Procesionar con el corazón

Artículo de la Hermandad del Santo Sepulcro de Novelda

3 años esperándote…

Jueves Santo, llegó el día que esperas cada año. Preparas la vesta con mimo, con cariño, con tacto, para que luzca perfecta. Por la tarde, recoges el velón que en la madrugada prendes para guiar el camino del traslado, acompañando a Nuestro Señor. Ya es media noche vas a sentir otro año lo que sientes cada vez que te pones la vesta. Sales de casa con respeto, con nervios. Llegó el momento, se disponen las filas de hermanos y se encienden los velones que forman una senda de luz.

Silencio, oscuridad, recogimiento. Se rompe el silencio con el sonido del timbal, da comienzo nuestro traslado. Pero sigue el silencio, se avanza despacio, a oscuras con solo la luz de cada vela, con olor a incienso, con lágrimas en los ojos, y al fondo nuestro señor, iluminado por cuatro cirios rojos, balanceado por los hermanos anderos. En ese instante se para el tiempo.

Al final del camino se escucha tímidamente el coro, y el párroco relatando las 7 palabras de cada parada. Y detrás todas las personas que en silencio, nos acompaña, durante todo el camino. Un camino, con olor a cirio a incienso, solo se escuchan los timbales, las tímidas campanas, el coro y el párroco. Y cada paso cargado de amor, respeto, silencio, sentimientos que florecen en cada uno de los 120 hermanos que formamos el cortejo fúnebre, de la Hermandad del Santo Sepulcro. Momentos que esta madrugada no podremos revivir, otro año más… Este año, nuevamente, no encenderemos los velones para alumbrar el camino, no habrá olor a incienso y vela, pero si habrá oscuridad y silencio. Nuestro corazón sí arderá y procesionará a tu lado.

Esta noche en la distancia uniremos  cada una de nuestras almas  en hermandad y con un recuerdo muy presente, viviremos con sentimiento el amor que sentimos por ti, Nuestro Señor y te acompañaremos como cada año.

VIERNES SANTO… este día siempre ha tenido para nosotros un aroma inconfundible a clavel, de tacto suave, con manos finas que van a vestir tu trono donde los 40 hermanos y hermanas anderos te portarán en la procesión del Santo Entierro por las calles del casco antiguo de Novelda. Delicadamente se irán poniendo uno a uno esos claveles con el amor y respeto más sincero. Se vestirá tu trono elegante, rojo, siempre de rojo con olor a clavel y cera para portarte en un balanceo elegante al compás de un paso lento, de sonido silencioso, de amor único de cada uno de los que te portan, con mimo, con cariño, con amor, con sentimiento y todos por igual a un toque de campana, te mecen al vaivén de la luz del fuego. Camino alumbrado por la luz de una llama que sale de los báculos de los 50 nazarenos, por dos timbales que rompen el silencio, por un pendón y un estandarte que anuncian tú llegada, por el sonido de 2 campanas, por 2 mayordomos que guían los pasos, por 8 manolas vestidas de luto que te preceden, por un capataz que guía tu camino, por 40 hermanos y hermanas anderos que te llevan sobre sus hombros con lágrimas en los ojos.

Pero este año no será así, por tercer año, no sonarán los timbales ni las campanas, no se iluminarán los báculos con llamas, no se portará el pendón ni estandarte, no habrá manolas que te precedan, no estarán los mayordomos ni el capataz guiándote, ni te portarán tus anderos. No lo estaremos físicamente, pero si lo estaremos unidos en hermandad por nuestro corazón, sí sonarán sus latidos, en él llevamos clavada tu mirada de amor, tu olor a cirio y clavel, tu tacto suave, y todo lo que nos haces sentir. Por eso, todos y cada uno de nuestros 120 corazones alumbrarán el camino, haremos sonar el timbal y las campanas, guiaremos tú camino, nos vestiremos de luto, guiaremos tu paso y te portaremos y mereceremos sobre nuestros hombros y así viviremos con pasión tú procesión del Santo Entierro. Con la solemnidad, silencio y respeto que mereces.

Lorena Moreno y Raquel Botella

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