Diego Quevedo y Alejandro Anca cuentan los vaivenes de los buques que llevaron el nombre de Jorge Juan durante 150 años por todos los océanos

El centro cultural Gómez-Tortosa ha acogido la presentación del libro de Diego Quevedo Carmona y Alejandro Anca Alamillo, “Jorge Juan y la Armada: Breve Historial de los Buques que llevaron su Nombre”, en el que se ha mostrado el gallardete portado por un buque de la armada que llevó el nombre de Jorge Juan, “un símbolo importante que nos comprometemos a mostrar”, ha comentado el concejal de Cultura, Víctor Cremades

El coloquio insertado en las ‘II Jornadas de la Ilustración’ ha contado con la presencia de los autores del libro “Jorge Juan y la Armada: Breve Historial de los Buques que llevaron su Nombre”, que han acudido al centro cultural Gómez-Tortosa para exponer la historia que ha envuelto a los cuatro buques que han portado el nombre de Jorge Juan, así como las guerras a las que ha asistido esta armada, y ampliar, de ese modo, la biografía del ilustre paisano.

El primero de los buques, según han contado los conferenciantes Diego Quevedo y Alejandro Anca, se trata de un vapor construido en Ferrol durante la época isabelina en la que el anticlerical Mendizábal, a través de la desamortización que promovía la expropiación de los bienes de la Iglesia, quiso recuperar una España en bancarrota tras la guerra de la Independencia. Con ello, una parte del dinero recaudado fue destinado a la armada. El siglo XIX, denominado por los historiadores como “el siglo de las grandes catástrofes” debido a la batalla de Trafalgar (1805) en la que España se vio obligada a respaldar económicamente la guerra de Napoleón I contra las flotas inglesas en el cabo de Trafalgar, tras la alianza del monarca Carlos IV con los franceses en el tratado de san Ildedefonso, así como la guerra de las Américas (1888).

El segundo buque fue construido para la tercera guerra carlista, “y sirvió en las Antillas como depósito en la guerra de 1898, en la que España perdió Cuba”, ha declarado Alejandro Anca y ha añadido que “se trataba de un buque puntero, motivo por el cual llevó el nombre de Jorge Juan”. Por su parte, Diego Quevedo, ha comentado que “el tercer buque se creó como destructor en Cartagena en 1915, con la intención del almirante Augusto Miranda y Godoy de revitalizar la armada. Este buque se terminó en 1937, se aceleró su construcción porque hacía falta para la causa republicana”. El otro de los buques formaba parte de “los cinco latinos”.

Los gallardetes

“La armada se nutre de tradiciones”, ha explicado Quevedo en relación al emblema mostrado por el edil de Cultura, Víctor Cremades, que lustra enmarcado, “posiblemente con olor a salitre y mar”, ha dicho el autor. Así, ha hecho referencia a la anécdota histórica de la que surge la costumbre de colgar banderas o gallardetes en las flotas. “A mediados del siglo XIX, la flota holandesa que luchaba contra la británica quiso dar un farol e izó una escoba en su buque, dando a entender que los iban a barrer. Como reacción, los ingleses izaron un látigo queriendo señalar que iban a someter a los holandeses. Ganó la flota británica y el rey de Inglaterra ordenó por real decreto que en todos los buques de la armada británica estuviera la bandera con los colores de la nación en forma de látigo”, ha comentado Quevedo.

El acto, enmarcado en las actividades que durante esta semana se han desarrollado para homenajear la figura del paisano Jorge Juan y conmemorar el 250 Aniversario de la publicación del Compendio de Navegación, ha sido presentado por el concejal de Cultura, Víctor Cremades, y, entre los asistentes ha contado con la presencia del concejal de Medios de Comunicación, Francisco Cantó, la persona de confianza del equipo de Gobierno, Enric Ruscalleda, el concejal popular Valentín Martínez, el cronista de Novelda, Pau Herrero, el presidente d´Amics de la Cultura, Paco Jover.

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