vacaciones en el Caribe; … … eso no puede ser nuestro faro, nuestra meta … como nos ha ocurrido en esta década.
Dejemos de construir castillos en la arena y afrontemos nuestro futuro mirando ese siglo XX, ese siglo que fue capaz de construir casas como ésta que todavía aguantan nuestro peso, nuestros ecos y nuestros sueños.
Muchas gracias a todos.