Deportistas noveldenses, por Vicente Díez

49) ATLETISMO EN PISTA (2ª parte)

Hoy le toca el turno al otro club de atletismo, el Revestimientos Mediterráneo y para ello, conté con la imprescindible ayuda de su presidente, José A. Pacheco, quien me ha acompañado en las entrevistas a sus atletas.

El primero es un joven de 23 años, nacido en 1.990, Ángel Cárceles Muñoz; quien como tantos otros, jugó al futbol inicialmente e intervino en la Liga Escolar. También practicó ciclismo, con la Peña del Atlético de Madrid, coincidiendo con Julio Alberto Amores en los colores del maillot. Después corrió con el equipo ilicitano del Pikolinos, hasta los 14 años. Pero los muchos compromisos y peligros que conlleva el ciclismo, le hizo interiormente buscar otro deporte. Conoció por entonces a dos atletas locales, Pere Juan y Rubén Piqueres y le animaron a probar en carreras pedestres, debutando en la carrera del barrio de La Vereda, con zapatillas de futbol sala. Sus dos amigos planearon de antemano ir despacio y apretar en la recta final, pero Ángel no se quedaba atrás, siendo un novato. Al final, Ángel fue tercero en su debut, algo muy esperanzador. Posteriormente, al continuar en este ambiente, Corpus Sánchez, el entonces presidente, se interesó por él, algo nuevo para Ángel, quien comenzó a disputar carreras más largas, de cross. Junto a Cristian Ortiz se clasificaron ambos para el Campeonato de España por Equipos en Cross, a disputar en Jerez y al año siguiente, en Valladolid.

Pero algo le decía que lo suyo en el atletismo era otra cosa; no las distancias largas, sino la velocidad, por lo que en el año 2.006 comenzó a competir en pista, en distancias largas, alrededor de los 3.000 m., al acabar la temporada de cross. Vieron que tenía una salida y velocidad explosiva, por lo que fueron acoplándolo a distancias más rápidas, hasta probar con los 400 m., su prueba estrella. Y es imprescindible situarse dentro de la piel de un sprinter, para conocer qué pasiones se agitan en su interior en los instantes previos a las voces de mando del juez de salida. Un estado tenso, de evidente excitación nerviosa, sacude todas las fibras del ser; pero este estado casi febril es causante, en ocasiones, de pequeños defectos que, sumados, apenas serían una décima de segundo y provocan, si no el fracaso, sí la no consecución del record, o la mejora de la marca personal. O sea, bastaría con una mala salida, o un desvío lateral de cualquier punto de apoyo; una zancada imperfecta…, o algo imprevisto. Y estos errores no tienen reparación en las carreras de velocidad, pues el tiempo empleado hasta la meta es tan corto, que dicta su propia ley.

Para estas pruebas de velocidad, le entrenaba e instruía Fernando López Becerra, anterior corredor y poseedor de los títulos de Educación Física y del INED. Gracias a este entrenador, consiguió mejorar sus resultados. Aquel año, 2.007, acudió al Campeonato de España Escolar, en Palma de Mallorca, tras clasificarse en su prueba preferida, los 400 m. lisos, así como la clasificación para otro Campeonato Nacional de Atletismo, en Oviedo, al que no acudió al enterarse casi sin tiempo para prepararse, de su clasificación en tierras asturianas. A continuación, se había creado el equipo de Revestimientos Mediterráneo y ambos, cambiaron de club.

En estos campeonatos nacionales, para clasificarse, comparan a nivel nacional los mejores tiempos en cada prueba a disputar, debiendo tener acreditada federativamente, una marca mínima. En el caso de los Campeonatos Nacionales Escolares, sólo acude la mejor marca a nivel autonómico de cada especialidad, por lo que como máximo, hay 17 clasificados en cada prueba o distancia.

Ángel Cárceles fue de los primeros, casi de los fundadores, en vestir la vestimenta azul y amarilla del Revestimientos Mediterráneo. Ahí se juntan, o tienen cabida, tanto los que quieren competir, como los que van a “hacer deporte”, sin más, o “estar en el ambiente”. Su presidente, como ya se dijo, es José Antº Pacheco y al no disponer de sede, se reúnen en la Casa de la Cultura, cuando tienen algún tema que debatir.

Este joven atleta posee una buena cantidad de podios en diversos campeonatos de todo tipo. A nivel autonómico, fue bronce en los Campeonatos Juvenil y Escolar, disputados en Elche (año 2.007), en 100 y en 200 m. lisos. Y en su prueba preferida, los 400 m. lisos, fue campeón autonómico escolar y actuó en el Nacional Escolar en Palma de Mallorca. En el año 2.008, subió de nuevo al podio en el Campeonato Autonómico Junior en Pista Cubierta (velódromo Luis Puig, Valencia) tanto en 200 como en 400 m. lisos. Asimismo, fue campeón provincial Junior en Pista al Aire libre, en Alicante, en 400 m. vallas y se clasificó, pudiendo participar en el Nacional en Pista Cubierta, en 400 m. lisos, en San Sebastián.

Posteriormente, comenzó a dedicar más tiempo tanto al Bachiller, como después, al curso TAFAD de Educación Física, que sigue actualmente. Ello le impidió seguir con su buena racha deportiva, pero no su ilusión por volver a correr, por lo que en el año 2.011 fue a Huesca, para disputar la final del Campeonato Nacional de Clubes, representando al Arosa, como filial. Me cuenta que quisiera tener más tiempo libre, sobre todo, por las tardes, para entrenar junto a Rubén Piqueres y Ángel Cárceles, dos compañeros del Revestimientos Mediterráneo, con los que consiguió el bronce por equipos, en el Autonómico de Pista Cubierta, en Valencia. Pero el reloj no da más horas de sí y ha de repartirlas entre los estudios, los entrenamientos y un empleo de fines de semana como camarero, además de preparar a alumnos del colegio Gómez Navarro, para los Juegos Escolares. Lo que se dice, una dedicación a tiempo completo.

También me cuenta que hay pocas pistas en España con catalogación oficial para homologar records de atletismo y en nuestra comunidad autónoma sólo está la mencionada en Valencia; por supuesto, no lo está la de Novelda, debido a las medidas y al diseño. También hay otras oficiales: en Madrid, en Palma de Mallorca, en San Sebastián y poco más. Por tanto, las marcas se toman en otras pistas al aire libre, las cuales coteja y compara la Nacional.

Para esta próxima temporada, quiere volver a estar entre los mejores. Que así sea y… ánimo, campeón.

A continuación, les presento a un atleta veterano que corrió e hizo de todo, como un clásico sportman. Se trata de Manuel Azevedo Blasco, chapista de profesión y que cuenta con 52 años. Nació en Barcelona, (1.960), de padre portugués, el cual había sido campeón nacional de gimnasia y de remo a cuatro con timonel y fue quien le inculcó el deporte desde su más tierna edad, la cual transcurrió en Francia, donde en su etapa colegial vio los Juegos Escolares. En el caso del atletismo, en los que participó casi jugando, consistía en dar vueltas alrededor del edificio del colegio.

Trasladada la familia a la ciudad marmolera, su primer contacto deportivo fue jugar en el Novelda CF juvenil, en el puesto de delantero, junto a otros compañeros, entre los que recuerda a Pepe “el Negre”, “El Tato”, Alberola y tantos otros de la época y fueron campeones. Posteriormente, pasó al equipo del Sagrado Corazón, con “Pere” de entrenador, quien les repartía bocadillos tras los partidos.

Años más tarde, se fue al servicio militar (1.980) en el cuerpo de Infantería de Marina de Cartagena y allí había pista de atletismo, pero el Ejército no la usaba para batir records de velocidad o similares, sino que celebraban carreras de larga distancia y de orientación, exclusivamente para militares. Probó y le seleccionaron para un Campeonato Interejércitos, en El Escorial. Llegaron cinco días antes y se entrenaban y paseaban en la Casa de Campo. Llegó el día de la carrera y nuestro infante de Marina acabó en segundo lugar, tras el favorito, un policía llamado Constantino Esparcia. Por equipos, su cuartel quedó en tercer lugar. Como curiosidad, me relata que los seleccionados de Canarias sólo iban a pasear, pues alegaban que “para una vez que podían salir de allí y ver aquello, no iban a cansarse”.

De nuevo por aquí, participó en la primera edición de la Subida al Castillo y debido a su rápida salida, consiguió pasar primero en la meta volante del Santuario, pero la bajada le paso factura. Estaba encuadrado en la Peña Madridista y sus preferencias eran las pruebas cortas y rápidas, las de velocidad. En Novelda, como en la mayoría de ciudades entonces, no había pista y mucho menos, pruebas de velocidad, excepto en Alicante, por lo que fichó por el Club Costablanca. La pista estaba junto al Carrefour de San Juan.

Allí estaba “en lo suyo”, con esa tensión que es imposible obviar antes de tomar la salida y me cuenta que “al oir el disparo, sales lanzando el cuerpo y ni miras a los que te acompañan; no te das cuenta de la velocidad propia hasta que llegas y lo tienes que notar”. Y así consiguió muy buenos resultados y en un Campeonato Autonómico fue tercero en la distancia de 100 m. lisos, con 11 segundos. Si tenemos en cuenta que el record olímpico (y son profesionales) sólo baja unas centésimas de los 10 segundos, la marca de Manolo fue admirable… y se le colaron dos ¿cómo acabarían estos tres del podio? Los 200 y los 400 m. lisos son más duros, debido a su alargamiento en el esfuerzo agónico. En los 200 m. consiguió un crono de 23 segundos.

Con ganas de enseñar a otros este deporte, hizo el Curso de Monitor Provincial de Atletismo junto a Makoli. Después consiguió el título Nacional en las pistas de Alicante, e hizo cursos de Medicina Deportiva. También entrenaba a los chavales del barrio de San Roque, en el enorme solar que había donde hoy está el Tanatorio y la zona industrial. Manolo confeccionó artesanalmente las vallas y logró un disco para practicar el lanzamiento; en aquella época, no había las posibilidades actuales, con la pista de Los Campitos.

Y así hasta que una fuerte lesión en la rodilla le obligó a abandonarlo momentáneamente, debido a la operación sufrida y pasó a practicar posteriormente bicicleta de montaña y de ruta, para ejercitar la rodilla. Además, fue probando otras facetas del deporte, pues esquió en la nieve y llegó a poseer el cinturón naranja en judo, así como ser considerado Delfín de Bronce, en natación. Aún le quedó tiempo para dar clases de spinning en el gimnasio Sotokan. A propósito, su esposa también es deportista y practicó el fisioculturismo.

Manolo, multideportistas como tú se necesitan para enseñar a los que empiezan; por lo que te animo a que no dejes del todo tu contacto con los neófitos. Ánimo y te esperamos.

Y por último, aparece un veterano que supera los 70 años y del que en su día les comenté que fundó un club de atletismo (“La Liebre”) a mediados de la década de los 60. Se trata de Jaime Segura Sainz, quien pasó gran parte de su infancia y adolescencia en Argelia. Hace pocas semanas escribí sobre su padre, Aurelio Segura Beltrá, que fue portero de fútbol en el histórico equipo de la Unión Frutera.

Jaime se decantó por el atletismo y al regresar a Novelda (1.957) apenas había por aquí alguien que practicase el atletismo y los pocos que había, bastante mayores que él, casos de “Marianet” o “Toni” Gran, se inclinaban por las pruebas de cross, o largo recorrido. Le acompañaba también otro atleta local, Elías Jover, contemporáneo de Jaime y ambos llegaron a participar en carreras largas. Por no entrenar solo, iba con ellos, pero él había corrido en tierras magrebíes en pista y donde mejor nota conseguía, era en los 100 m. lisos, “la prueba reina de la velocidad”. En Argel había sido campeón de los 60 m. lisos, a los 15 años, con 7,02 segundos. Jaime me cuenta que un buen velocista suele acoplarse bastante bien a la especialidad de los saltos (de longitud, o triple salto), debido a que también se sale a la carrera.

A veces, participaba en pruebas que se celebraban en la Ciudad Deportiva, tanto la de Alicante como la de Elche y se hizo habitual en ambas ciudades casi todos los domingos, junto al que quisiera acompañarle, logrando ser campeón provincial y regional en su prueba favorita, los 100 m. lisos. En el año 1.958 participó en los Juegos Deportivos Sindicales, celebrados en Madrid, clasificándose para la final, en la que consiguió la cuarta plaza. A este evento acudieron más de 10.000 atletas de toda España, en las diversas especialidades.

El servicio militar (años 1.963/64) lo hizo en Sidi Ifni y al regresar, siguió con su medio de vida, pues trabajaba fabricando artesanalmente mosaicos en el bajo de su casa.

Siguió corriendo hasta el año 1.968; para entonces, ya había fundado el Club Atlético “La Liebre” y coordinar esto y entrenar, eran algo incompatibles, sacando tiempo de donde podía. En aquel bajo de su casa, se cambiaban de ropa los atletas noveldenses de la época e iban a medio gas hasta La Monfortina, para desde allí hacer el regreso a buena velocidad y tenían ya medida la distancia hasta la puerta del Campo de fútbol, 1.500 m. que les servían de fondo para las pruebas de velocidad.

Aquel año comenzó a hacer cursos de entrenador a nivel nacional, pagados por la Federación Alicantina de Atletismo. Conseguido el título, actuó como docente de Educación Física en el colegio Cervantes. Un buen día, el profesor don Joaquín Pellín le pasó la sugerencia de un grupo de alumnos de aquel colegio, pues había por entonces un programa en TVE titulado “Camino del Record”, en el que más de un centenar de colegios de todo el país actuaban compitiendo entre sí en pruebas de atletismo, excepto lanzamientos. Se desarrollaba en el Palacio de los Deportes y en cada sesión, se enfrentaban siete colegios. Los alumnos estaban ilusionados con “salir en la tele” y el bueno de Jaime ¿cómo se iba a negar? Acabó por aceptar y seleccionaron a los mejor preparados. Corría entonces el año 1.973 y Jaime aporta una fotografía, en la que se le ve junto a ocho niños que hoy estarán por los 50 años. Acabaron en tercer lugar aquel día y pocas jornadas después, se emitió en diferido. Jaime y sus seleccionados acudieron a ver la pantalla en el local de la OJE (Organización Juvenil Española), donde hoy está la Casa de la Cultura. El local estaba lleno, pues se había corrido la voz entre la gente menuda, además de algún que otro papá y mamá, e incluso estaba allí el entonces alcalde, don Joaquín Payá Segura, primo del padre de Jaime.

Poco después, tras clausurarse el Club Atlético “La Liebre”, cesó esta interesante actividad atlética local y Jaime impartió clases de Educación Física en institutos de Elche, Aspe y Novelda.

Y por hoy, acabo recordándoles que hemos repasado las vivencias de atletas de tres generaciones distintas, lo que demuestra que el deporte más clásico y veterano no tiene falta de jóvenes practicantes.

P.D.- La próxima biografía será la de Manuel Toledo “Candela” (ciclista). Si sabes la vida de algún/a deportista de Novelda, incluso de persona fallecida; o bien, la de un club deportivo local, llámame al 633 252 500. (Vicente). GrACIAS.

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