Art. de opinión de Claudio Rizo Aldeguer

MILAGROSA: INCUMPLIMIENTOS Vs. PRESUNCIÓN DE INOCENCIA. SÍ Y NO.

Novelda arde. En pleno invierno. Resulta que la nada novicia Alcaldesa, arribó, o re-arribó, a estos pagos del interior de la provincia alicantina cual brujita de cuento para niños sobre su escoba mágica, atrincherándose tres meses antes de las elecciones ante las puertas del SERVEF y prometiendo aquello que bien ella sabía que no podía entregar, o restituir, al menos a corto o medio plazo a un pueblo yermo voz, de impulso, de luz: trabajo. Sí. Trabajo y más trabajo. Vamos, la “reinauguración” del pueblo, o de una nueva era, casi, se trajinó verbalmente Milagrosa (y eso que de verbo anda justa) sobre la atalaya de ese ya mítico atril, ilustre pero con doblez, con su cuerpo sobre él apoyado regalando futuros de humo a un oído más que necesitado. A las puertas del SERVEF, insisto, que actualmente representa en Novelda el Muro de las Lamentaciones, pero a lo “peque” y en plan “depre”. Y la creyeron. Qué cosas. La estela influyente de su reciente pasado “expresidencialista” de las Cortes, ¡ahí es nada!, amén de otros vagos y esperanzadores contactos que afirmó haber dejado en Valencia durante su etapa anterior, que habrían de abocar en convenios, subvenciones y demás en favor de Novelda, hicieron del pueblo, caótico y a la deriva que andaba, el pobre, cojitranco, carne de cañón, como poco, hospedaje y diría que matrimonio por conveniencia de un amor fraudulento.

Más allá de su “prometer hasta meter” (que meterse cien mil euracos anuales en el canalillo, Dios mío, es hacerlo más que decorosamente), ¿debe dimitir doña Milagrosa Martínez, Alcaldesa de Novelda, aupada bien por las siglas, bien por más de la mitad de sus vecinos hace casi dos años, al estar imputada por los cargos de tráfico de influencias, malversación y cohecho pasivo por los que se le investiga durante su etapa de consellera? Me puede en estos casos mi filiación incondicional a no pre-condenar (ni civil ni políticamente) a aquel del que penda causa aún no esclarecida, o indubitada, que se diría en sede judicial. O sea, que emerge en mí el derecho a la presunción de inocencia ajeno, egregio e insustituible, madre de nuestro Estado de Derecho y que bien yo mismo, y sospecho que también usted, querría para mí y los míos caso de caer en ese batiburrillo de sospechas del que sólo desearía que conociera una persona: el Juez.

Hay un sucesor de Milagrosa a la Alcaldía muy aparente para el cargo (aunque lo sería en “funciones”, en caso de baja de la alcaldesa): Valentín, nombrado sorpresivamente por “La Perla” como su segundo en contra de toda lógica “rafaelista” que señalaban los vientos. Por eso y por otras cosas, “dicen las lenguas de doble filo” (me acuerdo ahora al escribir esta expresión de la vieja copla que canturreaba mi abuela, hoy de brutal actualidad en los sumideros impunes del Facebook) que hay una ruptura insalvable en el grupo Popular de Novelda. “Milagrosistas” y “Rafaelistas”. Las redes sociales cuentan cosas. Y uno como que se ilustra, oiga. Sin querer. Recientemente, el concejal socialista Iván Ñiguez tuvo el gesto solidario de publicar en la red una nota manuscrita en el anverso de un orden del día por el concejal popular, Oriental Juan; una nota que dejó (supongo que olvidada) tras un Pleno sobre la “mesa de ínclitos” y en la que supuestamente cerraba con una llave divisoria el “personal de Milagrosa” y el “personal de Rafa”. “Clic”. Foto al canto y, ¡zas!, enviada en un hipo a la estratosfera “feisbukiana”. “Así ocupan el concejal del PP el tiempo en los plenos, buscando aliados”, tituló el improvisado reportero socialista en el ejercicio de esta triste versión de espionaje a lo “Torrente” con la que no comulgo. ¿Otra causa para la dimisión de “La Perla”, no saber mantener ni la unidad en su grupo? Y qué ganas de cazar, de destruir, de denigrar al adversario, por cierto… Con la camarita.

¿Debe pues irse Milagrosa, por su imputación, por sus formas, por su momento personal, por la segregación interna…? Apunto sugerencias. Sí, por su “sobradismo” (imperdonable) al burlarse de un pueblo malherido con promesas imposibles y servirse de su desesperación, llamándose “mesías”, poco menos, cuando poco o nada tenía que ofrecer. Sí, porque como el Rey, cuenta con un sucesor sin tacha y más preparado que ella. Sí, porque si bien es cierto que está en todo su derecho de rechazar la reprobación en pleno de la oposición, al decir “Quien tiene la conciencia limpia, no huye”, algo desde luego inapelable, no es de recibo en cambio que al día siguiente, y ganando lo que gana, se devane los sesos en plena sesión de las Cortes con la conjugación del verbo “être”, siendo deberes de casa, por sensual que al oído suene el acento francés y ligues que uno se atraiga susurrando el “je t’aime mon cherie”. Pero también, no. Ojo. No debe dimitir, si de la imputación hablamos, estrictamente. Arriba lo digo, políticamente, recuerdo que la petición de la Fiscalía, además de pena de cárcel, acuerda solicitar otra de inhabilitación para todo cargo público, ¡por treinta y cuatro años! Esto es, políticamente, una solicitud de apartamiento de todo cargo público. Bendigo pues, a este respecto, el manto de la presunción de inocencia con el que en justicia ella desea cubrirse. Para mí, ámbito inviolable. En todo caso. Y siempre. Que cada uno rinda causa a sus principios.

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