AL CALOR DE LAS IDEAS
Cuando de pronto nos ponemos a pensar en cosas que creemos importantes y que quisiéramos ver ya de hecho en la práctica nos hierven las ideas, pensamos y nos vienen a la mente una y mil, pero otra cosa es cuando tenemos que plasmarlas y darles forma, eso ya es más complicado ¡e incluso imposible! Una de las que más me suelen frecuentar, por importante para mí y creo que para la mayoría, es saber en todo momento hacía dónde nos dirigimos y cuáles son las circunstancias que nos rodean, para el día a día, para nuestro hacer diario. Sin embargo, lo que parece que no es tan importante para el funcionamiento de nuestro devenir común y conjunto, es la planificación a medios y largos plazos, es nuestra forma de hacer más cotidiana y perversa, puesto que se entra en una dinámica a veces increíble de hacer y deshacer. Es el pan nuestro de cada día, eso lo vemos en cuanto que cada poco tiempo se están levantando pavimentos, taladrando calles, haciendo obras de remodelación, trazados de desagües, aceras, etc…
A menudo nos molesta que se estén haciendo cambios cada dos por tres pero no tenemos más remedio que acatar y soportar lo mejor posible los inconvenientes porque para mejorar las instalaciones se suele hacer.
En política se acostumbra a ello, a la falta de previsión, la mayor parte de las actuaciones se realizan de cara a un evento próximo, unas elecciones principalmente, sin una planificación seria y una ejecución impecable. No importa demasiado lo que ocurra dentro de unos años…, y así se van consumiendo recursos, tanto naturales como económicos y también ilusiones y posibilidades.
En un deseo de mejorar nuestro “aquí y ahora” es imprescindible que establezcamos una presencia en nuestro día a día de un “debate social” plural en el que afloraran todas las cuestiones que nos importan, a corto, medio y largo plazo. Establecer foros de debate cotidianos, que no se vean como algo excepcional, sino como algo necesario y común, en los cuales se enciendan las luces y las ilusiones para las generaciones jóvenes que tienen que empezar a ser los vigilantes de nuestro futuro, se formen las ideas, siempre plurales. Y, por qué no, a los no tan jóvenes les permita renovar sus ideales o reafirmarlos. Este espacio es muy necesario y sin embargo es posible que lo que es interesante para todos como grupo social no lo sea para algunos en particular.
De forma paralela y ya de forma práctica, para llevar a cabo las reflexiones de una sociedad madura a su puesta en marcha con trabajo y esfuerzo hay que buscar una “política eficaz”. Uniendo esfuerzos, y de forma práctica uniendo soluciones, ya que todos en el fondo deseamos y necesitamos lo mismo. ¡Todos somos iguales y todos diferentes!
Es aquí y ahora dónde y cuándo hay que esforzarse en ser eficaces, algo que deberíamos copiar del proceso evolutivo de las especies, la eficacia, dejando de un lado, pero muy importante, y fundamental en cuanto que es la siembra de ideas y dónde deben aflorar soluciones, el debate social y buscando el punto para la supervivencia de nuestro modo de hacer hoy, ya que de lo contrario estamos corriendo riesgos innecesarios y extremos.
¡Política eficaz! Con grandes proyectos a largo plazo, otros a medio y corto, cortísimo, porque a veces es necesario reaccionar rápido ante circunstancias apremiantes (como nos hubiera gustado solucionar el problema del Raïm Festival). Uniendo esfuerzos, sumando, y todo después de un debate concienzudo y plural.