En la conferencia realizada por Juan Agustín Blasco se ha argumentado que es posible que dicho objeto sea realmente el preciado Santo Grial
Juan Agustín Blasco, licenciado en Derecho y Ciencias Religiosas y graduado en Filosofía, ha llevado a cabo el pasado viernes 10 de marzo en los Salones Parroquiales una llamativa conferencia titulada «Nueva interpretación doble en árabe y hebreo especular de la inscripción del Santo Cáliz de Valencia»
Durante la charla a la que asistieron más de medio centenar de interesados, Blasco ha explicado que, desde el rigor científico, existen «muchas condiciones» de que el Cáliz asentado en Valencia sea realmente el Cáliz utilizado por Jesús durante la última cena, el Santo Grial.
Acerca de esta reliquia, una de las más populares y preciadas de la historia, Blasco llevó a cabo una investigación en el 2016 sobre una pequeña inscripción situada en la base del Santo Cáliz de Valencia.
Señala que en dicha inscripción se lee «Jesús es Dios» (Allah Josua) en escritura doble de árabe cúfico salomónico y hebreo. Este descubrimiento señala que «surgió por una casualidad» al preguntarle un compañero si podía ayudarle a comprender una pequeña inscripción que había encontrado. Una inscripción que solo podía leerse con un determinado ángulo de incidencia de la luz sobre el mismo.
Cabe recordar que el Cáliz que se conserva en Valencia desde el siglo XV es muy anterior. Está conformado por una copa de ónice del siglo I, un armazón de plata sobredorada del siglo XII y un pie también de ónice.
Antes de asentarse en Valencia, el Cáliz fue custodiado desde el siglo XI hasta el 1399 en el monasterio aragonés de San Juan de la Peña. La leyenda más asentada en la tradición de la época relata que el objeto, que supuestamente se encontraba en Roma, fue enviado por San Lorenzo a su familia en Huesca para evitar que cayera en manos paganas durante la persecución del emperador Valeriano en el 258.