Para él era su primera vez, para ella la decimocuarta. Son Sergio Mira, concejal de Turismo, y M.ª Cármen Beltrá, concejala de Cooperación Internacional, quienes pasaron del 3 al 9 de diciembre por la experiencia de vivir con y como saharauis. Durmieron en las jaimas de la daira Bih Lehlu, en Smara, recorrieron el desierto y trataron con sus gentes para concluir que del Sáhara se vuelve con mucho visto, pero más aún aprendido. Con este viaje, la concejalía de Cooperación Internacional quiere poner en marcha un proyecto de trasladar a cinco niños procedentes de un centro de disminuidos psíquicos y físicos a un domicilio en Novelda
Pregunta: ¿Con qué objetivo fueron?
M.ª Carmen (M.C): En principio, el propósito de la concejalía de Cooperación Internacional era la distribución de placas y al mismo tiempo queríamos ver si conseguíamos traer a Novelda otro proyecto que nos parecía muy interesante; se trata de trasladar a cinco niños procedentes de un centro de disminuidos psíquicos y físicos a un domicilio en Novelda, junto al director del centro, el señor Castro, y un monitor.
P: ¿Para hacer los trámites se tuvieron que desplazar allí?
M.C: Claro, allí no tienen los medios que tenemos aquí, así que allí tiene que ser in-situ, hablar con la gente, contactar con ellos cara a cara. De hecho, conocimos hasta al ministro de Cooperación con el que tratamos el desarrollo del proyecto.
P: ¿Cómo va la distribución de placas?
M.C: Cada vez hay menos carencia de placas. Hay muchas repartidas ya, pero aún quedan. Allí se necesitan esas placas, porque quien no tiene una, no tiene luz, ni corriente… así que quien no tienen placa debe de compartir con el vecino, con cables o como sea. De todas formas, siempre están dispuestos a compartir. A diferencia de aquí
P: Es la primera vez que iba al Sáhara. ¿Cómo fue su experiencia?
Sergio Mira (S.M): Yo iba de la mano de la Carmen, era mi primer año y ella había ido 13 veces antes al Sáhara. Fue una experiencia inolvidable en todos los aspectos, desde el primer hasta el último día. Por la noche sales afuera y ves todas las estrellas sobre el cielo del desierto. Es impresionante. En cuanto a la gente, se portaron estupendamente con nosotros, gente con una hospitalidad increíble, te ofrecen todo lo que tienen. Tienen un gran espíritu para que lo poco que tienen te lo dan, sin ningún problema.
P: ¿Alguna comparación con nuestra sociedad?
S.M: Nosotros somos muy cerrados, no compartimos nada. Allí son mucho más abiertos a la gente, te enseñan mucho. Aquí tenemos demasiadas cosas y mucho egoísmo, pero allí es al contrario. No tienen casi nada, pero sin embargo te lo ofrecen sin problemas.
M.C: Nosotros llevamos comida para el hogar donde íbamos a estar, como un regalo para ellos. Cuando pusimos la comida sobre la mesa, la familia lo distribuyó en bolsitas y cuando preguntamos, nos respondieron que iban a compartirlo con amigos vecinos y conocidos. Es algo que te llama mucho la atención.
P: ¿Alguna otra experiencia destacable?
S.M: Cada día era una anécdota, siempre pasaba algo distinto. A MC y su familia los trataban como eminencias, todo el mundo los abrazaba y llamaba. Era impresionante.
M.C: La gente no se olvida de ti. Algunos dicen “claro, siempre les llevas cosas”, pero no es así, eres bien recibido porque ellos son así, no hace falta que lleves nada.
P: ¿Qué fue lo peor del viaje?
M.C: Marcharse. Estuvimos allí 6 días, que se hicieron demasiado cortos. Son 6 días que se hacen muy intensos y cuando ves que se acerca el día de irse se sufre mucho. Duele irse. Lo peor para mí fue marcharse… ¡Acabamos llorando!
S.M: Sí, acabamos llorando todos. Nosotros y ellos.
P: ¿Es fácil la adaptación?
M.C: Muy fácil. Lo difícil es volver y acostumbrarse a la rutina de aquí.
S.M: Acostumbrarse a ver asfalto, tanto coche y mientras tanto seguir pensando “¿Qué estaría haciendo yo allí ahora?”
M.C: Yo lo añoro mucho. Allí son muy acogedores y a veces me identifico más con aquel mundo que con éste.
P: ¿Tenéis pensado volver?
M.C: Por supuesto. Tenemos que seguir con los proyectos, innovando cada año e intentando hacer cosas nuevas. A través del ministro de Cooperación, averiguamos varias cosas que podíamos ir haciendo y que son ahora mismo necesarias allí.
P: ¿Qué tipo de proyectos?
M.C: De momento allí estaban solicitando un horno, para hacer pan, y también un hospital, ya que en las lluvias que tuvieron recientemente el hospital se fue a pique y lo que necesitan ahora es material para reponer y repararlo. También los colegios, ya que tienen muchas dificultades y ahora mismo están compartiendo y usando materiales viejos y casi inutilizables. Tienen muchas carencias, así que ellos nos irán marcando unas necesidades y nosotros veremos cómo lo podemos apoyar desde el ayuntamiento, ya que tratamos de hacer un proyecto por año o más, si los presupuestos permiten.
P: Traeréis cinco niños. ¿Por qué sólo cinco y no más?
M.C: No podemos traer más niños por sus características. Cuando vengan aquí es para ofrecerles una calidad de vida digna, para que coman y disfruten y que salgan de allí durante dos de los peores meses allí.
SM: Si ya pasamos calor en diciembre, imagínate en esos meses. Allí muere mucha gente mayor por las grandes olas de calor.
P: ¿Cómo tratan allí el tema de las deficiencias psíquicas?
M.C: Al igual que años atrás aquí, allí los escondían. Esos niños no existían hasta que Castro inauguró el Centro de Educación Integrada. Este centro lleva funcionando doce años y donde empezó con sólo tres niños, hoy por hoy tienen más de cien. Su objetivo es demostrarles a las familias que esos niños pueden vivir como todos los demás. En estos momentos el centro es mantenido por todo el mundo con organizaciones de Italia, Alemania…. Aunque ellos reconocen que la mayor ayuda proviene de España.
S.M: En el centro les enseñan de todo a los niños como moverse, peinarse, salvar obstáculos. No existe ya discriminación alguna. Es una lástima que no pudiésemos verlo en funcionamiento, ya que estaban en vacaciones.
P: ¿Tenéis pensado juntar a estos niños con los de CAPAZ?
M.C: Sí, ya se habló con ellos para que tengan una relación. Como los niños de CAPAZ tienen muchas actividades, se habló con ellos para colaborar y para que los niños se junten y hagan cosas. Cruz Roja también se ofreció para poner a su disposición coches y movilidad. El caso es hacerles disfrutar de Novelda durante esos dos meses.
P: ¿Algo más que añadir?
Desde aquí, queremos invitar a toda la población a que haga este viaje alguna vez. A quien pueda realizar un viaje así que lo haga. Es una experiencia única y muy positiva y recomendamos que se haga por lo menos una vez en la vida. Se aprende mucho.
A ver si alguien le explica al concejal de turismo que su cometido consiste en «atraer» a los extranjeros, «los que se gastan el dinero», a Novelda para crear riqueza AQUÍ!!!
Los desdichados del Sahara jamás podrán ser turistas.
Así que menos demagogia y más trabajar por el futuro de Novelda que somos muchos pero muchos los parados.
Tanta ayuda a los extranjeros y alguno de aquí lo está pasando pero que muy mal!!! Y si la cosa no cambia, detrás iremos muchos más.
Y los viajecitos… cada uno de su bolsillo.
Enhorabuena por el viaje y por preocuparse de la gente más desfavorecida. Menos consumismo occidental y más solidaridad con los pueblos que la necesitan. Felicidades.
menos solidaridad con los extranjeros y más con los necesitados de la población, que somo muchos parados!! sin poder saber de donde vamos a comer.
No confundas SOLIDARIDAD con TURISMO.
Si verdaderamente son solidarios, que les den una parte de su «bonito sueldo».
Y por supuesto ese viaje lo hemos pagado la gente de Novelda.
¿Qué estáis haciendo con nuestro pueblo?