Art. de opinión de Manuel Sellés

El del mando a distancia y el de la manta de cartón II

NECESIDAD IMPERIOSA E INELUDIBLE DEL TRABAJO

El hombre necesita varias cosas para vivir. Tres son tan fundamentales que no puede prescindir de ellas, y son: aire, agua y alimento. Con estos tres elementos se puede sostener sobre el planeta.

Pero dado que el ser vivo puede enfermar, el medicamento le resulta necesario para acortar el tiempo de la enfermedad, la intensidad de esta y porqué no, evitar la muerte prematura.

Así mismo y dada la zona del planeta en que viva, necesita un tipo u otro de ropa con que abrigarse y casa donde cobijarse.

El hombre, desde el momento en que comió del árbol de la ciencia del bien y del mal cuando estuvo en el Paraíso Terrenal, y alcanzó la inteligencia, se creó una necesidad imperativa que no puede eludir. ¡TRABAJAR!.

Está escrito que se dijo: “ganarás el pan con el sudor de tu frente”. Bien cierto es que el que lo dijo, ya tenía muy claro por aquel entonces la necesidad que había.

Lo único que la Naturaleza le da gratis al hombre es el aire. El resto, se lo tiene que procurar.

El aire lo tiene gratis donde quiera que vaya por el planeta. No tiene que preocuparse de recolectarlo, el cuerpo humano se encarga de utilizarlo de forma automática.

El agua no le es tan fácil, hay que localizarla y transportarla al lugar donde viva, lo cual implica trabajo.

El alimento es más conflictivo. Hay que cultivar el de procedencia vegetal, criar el de procedencia animal y pescar el del mar, lo cual también implica trabajo.

De igual modo, para el medicamento, el vestido, la vivienda y todos los demás enseres que utiliza el hombre para hacerse la vida más cómoda, hay que extraer las materias primas de la tierra y tratarlos para su uso, siendo también una fuente de trabajo.

Al hombre, trabajando conjuntamente, le sobra tiempo para llevar a cabo todas estas tareas además de las de descansar y dormir cada día, así que, necesita ocio para entretenerse hasta completar las veinticuatro horas. Ofrecer los servicios de ocio o entretenimiento es otro trabajo más.

Como he comentado antes, el hombre NECESITA FORZOSAMENTE TRABAJAR para obtener LEGALMENTE cuanto necesite o se le antoje.

El animal distinto del hombre es totalmente libre.

Por su naturaleza, no necesita de fincas de su propiedad donde cultivar, ni corral donde criar animales para su sustento. Se basta y se sobra para pillar la comida en cualquier lugar de la nación donde esté y sin contar con el propietario. Por ello, no va a la cárcel. Como mucho, el amo de lo hurtado, le espanta para que no vuelva. Es más, si por cruzar la carretera provoca un accidente y causa la muerte, tampoco es responsable de nada.

Sin embargo, el hombre, por ser inteligente no es así. Este, se ha organizado en sociedad estableciendo unas normas con el fin de entenderse y llevar a cabo las cosas de modo mejor que el resto de animales, sin necesidad de matarse unos a otros. Pero a su vez, la libertad del hombre se ve mermada por dichas normas, entre ellas, la propiedad.

Está claro que lo que en propiedad tiene el hombre, sin más, solo es su cuerpo.

Para la mayoría de las cosas que tiene basta con poseerlas. Para otras es necesario acreditarlas mediante la factura, y para los bienes que realmente son importantes (la casa) es menester el documento público que acredite su propiedad. Fuera de esta, el hombre no tiene potestad de utilizar nada para su uso personal privado.

El territorio de una nación es de todos. Por ser de todos y estar su uso determinado, nadie puede cultivar ni plantar valla donde criar los animales para su sustento, allá donde quiera si se queda sin trabajo.

Es por lo tanto necesario que, puesto que la sociedad establece restricciones, también se haga cargo de nadie pueda encontrarse sin trabajo con el que, al menos, ganarse el pan.

GARANTIZAR EL TRABAJO DEBE SER SAGRADO. Y es difícil si el hombre no cambia de mentalidad. Si no cambia el sistema por el que se rige.

Mientras el trabajo no deje de ser negocio, el hambre está asegurada.

Se habla mucho últimamente de reactivar la economía; de crear puestos de trabajo. De impulsar el crecimiento económico.

¡Crecer! ¡Aumentar la producción conforme pasa el tiempo para generar más riqueza!

¿En qué cuantía? ¿De qué? ¿Para qué? ¿Para obtener el estado de bienestar? ¿Para quien?

De todos es conocido que el crecimiento de la población consiste en la diferencia entre los que nacen y los que mueren; y esta diferencia es lo que determina ¡cuanto más! se necesita crecer en producción conforme pasa el tiempo.

Fíjense con la siguiente exposición.

Si una persona necesita una patata para su alimentación diaria, para alimentarse veintisiete personas, se necesitarán veintisiete patatas diarias.

Si en un determinado momento, la población es de, por ejemplo, 30 millones, se necesitarán 30 millones de patatas diarias para alimentar a toda la población.

Si pasados 30 días, la población ha incrementado en 1000 personas, habrá que producir todos los días 1000 patatas más que antes.

Si pasados otros 30 días, la población ha incrementado en 1000 personas más, habrá que producir todos los días 1000 patatas más que el mes anterior. Es decir, pasados 60 días habrá que producir todos los días, 2000 patatas más que antes, y así sucesivamente. Este es por lo tanto,  el crecimiento real y duradero de la demanda. ¡Pero! de la demanda masiva de la alimentación.

No ocurre lo mismo con el medicamento, vestido, y el resto de enseres…

El hombre, en condiciones normales no necesita medicamento todos los días de su vida como necesita la patata. Solo lo necesitará cuando enferme. El crecimiento de producción de este elemento no está sujeto, ni en proporción, al crecimiento de la población; la necesidad es casual.

El hombre, necesita al menos dos conjuntos de ropa para el verano y otros dos para el invierno, con tal de llevar puesto uno, y el otro tenerlo limpio y dispuesto para utilizarlo cuando tiene que  lavar el usado. Puede tener más, pero nunca será necesario uno nuevo más cada día que pasa a lo largo de su vida, como ocurre con la patata.

El hombre no necesita un televisor… lava-vajillas… coche… cama… etc., nuevos, todos lo días de su vida; solo lo necesita cuando el aparato que compró en su momento, queda inútil y esto ocurre cada cierto nº de años. A lo sumo, necesitará reparar cuando se averíe, y esto también ocurre de tarde en tarde. No necesita un aparato nuevo más, cada día que pasa a lo largo de su vida, como ocurre con la patata.

Y si hablamos de la vivienda, fíjense, años y años de duración. ¡Tantos! que vale para varias generaciones. Estas (las viviendas), ni siquiera será necesario construir en razón de la renovación de la población humana, porque con el paso del tiempo, algunas van quedando desocupadas por el fallecimiento de sus habitantes y se reutilizan por otros. A lo sumo, habrá que hacer en estas alguna reparación o cambio de estética.

El crecimiento en producción masiva e incesante del día a día y duradera mientras exista el hombre, solo es con la alimentación y el jabón, porque del resto de cosas, cuando ya casi toda la sociedad dispone lo accesorio, solo se necesita reparar o reemplazar, por lo tanto, llegado el momento no habrá tanta demanda y por ello, tanto trabajo a realizar como ocurría en este país hasta hace poco tiempo; y como consecuencia despidos en abundancia.

No habrá posibilidad de seguir creciendo tanto económicamente como predica la clase política.

 

Fíjense en algún capítulo de las series de “El secreto de Puente viejo” o  “Águila roja”, cómo vivía el ciudadano de a pié de entonces y como vive ahora. ¡De qué! se disponía antes en sus casas y en la puerta de la calle y ¡de qué! se dispone en la actualidad.

Esa diferencia entre las dos épocas, es la que proporciona el crecimiento económico en abundancia, ¡pero solo! por un periodo de tiempo que se agota inexorablemente; salvo que todo producto sea de usar y tirar como la patata y el jabón.

La patata se usa al entrar por la boca, el cuerpo se queda con la vitamina o lo que sea y el resto se tira al retrete. No se vuelve a utilizar la misma patata al día siguiente. Ni siquiera por la noche.

El jabón, igual; se utiliza una ración cada día para lavarse, queda en desuso y es echado al alcantarillado.

Al igual que la patata, la ración de jabón que se empleó ayer no se vuelve a utilizar el día siguiente ni nunca más.

Pasar de un estado de escasez, al de  bienestar, propicia un crecimiento de TRABAJO adicional aparte del de la patata. ¡Pero…! como he dicho antes, cuando la mayoría de la población tiene casi de todo lo accesorio, sobra gran parte del personal dedicado a la producción de lo que no es alimentación. Por lo tanto, cuando esto ocurre, la alternativa para no quedarse sin trabajo es emplearse en la producción del alimento y el jabón… u otras cosas; según la demanda.

Como es normal, entonces habría mucho personal para ello, lo cual se puede remediar reduciendo el nº de horas por jornada en todos los sectores, tanto en alimentación como en el resto de industrias.

Se está diciendo últimamente ¡hay que re-inventarse!

¿Es posible reinventarse la sociedad? Tal vez SI, pero… ¿quien estorba el hombre o el dinero?

Fin de la parte II.

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