Esta obra de Pedro Muñoz Seca, en la que el autor cultivó el subgénero teatral cómico del ‘astracán’ que se basa en la parodia continua, ha sido representada por la compañía ‘El Sprint de la Tortuga’ en el Centro Cívico y Social, que, a través de escenas disparatadas desarrolladas por dos personas que han interpretado al menos a diez personajes, el público noveldense, entre éste el concejal de Cultura Víctor Cremades, ha sucumbido a la carcajada
El Centro Cívico y Social ha acogido la obra de Pedro Muñoz Seca ‘La venganza de don Mendo’, interpretada por la compañía ‘El Sprint de la Tortuga’, que, a través de dos personas que al parecer habían confundido el día de la representación y pensaban que tenían que actuar la próxima semana, por lo que no habían preparado el decorado ni la presencia de el resto de personajes, entre los dos han desarrollado la obra al completo, la totalidad de personajes, llegando incluso a interpretar varios papeles a la vez. El absurdo, las escenas cómicas y disparatadas, los juegos de palabras, la poética y la ironía, el recurso de la descontextualización a través del uso de elementos contemporáneos que no debían aparecer en la Edad Media -momento en el que se desarrolla la acción- pero que están presentes en la obra como utensilios cotidianos, los juegos de palabras y escenificaciones a menudo toscas y soeces, la treatralización de la realidad… todo ello, ha conseguido arrancar la carcajada del público noveldense, entre el que se hallaba el concejal de Cultura, Víctor Cremades.
‘La venganza de don Mendo’ pertenece al género astracanada o astracán que durante el primer tercio del siglo XX fue cultivado por autores como Pedro Muñoz Seca y Pedro Pérez Fernández. En esta obra se parodia el teatro histórico del modernismo literario español y las convenciones y temas del teatro clásico español del Siglo de Oro.
Sinopsis
Don Mendo, marqués de Cabra, está enamorado de Magdalena, hija de Don Nuño, quien la ha prometido al Duque de Toro, y ésta acepta desposarse con él con la intención de subir jerarquía. Don Mendo se ve traicionado, condenado a ser emparedado, pero gracias a su amigo El Marqués de Moncada, consigue escapar de su fatal destino y, tiene una segunda vida que emplea en buscar una estrategia para culminar su venganza. Lo más importante no es la trama argumental sino la forma con que los actores a través de hilarantes diálogos, la representan.