Las iglesias católica y evangélica celebran una jornada por la unidad

No tienen las mismas creencias, pero sí la misma fe. La Iglesia Evangélica bautista y la Iglesia Católica de Novelda se reunieron a las 19:00 horas del sábado 24 para orar por la unión de sus comunidades. Organizado en la sede de la Iglesia Evangélica, en la calle Capellá Margall, el acto contó con la presencia de más de un centenar de personas, entre los cuales, acudieron diversos fieles de otras zonas de la provincia

Comenzado a las 7 de la tarde del sábado 24 de enero, el acto consistió en la reunión de estas dos entidades cristianas para rezar por un mismo fin: avivar la llama de la fe en Dios. Dirigido por el Pastor Evangelista, Juan Andrés Chacón y el párroco de Novelda, José Ruiz Costa, este evento contó con la asistencia y colaboración de varios fieles de diversos lugares de la provincia, incluyendo la aportación musical de los visitantes de Alcoi.

Durante esta homilía, los asistentes cantaron, rezaron e incluso rieron ante alguno de los comentarios hechos por los reverendos para animar la tarde. Tras aproximadamente una hora de celebración, el Pastor Juan Andrés dio por concluída la velada, aunque no sin antes hacer entrega de una Biblia de su Iglesia a Don José Ruiz, como recuerdo de esta segunda reunión entre comunidades en Novelda.

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1 COMENTARIO

  1. Por falta de información no asistí a este acto, pero mi corazón vibra con todo lo que tenga que ver con la Iglesia de Dios que vive en Novelda. Aunque no soy católico ni evangélico, aprovecho este espacio para saludar a todos los que con corazón limpio invocan el Nombre del Señor en Novelda, sabed que aquí tenéis un hermano en Cristo para lo que necesitéis.

    Qué día luminoso aquel de Pentecostés, cuando descendió el Espíritu de Cristo resucitado y nació la Iglesia, haciendo que todos aquellos que se arrepintieron de sus pecados y creyeron en el Señor Jesús llegaran a ‘estar juntos’, siendo ‘de un corazón y un alma’, ‘perseverando unánimes’ y ‘en la comunión unos con otros’, incluso ‘teniendo en común todas las cosas’, ‘ninguno llamaba suyo propio nada de lo que tenía’ (Hechos 2, 41-47; 4, 32-27).

    Esta unidad sólo puede producirla el Espíritu de Dios y de Cristo. Todos los que han recibido el Espíritu y la Vida de Dios son uno necesariamente. Esta es la unidad que el apóstol manda ‘GUARDAR’, no alcanzar ni producir, sino ‘guardar’, ¡¡porque ya es un hecho!! (Efesios 4, 1-6): todos los que han sido bautizados por el Espíritu en el Cuerpo de Cristo, son YA uno en Cristo Jesús (1Corintios 12, 12-13; Gálatas 3, 27-28).

    Pero aunque la unidad del Espíritu es un hecho espiritual, muy real, los cristianos podemos ‘no guardarlo’, no manifestarlo visiblemente. Y así ha ocurrido en la historia de la iglesia, resultando una cristiandad rota y dividida en innumerables confesiones y denominaciones. ¡¡¡¿ACASO ESTÁ DIVIDIDO CRISTO?!!! (1Corintios 1,13).

    Previendo esto Cristo, puso en el centro de su testamento vital su oración por la unidad de sus discípulos (Jn 17, 20-23). Él sabía que no ibamos a ‘guardar la unidad del Espíritu’, reconociendo que ‘todos sois uno en Cristo Jesús’ y recibiéndonos los unos a los otros como Cristo nos ha recibido (Romanos 15,7). Él sabía que las iglesias perderían ‘el amor primero’ dejando de hacer ‘las primeras obras’, las obras del principio (Ap 2, 4-5). Él sabía que un enemigo iba a sembrar divisiones y apartar a los cristianos de ‘lo que era en el principio’ (1Juan 1,1).

    Nosotros no podemos fabricar la unidad que Dios quiere. Tampoco sirve cualquier unidad, Babel no agradó a Dios. La unidad no puede sacrificar la verdad, ha de dejarse guiar por el Espíritu de la Verdad, Cristo es la Verdad.

    Dios está llamándonos a arrepentimiento y convocando a todos sus hijos e hijas a reconocer el único Cuerpo de Cristo. No una organización, sino un organismo vivo, la comunión visible de todos los que han recibido el Espíritu de Cristo; un solo Cuerpo de Cristo; una sola Iglesia universal, expresada visiblemente en cada lugar: un testimonio en cada localidad, una iglesia de Dios en cada ciudad, o pueblo, o municipio, o aldea. Ninguna iglesia en el Nuevo Testamento lleva otro nombre que el de su propia localidad: ‘la iglesia que estaba en Jerusalén’ (Hch 8,1), ‘la iglesia que estaba en Antioquía’ (Hch 13,1), ‘la iglesia en Cencrea’ (Rm 16,1), ‘la iglesia de Dios que está en Corinto’ (1Cor 1,2), ‘la iglesia de los laodicenses’ (Col 4,16; Ap 3,1), ‘la iglesia de los tesalonicenses’ (1Tes 1,1), ‘la que está en Babilonia’ -Roma- (1Pe 5,13), ‘la iglesia en Éfeso’ (Ap 2,1), ‘la iglesia en Esmirna’ (Ap 2,8), ‘la iglesia en Pérgamo’ (Ap 2,10), ‘la iglesia en Tiatira’ (Ap 2,18), ‘la iglesia en Sardis’ (Ap 3,1), ‘la iglesia en Filadelfia’ (Ap 3,7). La iglesia en Novelda está formada por todos los que aquí hemos creído en nuestro Salvador y Señor Jesucristo recibiendo su Espíritu, todos nosotros somos uno en Cristo Jesús, aunque al alejarnos de Cristo andamos divididos, impidiendo en Novelda el testimonio de unidad ‘para que el mundo crea’ (Jn 17, 21).

    Hemos de reconocer que la división es pecado, que todos andamos descarriados cada cual por su camino (Isaías 53,6). Hemos de regresar al Único Fundamento (1Corintios 3,11) puesto por Dios sobre el que Su Iglesia es edificada: Jesús, el Cristo, el Hijo del Dios Viviente (Mt 16,16), al fundamento de los apóstoles y profetas (Efesios 2,20), a la enseñanza y la práctica de Jesús y de sus apóstoles tal y como nos ha sido entregada en el Nuevo Testamento. Si estamos en Cristo, somos uno. Si no somos uno, es que nos hemos alejado de Cristo, por eso no podemos encontrarnos en unidad los unos y los otros.

    Todos somos responsables. No podemos pretender que los demás deben venir ‘a lo nuestro’. Todos debemos estar dispuestos a salir de lo nuestro para encontrarnos en Cristo. Debemos estar dispuestos a revisar nuestra fe, nuestra conducta y nuestras prácticas (eclesiásticas) a la luz de la enseñanza y la práctica de Cristo y los apóstoles; regresar a las fuentes, al ejemplo y modelo de la iglesia de los apóstoles presentada en el Nuevo Testamento, discerniendo y revisando lo que es ‘apostólico’ de lo que son ‘las tradiciones de hombres’ (Mc 7, 5-13) que han aparecido en la larga y atropellada historia de la Iglesia y que nos alejan del terreno bíblico de la unidad. Hemos de estar dispuestos a pagar el precio que sea necesario, incluso a ‘salir FUERA DEL CAMPAMENTO, llevando su oprobio’ , salir de nuestros respectivos campamentos, para encontrar a Cristo fuera, y encontrarnos nosotros en Cristo, fuera (Hebreos 13,12-13)

    Cristo merece tener su testimonio limpio y unido en Novelda. Él murió por nosotros para que los que vivimos ya no vivamos para nosotros mismos, sino para Él, que murió y resucitó por nosotros. Si le llamamos ‘Señor’ y ‘Maestro’, obedezcámosle en todo lo que nos enseña y ordena.

    Que la gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre, y la comunión y unidad del del Espíritu Santo estén con todos vosotros, amados hermanos y hermanas.

    Deseando encontrar y reencontrar a mis hermanos en Novelda, os invito a visitar mi blog: http://blog.iespana.es/shalomnovelda y comunicarnos.

    Vuestro en Cristo
    Plácido Ferrándiz Albert

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