CANTO AL OTOÑO
Ya estás aquí, otoño,
todo languidece,
la luz más inclinada,
como si estuviese cansada,
los árboles se adormecen,
las plantas abandonan su esbeltez
y las flores se entumecen.
Eres el refugio de la vida,
tienes un color sin igual,
pero lleno de matices,
como es la misma vida,
colores pardos,
amarillos, ocres
y un perfume celestial
Todos sentimos
ese decaer de la vida,
nos sentimos más tristes,
más melancólicos,
como ausentes,
y aunque después de ti
todo aparezca inerte,
la energía de Dios
sigue ahí latente,
regenerando todo lo creado,
impregnándolo de amor
que él derrama sutilmente.
Tú nos das cobijo,
nos proteges del invierno,
cuidas de nuestra vida,
para cuando la primavera llegue
aparezcamos con fulgor,
y seamos reflejo de renovación,
como la que Dios nos otorgó.