La Vuelta Ciclista a España y su historia (1ª parte: años 1935 a 1986)

Opinión de Vicente Díez

Faltan pocas fechas para que nuestra carrera ciclista más internacional se ponga en marcha y es el momento de conocer su desarrollo a lo largo de los años. Fue la última de las "Tres Grandes": Vuelta, Giro y Tour, (en adelante 3G); en aparecer en el calendario del pedal. Hubo que esperar hasta el año 1935 para verla rodar y para entonces, tanto el Tour de Francia desde 1903, como el Giro de Italia desde 1909 fueron los ejemplos a intentar imitar; tarea difícil pues en España apenas había ciclistas profesionales y los pocos que recibían algo de dinero por vestir los maillots de los fabricantes de la época: Orbea, BH y poco más, iban a correr el Tour con la selección española, o a título individual como "isolé". Por contra, el Giro siempre se disputó por equipos comerciales y no me consta que participase algún hispano antes de aquel año de 1935.

No obstante, la afición por el ciclismo iba en aumento en nuestro país, pues además de diversas pruebas de uno o varios días, como la Volta a Catalunya desde 1911 o la Vuelta al País Vasco desde 1922, la mayor parte de las de un día fueron desapareciendo del calendario. En aquellos años previos a la Vuelta destacaron algunos ciclistas, como el valenciano Salvador Cardona, nacido en Alfahuir, cerca de Gandía, aunque criado en Francia adonde llegó siendo niño con sus padres. Cardona fue el primer español en vencer en una etapa del Tour, en 1929 y su frase para evitar a los chuparruedas era "o relevas, o vas a la cuneta". Otro hispano, quizá el mejor de aquellos, fue el navarro-catalán Mariano Cañardo, vencedor de siete Voltas a Catalunya y participante como "isolé" a veces en el Tour. En la edición de 1934 acabó cuarto y alegó que con un equipo a su servicio o con la ayuda que recibió el vencedor francés, Antonin Magne, hubiera podido vencer en aquel Tour. También se hizo famoso en la ronda gala un cántabro de la saga de los Trueba, bajito de estatura pero un gigante escalando; Vicente "Vicentuco" Trueba, "la Pulga de Torrelavega", quien en 1933 inauguró el palmarés de vencedores de la Montaña en la Grande Boucle gala; el archifamoso Tour de Francia.

Todo esto hizo que se buscase en España algo similar en cuanto a organización, pero la situación laboral y social iba de mal en peor, por lo que al Gobierno republicano le pareció buena la sugerencia del diario "Informaciones" de celebrar una carrera ciclista que circulase por gran parte de nuestra geografía, por si aquello conseguía aplacar los ánimos del populacho. Se hicieron los preparativos a toda prisa; si bien no se consiguió la participación de las figuras extranjeras de la época, casos de los italianos Gino Bartali o Learco Guerra; los franceses Magne y Leducq, o los belgas Maes y Aerts, pues preferían en el mes de Abril correr las Clásicas de Primavera, con mucho prestigio y dinero abundante, a una prueba que no les daba muchas garantías y excesivamente larga. Este problema de coincidencia de fechas con las Clásicas se ha sufrido hasta 1994, pues se cambió a Septiembre en la temporada 1995 y actualmente, se inicia en el mes de Agosto; en mi opinión, la Vuelta ha ganado con las nuevas fechas, por ser aún época de vacaciones y tener mayor número de espectadores.

-)  Total, que echó a andar nuestra recién nacida Vuelta con 14 etapas más tres días de descanso y 3.425 kms. con inicio y final en Madrid. Participaron 50 corredores, de los cuales 18 eran extranjeros, pero ninguno de renombre. Vicente Carretero logró vencer en cinco etapas al sprint. Acabaron 29 ciclistas y el primer vencedor final fue el belga Gustav Deloor, con Cañardo en segunda posición. Los españoles corrían "cada uno por su cuenta" y así, es prácticamente imposible diseñar estrategias o planes previos ante los foráneos, quienes sabían la ventaja que conlleva la colaboración mutua. Repitió triunfo el mismo belga en el año 1936 con su hermano Alfons y el italiano Bertola en el podio final.

-)  De inmediato, la Guerra Civil puso un alto a cualquier actividad deportiva y nuestra Vuelta no volvió a celebrarse hasta 1941 con el triunfo final de un madrileño, Julián Berrendero, del que ya comenté en un artículo anterior que fue rey de la Montaña en el Tour 1936 y logró una etapa en el de 1937. Fue internado en un campo de concentración al regresar a España en 1939, siendo liberado gracias a un capitán del ejército, que le reconoció y ayudó a que abandonase aquello cuanto antes. Repitió triunfo Berrendero en 1942 y en ambos años el podio fue para los españoles, lo que demuestra que escaseaban los extranjeros; téngase presente que la II Guerra Mundial estaba en pleno conflicto yapenas vinieron algunos suizos y portugueses. Dato curioso;  equipos de fútbol como el FC Barcelona, el RCD Español o el Deportivo de La Coruña patrocinaron equipos ciclistas. Fue esta década de los años 40 época de estrecheces económicas e incluso, hambre entre la población; por tanto, hubo años (1943 y 44) en que por falta de fondos, no hubo Vuelta.

-)   En el año 1945 “resucitó” la Vuelta y lo hizo sin interrupciones casi hasta 1950, excepto el año 1949, en que tampoco hubo carrera. En esta segunda mitad de la década vimos los triunfos de dos hermanos, Delio Rodríguez (1945) y Emilio (1950). Delio fue el mejor sprinter de su época; venció en un total de doce etapas, seis de ellas consecutivas y una contra reloj. En medio quedaron los triunfos de dos rivales nacionales, Dalmacio Langarica (1946) con cinco etapas; fue seleccionador nacional en los años 50 e inolvidable director del equipo KAS. Venció un oriolano, Bernardo Ruiz, “el Pipa” (1948) y en ambas ediciones, Julián Berrendero acabó segundo. También hay que incluir en el palmarés al belga Etienne van Dyck (1947). Otro inconveniente de nuestra carrera es el cambio de fechas en que, a veces, por inseguridad con el presupuesto, se trasladó a otros meses en que los foráneos tenían compromisos. Ninguna importancia tiene, en mi opinión, que el color del maillot del líder haya cambiado, pues comenzó la Vuelta de blanco; se pasó después al rojo; en la posguerra, blanco con franja roja; el amarillo fue el más duradero; un año (1977) fue de color butano, por ser esta empresa la patrocinadora; se volvió al amarillo y luego, se cambió por el de oro. Actualmente el color es rojo, por ser el de la selección española de fútbol.

-)  Un nuevo y más largo paréntesis, el último hasta hoy, se vivió entre los años 1951 al 54. La Vuelta se replanteó, imitando al Tour al disputarse por selecciones nacionales y equipos regionales a partir de 1955, aunque el inconveniente de coincidencia con las Clásicas seguía latente, pero los países europeos enviaban aquí a sus mejores corredores por etapas, pues la Vuelta iba aumentando su prestigio. Al respecto de este interés, hay que matizar que nuestra Vuelta ha tenido y sigue teniendo la máxima atracción para los nuestros, pues poder participar demuestra que se está entre los que lo merecen y algunos aspiran a tenerla en su palmarés. Pero para los extranjeros, era una prueba que las figuras míticas, casos de Jacques Anquetil, Felice Gimondi o Eddy Merckx, vinieron para tenerla en sus vitrinas pero en cuanto lo lograron… ya no volvieron y esto fue así hasta mediados de los años 70; posteriormente, se dieron casos de vencedores extranjeros, ejemplo Jan Janssens, Bernard Hinault, … que volvieron y alguno repitió triunfo. Por último, hay otro grupo de corredores extranjeros, todos ellos vencedores de la Vuelta en la década de los años 90: Tony Rominger, Laurent Jalabert, Alex Zulle… que repitieron participación tras su primer triunfo; alguno incluso venció más de una ocasión y es debido a que estaban en la nómina de equipos españoles y para un equipo nacional, la Vuelta es lo máximo a que pueden aspirar en nuestra geografía.

¿Y cómo no mencionar a un noveldense ya desaparecido, Luis Navarro Amorós? Compartí con Luis numerosos diálogos; siempre le consideré amigo y maestro. Navarro debutó en la edición 1950 de la ronda nacional en un equipo modesto y… sorpresa, consiguió vencer en la etapa Tarragona – Castellón, de 204 kms. Lo intentó de nuevo días después; eran tiempos en que no existía comunicación de escapadas entre los participantes ni pinganillos o similares, por lo que los corredores sabían de la ventaja de algún escapado por lo que les dijesen los espectadores; tanto es así que casi lo consigue pero le alcanzaron antes de la meta y le dieron el premio de la combatividad de la etapa; 100 pesetas “de las de entonces” y declaró a la prensa que se sentía satisfecho con lo conseguido aunque acabase el último. Acabó el 23º al final, aunque una etapa para un debutante no lo consigue cualquiera.

Ya dije que no hubo Vuelta entre los años 1951 al 54. Al reanudarse en 1955, Luis estaba ilusionado y convencido de que le llamarían para integrarle en algún equipo regional pero… nada; se quedó en casa, preocupado y sin noticias. Tampoco le llamaron en 1956; por lo que se hizo el ánimo que si no le llamaban, se presentaría en la salida como los espontáneos en los ruedos. Pensado y hecho; esto es lo que hizo en 1957. El director del equipo regional Mediterráneo, que contaba con el veterano Bernardo Ruiz como jefe de filas no sabía cómo decirle a Navarro que le llamarían al año siguiente, pero Luis insistió, protestó y… consiguió participar. No obstante, en la primera semana abandonó al subir el puerto de Pajares, debido a la intensa nevada caída; como hizo buena parte del pelotón en aquella etapa infernal. Siguió su carrera profesional disputando otras pruebas como la Vuelta a Andalucía, la de Cataluña o la de Levante y venció a Bahamontes en la Vuelta a Piqueras, prueba riojana hoy desaparecida, que se desarrollaba por zona de sierras y así hasta principios de los años 60… Luis, te echo de menos y recuerdo las batallitas que me detallabas.                  

 Volviendo a la década de los años 50, una buena actuación en la Vuelta suponía para algunos españoles la posibilidad de que les llevaran al Tour e incluso, al Mundial de carretera. Por otro lado, hubo varios casos de corredores extranjeros con renombre en el Tour y/o en el Giro que se fueron con las manos vacías tras participar en alguna edición de nuestra ronda, como fueron los casos del francés Louisson Bobet; el luxemburgués Charly Gaul; el suizo Hugo Koblet; o los italianos Gastone Nencini o Giuseppe Saronni. Mención aparte entre los que se fueron de vacío merece “il Campionissimo” Fausto Coppi, quien en 1959 participó por única vez; si bien, ya tenía cumplidos los 39 años.

-)  Con la nueva época, la balanza de vencedores se inclinó más por los forasteros. La Vuelta solía acabar en Bilbao, sede del periódico organizador: El Correo español-El pueblo vasco. Dos franceses, Jean Dotto (1955) y Jean Stablinsky (1958), así como el italiano Angelo Conterno (1956) acabaron vestidos de amarillo con sus respectivas selecciones. También vencieron dos hispanos, el vasco Jesús Loroño (1957) y el madrileño Antonio Suárez (1959) quienes con el belga Franz de Mulder (1960) completaron las ediciones en que se iban mezclando selecciones con equipos comerciales. Una nueva hornada de figuras españolas se hizo un nombre en la Vuelta, sin vencer en ella, pero consiguiendo varias etapas al sprint; casos de Miguel Poblet (1955 y 56), uno de los mejores sprinters internacionales de su época. En su palmarés figuran la primera y la última etapa del Tour/1955, siendo el primer líder español del Tour. En 1956 fue quizá el único; o pocos habrá en la historia, que consiguiese vencer en una o más etapas de las 3G en el mismo año; en la ronda hispana se llevó tres etapas, una de ellas en Alicante y también consiguió dos victorias en la Clásica Milán-San Remo. La rivalidad en aquella edición 1956 con el belga Rik van Steenbergen, “Rik I” quien fue triple campeón mundial o “arco iris”, se saldó con más de la mitad de las etapas, nueve de quince, en las que vencieron uno de estos dos rivales. Otro destacado fue el valenciano Salvador Botella, así como el inolvidable toledano Federico M. Bahamontes, quien en 1957 fue líder, pero… surgieron desavenencias internas entre él y Jesús Loroño que duraron el resto de sus carreras deportivas.

-)   Iniciada la década de los años 60 se vio que los equipos comerciales extranjeros querían conquistar la Vuelta y en el año 1961 venció el valenciano Angelino Soler, de Alcasser (Valencia), el más joven en el palmarés de vencedores. Estaba aquel año “haciendo la mili” como voluntario en Paterna y un cuñado mío, Juan, le hizo alguna que otra guardia a Soler para que entrenase y  Soler obsequió a mi cuñado con una bandeja de pasteles. Juan me contó la anécdota del rodaje de la película del Cid, en la que actuaron como extras los soldados de aquella quinta, a los que pagaban 250 ptas. diarias a cada uno… un dineral. Esta anécdota se la conté a Soler cuando vino a visitar la exposición que hice en el año 2003 en la Casa Gómez Tortosa de Novelda, con motivo del Centenario del Tour de Francia y se quedó asombrado de cómo conocía yo todo aquello.

-)   En el año 1962 vino el equipo más famoso de la época, el francés St. Raphael-Gitane con Jacques Anquetil al frente, pero le salió respondón uno de sus gregarios, el alemán Rudi Altig quien fue el vencedor final. Volvió el rubio normando al año siguiente (1963) y dejaron al teutón en casa; el resultado fue el esperado: líder tras la contra reloj inicial y… hasta el final.

-)  El año 1964 comenzó en Benidorm; fui a verla y quedé maravillado para siempre del ciclismo, con 16 añitos en mi DNI en aquella época del blanco y negro de los televisores y el vencedor final fue Raymond Poulidor (Mercier BP), alias “Pou-pou” aunque se le conocía por “el eterno segundón”, pues tuvo la desgracia de coincidir con dos monstruos que siempre le relegaron, Anquetil y Merckx, años después. También participó Bahamontes en esta Vuelta/64, tras varios años de ausencia. Volvió Poulidor al año siguente (1965) quizá consciente que en el Tour no lo conseguiría. Aunque el triunfo final fue para uno de sus gregarios, el alemán Rolf Wolfshohl, con los dos en lo alto del podio y el tercero, para el rey del sprint Rik van Looy, “Rik II”, quien consiguió ocho etapas.

-)   Se quedó en casa el triunfo del año 1966, que fue para el vasco “Patxi” Gabica (Kas). La Vuelta aumentaba su importancia, pues aumentó a 18 etapas. El podio fue para tres del Kas: Gabica, Vélez y Echevarría. El holandés Jan Janssens (Pelforth), futuro vencedor del Tour/68, se llevó la Vuelta/67, apoyándose en el liderato de su coequipier Jean Luc Ducasse, que llevó este maillot casi hasta la penúltima etapa.

-)  Otros tres vencedores del Tour fueron los siguientes vencedores de nuestra Vuelta: el italiano Felice Gimondi (1968); el francés Roger Pingeón (1969) y el español Luis Ocaña (1970), nacido en Priego (Cuenca) pero hizo su vida en Francia y fue conocido como “el francés de Priego”. Posteriormente, en 1971 venció en nuestra ronda todo un recordman de la hora, el belga Ferdinand Bracke y estamos en la época del trío de rivales: Ocaña (Bic) – Merckx (Molteni) – Gimondi (Salvarani)… casi nada si juntásemos el palmarés de estos tres monstruos.

-)  Apareció en el cuadro de vencedores (1972) un asturiano, José Manuel Fuente “el Tarangu” (Kas), que logró repetir en el año 1974. Escalador por los cuatro costados; en el Giro puso contra las cuerdas a Merckx; incluso era fumador… su carrera deportiva quizá fue algo corta por un arritmia cardíaca.

-)  En el año 1973 se comenzó en Calpe y el número uno del pelotón internacional, Eddy Merckx “el Caníbal” quiso incorporarla a su vitrina de trofeos. Merckx no quería correr las 3G en una misma temporada y ya tenía varios Giros y Tours en su àlmarés, por lo que decidió dejar el Tour aquel año pues el Giro era inexcusable al correr para el equipo italiano Molteni. Como diría el historiador latino, “vini; vidi; vinci”. No hubo sorpresa alguna y Merckx fue el vencedor, relegando a Ocaña a la segunda posición.

-)  Las ediciones de 1975 y 76 fueron para dos españoles: Agustín Tamames y José Pesarrodona. Se cambió al color butano, como ya se dijo, en la edición de 1977 y el vencedor de gran parte de las etapas, once de diecinueve fue el belga Fredy Maertens. Se comenzó en la Dehesa de Campoamor (Alicante) Consiguió este joven dos veces el “arco iris” y varias Clásicas y fue considerado por la prensa sensacionalista como el sucesor de Merckx, algo que no se cumplió y Maertens sufrió tal depresión que intentó suicidarse años después.

-)  Nuevos aires trajeron a la Vuelta diversos temas a considerar… En 1978, venció por primera vez (repetiría en 1983) la sensación del momento, un joven francés que se acercó a Merckx en palmarés; se trataba de Bernard Hinault, “el Tejón” (Renault – Gitane). Otro aspecto a considerar es que se comentaba que nuestra Vuelta había alcanzado o superado al Giro de Italia en prestigio y prueba de ello la veríamos en el Giro de 1984, cuando “le robaron” el triunfo final al francés Laurent Fignon, al cambiar “por la cara” el recorrido de la última etapa, con el fin de beneficiar a un italiano, Francesco Moser, que sería aquel año recordman de la Hora en Pista en el velódromo de México… pero esta es otra historia.

-)  El holandés Joop Zoetemelk (Miko Mercier) logró la Vuelta/79 así como el Tour/80 por la ausencia de Hinault, operado de una rodilla que se malogró en el Giro. El año 1980 la Vuelta vio vencer a un madrileño, Faustino Rupérez (Zor) y el italiano Giovanni Battaglin lo logró en 1981, con nuestro paisano Vicente Belda en tercera posición, tras imponerse en Rassos de Peguera.

-)  La edición 1982 trajo el primer escándalo en una de las 3G, concretamente a nuestra Vuelta. Entre las figuras de moda, el belga E. Planckaert venció en cinco etapas y también participó otro belga de renombre, Claude Criquielion, “Cri-cri”. A mitad de la Vuelta se vistió de amarillo el abulense Ángel Arroyo (Reynolds) y lo conservó hasta el final. Pero una semana después de acabar, se publicaron los resultados de análisis antidoping y… Arroyo dio positivo, por lo que fue desposeído y el vencedor oficial fue el segundo en Madrid, Marino Lejarreta. La clasificación por equipos, para el Kelme.

-)  Ya se dijo que Bernard Hinault fue quizá el primero de los extranjeros famosos que volvió tras un primer triunfo, lo que demuestra el prestigio que había alcanzado nuestra ronda. Hinault era el favorito y vino arropado por dos jóvenes que vencerían en el Tour: Laurent Fignon y Greg Lemond. Aquel año comenzó la retransmisión en directo por TVE y se pudo ver la subida a los Lagos de Enol (o “de Hinault”) en Covadonga. Destacó entre los nuestros una joven promesa, Julián Gorospe (Reynolds) quien fue líder varios días hasta la antepenúltima etapa, Serranillos en la sierra de Guadarrama. Al conectar la “tele” iban tres escapados: el segundo en la general, Bernard Hinault “a todo tren”, y siguiéndole como podían, Lejarreta y Belda, a los que dejó antes de presentarse solo en la meta. Cambio definitivo de líder.

-)  Del año 1984 también conservo recuerdos, como fueron el triunfo final del francés Eric Caritoux (Skil), con no mucho “cartel” en la salida. El español Alberto Fernández (Zor) tuvo que batirse contra sus compatriotas que se lo pusieron difícil. Pero lo que más se me grabó fue la penúltima etapa, contra reloj, en la que Caritoux tenía 36 segundos de ventaja sobre Fernández. Yo disponía de un cronómetro sencillo en casa y vi aquella etapa en la tele. En cuanto llegó Fernández a la meta (salió 2 minutos antes), puse el cronómetro en marcha. Transcurrieron los dos minutos de separación y Caritoux aún no llegaba; cada segundo que pasase era un recorte de Alberto al retraso que tenía en la general… 10… 20… 25 segundos y ya se veía al francés en la larga recta de llegada, a la que arribó con 30 segundos más que el palentino; por tanto, por la mínima diferencia de 6 segundos, el francés se llevó la Vuelta. Esta corta diferencia es la más pequeña en su historia; menor incluso que los 8 segundos que se dieron en el Tour/89 entre Lemond, vencedor y Fignon, líder destronado. En Diciembre de aquel año 1984, Alberto Fernández alias “el Galleta” y su esposa, fallecieron en accidente de automóvil. Desde entonces, se instaura el trofeo que lleva su nombre en la cima más alta de cada edición de la Vuelta. A esta carrera vinieron entre otros, Pedro Delgado, que fue líder durante cinco días, así como Francesco Moser, líder tras el prólogo y Giuseppe Saronni otro italiano famoso, que le arrebató el liderato a su compatriota.

-)  La Vuelta de 1985 vio la consagración de una figura emergente, Pedro “Perico” Delgado (Seat-Orbea) quien venció en los Lagos de Covadonga y fue líder por un día. Días después se llegó a Benidorm, con victoria de Pepe Recio (Kelme) y para entonces, era líder sólido el escocés Robert Millar (Peugeot) hasta la penúltima jornada en Segovia, atravesando Guadarrama. De nuevo, Recio iba por delante escapado, aunque no era peligroso para el líder Millar. Y de momento, “Perico”, cuarto clasificado, dio un fortísimo acelerón al que no respondió el líder ni su equipo, algo incomprensible pues sabían por Radio Vuelta la ventaja que iba alcanzando Delgado. “Perico” llegó a contactar con Recio y surgió el milagro, que dos españoles rivales cooperasen. Hubo acuerdo inicial; la etapa y los pasos intermedios serían para Recio y la general, para el segoviano, quien atravesando su ciudad natal oyó los ánimos de sus convecinos “Pe-ri-co; Pe-ri-co”. Al llegar a la meta en la ciudad del acueducto, hubo cambio definitivo de líder y el escocés Millar fue injusto al alegar “que le habían robado la Vuelta”.

-)  La edición 1986 aumentó a 21 etapas como el resto de las 3G y de nuevo volvió Robert Millar por si este año lo conseguía. Se salió desde Palma de Mallorca y vinieron figuras como Fignon,  Kelly, Dietzen entre los foráneos frente a lo mejor de los nuestros. Guión algo similar al del año anterior; ahora sería Millar quien venció en los Lagos de Covadonga y fue líder hasta que días después, le desbancó el gallego Álvaro Pino (Zor-BH). No soltó el de Pontareas su privilegiada prenda; si bien Millar en Sierra Nevada lo intentó por última vez y se destacó de su rival hispano, quien no se preocupó inicialmente. Así hasta que Pino dijo “¡basta!” y puso el acelerador, alcanzado al escocés antes de la meta, a la que había llegado delante otro ciclista no peligroso. También participaron tres alicantinos en aquella Vuelta: el petrerense Hipólito Verdú “el Poli”; el contestano Vicente Belda y el ibense de origen granadino, Mariano Sánchez. Esta fue la anécdota del llanto de alegría de un antiguo vencedor de la Vuelta, Delio Rodríguez, quien poseía una gran tienda de bicicletas en Vigo y consideraba a Pino como su alumno destacado; “o meu rapazinho” le nombraba.

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8 COMENTARIOS

  1. Sabía que Vicente enviaría algo sobre ciclismo y la Vuelta antes de que empezase. Me ha gustado.

  2. Buena ocasión para prepara la inminente Vuelta a España, que está ya cercana. Felicidades por este reportaje.

  3. Algo largo, pero me ha gustado y espero la continuación de esta historia.

  4. Algo largo el escrito, pero interesante. Espero leer el resto

  5. Con tanto detalle, ni el Marca lo haría así. Es una historia bien detallada. Y que siga

  6. Gracias por vuestras opiniones. Añado que hay dos etapas que atraviesan nuestra provincia; el sábado 26 llegarán a Chorret de Catí y el domingo 27 van desde Orihuela hasta Benitachell, por toda la costa alicantina.

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