El cortometraje del noveldense Carlos Serrano basado en la violencia de género y los micromachismos se rodó el pasado mes de enero
El noveldense Carlos Serrano estrenó este viernes su cortometraje, “Para cenar, cerdo”, basado en la violencia de género y en los micromachismos. La proyección del mismo tuvo lugar en el patio del Casal de la Joventut a las 21:00 horas y contó con un aforo reducido y respetando las distancias de seguridad debido al Covid-19.
La historia del cortometraje transcurre durante una cena de seis amigos, donde Carmen es la protagonista que sufre maltrato psicológico por parte de su marido, José. Durante el corto, el espectador verá una evolución muy sutil, ya que “durante la cena, el marido hará cómplice de ese comportamiento al resto de amigos”, indicaba Serrano.
Lo que el proyecto trata de conseguir es ayudar a visibilizar el maltrato psicológico y los micromachismos, ya que no todo se resume a lo físico. El corto también busca denunciar situaciones machistas en el ámbito de la amistad y el hogar, y como muchas veces la gente es cómplice de un abuso sin darse cuenta.
Según el noveldense, la violencia contra la mujer no ha de buscarse en los vínculos sociales, si no en la estructura de la sociedad en sí misma, el problema de este tipo de violencia es la aceptación y profunda implementación que hay de ella en la sociedad, siendo otro mecanismo empleado por el patriarcado para subyugar a la mujer. “Para cenar, cerdo” es una denuncia, una crítica a este comportamiento que todos en algún momento de nuestras vidas hemos cometido sin ser conscientes, ya que tanto hombres como mujeres emplean este tipo de violencia. Por estos motivos creen que es necesario tratar de denunciar y exponer estas situaciones.
El reparto cuenta con la participación de Jorge San José, interpretando a José; África Eparducer, como Esther; Laura Jabalón, en el papel de Carmen; Rubén Riera, como Enrique; Gaspar A. Forner, interpretando a Miguel; y Pepa Pérez, como Pilar.
Dice el autor del cortometraje que: “Para cenar, cerdo” es una denuncia, una crítica a este comportamiento que todos en algún momento de nuestras vidas hemos cometido sin ser conscientes, ya que tanto hombres como mujeres emplean este tipo de violencia. Por estos motivos creen que es necesario tratar de denunciar y exponer estas situaciones.”
Estoy de acuerdo con esa reflexión, pero creo, o al menos lo parece, que se trata de una justificación absurda más que de un lapsus, no sólo por la orientación del trabajo que sigue un solo carril, si no porque sin duda le falta el uso del lenguaje inclusivo.
Por otro lado, también estaría bien saber si este proyecto ha sido subvencionado por alguna de las organizaciones/agencias/chiringuitos adjuntos a las asociaciones, secretarías etc. que viven a costa de una ley injusta o es una apuesta personal a cargo del patrimonio del autor. Si estamos ante el segundo caso, olé por el autor y su trabajo respetando su opinión y visión de las cosas, pero si se trata del primero, otra vez más parece que estarían tratando de justificarse muchos de los que viven a la sombra de esa ley destinando recursos a fines diferentes a los de dar ayuda a las mujeres que realmente necesitan auxilio, reduciendo con ello presupuesto y posibilidades.
Por cierto, la violencia no tiene género y el maltrato físico o psicológico tampoco de modo que todo ello debería estar perseguido y penado independientemente del género de quien lo ejerza.
El autor financió el corto de su bolsillo y mediante crowfunding.
El crowdfunding o micromecenazgo, en castellano, es una red de financiación colectiva, normalmente online, que a través de donaciones económicas o de otro tipo, consiguen financiar un determinado proyecto a cambio de recompensas, participaciones, de forma altruista o en base a intereses específicos