Art. de opinión de Manuel Sellés García (jubilado-pensionista)

Canto a la madre

Para enaltecerla, pues es la madre, la que lleva el peso de la procreación.
Canto a la madre. Porque una cosa es ser mujer y otra muy distinta es… ser MADRE.

Antonio Machín cantaba:

Madrecita del alma querida
en mi pecho yo llevo una flor
no te importe el color que ella tenga
por que al fin tú eres, MADRE, una flor.

Tu CARIÑO es mi bien, madrecita
en mi vida tú has sido y serás
el REFUJIO de todas mis penas
y la CUNA de amor y de paz.

Aunque amores yo tenga en la vida
que me llenen de felicidad
como el tuyo jamás, MADRECITA
como el tuyo no habré de encontrar.

La evolución es cambio; hacia lo positivo o lo negativo.

Con el paso del tiempo, estos estilos de canto al amor y a la unidad de la pareja, fueron sustituyéndose (exceptuando algunos temas) por ruidos y saltos en el escenario; como si por imitar o parecerse al mono, fuera más honroso, modoso o divertido.

Con el paso del tiempo se dejaron de oír en la época de la infancia, pubertad y adolescencia, frases y palabras como las que acabamos de leer.

Con el paso del tiempo un grupo bastante numeroso de la juventud ha ido evolucionando en parte hacia el desmadre. Quizás porque el padre, hastiado de imposición (que no persuasión o inducción) hacia el buen comportamiento exigido por su predecesor, le resultó más cómodo aplicar la tolerancia con su hijo; tolerancia que ha llevado a la criatura a no enterarse de lo incorrecto.
Ya ven, falta de respeto entre iguales y mayores, a los padres, a los maestros, a lo público. Tabaco y alcohol a los trece y quizás menos años. Del botelloncito se ha pasado a los macro botellones que la autoridad ni puede ni podrá erradicar.

Vamos, que si por todo lo anterior, fumar y emborracharse, se fuera más hombre.

Con el paso del tiempo un grupo bastante numeroso de mujercitas (cada vez más) se van pareciendo más al macho. Es decir, son menos modosas. No les importa proferir palabras y frases mal sonantes sin el menor recato, así como actitudes de menos decoro como la mayoría lo hacían en el pasado.
Es como si imitar o igualar al varón, fuera signo de grandeza para estas.

¿Está bien que el varón sea basto?… mal hablado… tosco… bruto… dominante… etc. En mi opinión no. NO ES MÁS HOMBRE EL MÁS MACHO; pero más mal es, que lo sea también la MADRE.

Porque la mujer cuando se convierte en MADRE de un nuevo ser (sea mujer o varón), al gestarlo, amamantarlo, cuidarlo… al enseñarle a vestirse, al inculcarle el cuidado de su aseo personal y tantas cosas más, es la persona que más va ha influir en este durante los primeros tiempos de su vida. Es la persona que goza de la mayor parte del tiempo y oportunidades para inculcar en la criatura los buenos modos. A ser responsable de sus actos.

Y si en esta (la madre) son habituales los malos modos, tempranamente en el cerebro vacío de la criatura o en el carácter de esta, van a encontrar sitio; modos que con el paso del tiempo y unido a los que va ha encontrar conforme se integre en la sociedad le van a reforzar aquellos y casi con toda seguridad, este nuevo ser, será otro ser tosco… y otras cosas más.

Tal vez alguien pregunte:

Y ¿por qué la mujer es la que tiene que ser la modosa, la tierna, la sensible, etc.?

No estoy en condiciones de asegurar el porqué; no soy antropólogo. COMO TAMPOCO DIGO QUE EL VARÓN NO DEBA SER como ella, pero puesto que:
– La mujer y el varón no son iguales físicamente porque cumplen misiones distintas; ella gesta, pare y amamanta a los hijos.

– El varón es físicamente más fornido, más fuerte; supongo que adaptado para los trabajos más pesados y para ejercer la protección de su familia, incluso con la fuerza frente a otros.

Quizás es por lo que al desarrollarse ella menos fuerte físicamente, tenga más capacidad de desarrollo en lo sensible.

Observemos que ya en la infancia el comportamiento de ambos es diferente; ella se inclina por acoger a la muñeca y el por ejercer el poder de la pistola; y no creo que sea porque los padres inculquen a cada cual esas preferencias. A los dos se les dio primero el sonajero como juguete, pero con el paso del tiempo cada uno se inclinó por cosas diferentes. Tal vez por ser diferentes.
La nueva criatura durante los primeros tiempos de su vida está expuesta a los modales de su madre y de su padre, pero en mayor tiempo los de la madre. Está claro que si el padre es tosco, el hijo también estará expuesto a los malos modos, pero teniendo los buenos de la madre, estos, contra-restarán y, al menos, con el paso del tiempo podrá discernir y comparar entre ambos y tener la oportunidad de elegir.

Creo que todos estaremos de acuerdo en que mejor es que las buenas formas y los buenos hechos no se pierdan del todo, no sea que si ello ocurre, la raza humana se convierta en animal salvaje.
Por ello debemos abogar… interceder… procurar… que cada ser nuevo pueda disponer de al menos:

Tu CARIÑO es mi bien, madrecita
en mi vida tú has sido y serás
el REFUJIO de todas mis penas
y la CUNA de amor y de paz.

Mal es que al ser humano le falte el amor y el calor del padre, pero si también le falta el de la madre, casi con toda seguridad perdido estará para siempre.

Un abrazo a todos.

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3 COMENTARIOS

  1. En un dia como hoy ,que tantos años ha sido el «Dia de la Madre» los que no podemos disfrutar de ellas, leer el escrito de Manolo Seller,nos llene de bellos recuerdos de nuestras Madres
    Gracias Manolo por este escrito que en los tiempos en que estamos nos hagan reflexcionar.

  2. Manuel, vivimos tiempos de falta de tiempo, perdona la redundancia, pero es así, no se tiene tiempo para amar a los hijos y que se sientan protegidos, debido a las necesidades materiales que ha creado el sistema, ambos tienen que trabajar, y por ello necesitan «echarse los hijos de encima», y para ello pueden hacer tres cosas, o llevarlos a guarderías o que se hagan cargo de ellos los abuelos, o no tener hijos, porque además los gobiernos cada vez más evitan gastar dinero en facilitar a los padres criar bien a sus hijos.

    Los hijos se educan sin prácticamente contacto amoroso con sus progenitores, y eso los chic@s lo suplen con exceso de tiempo para los amigos, y ahora para postre las nuevas tecnologías los han conectado desde muy jóvenes «AL ESPACIO SIDERAL».

    Vivimos un mundo sin espacio para el amor, sin tiempo para meditar que vida se lleva, que podemos hacer para cambiar la realidad, y así toda una suerte de materias que son imprescindibles abordar para hacer un mundo más habitable, pero las necesidades materiales que nos ha inculcado el sistema han hecho de esta vida un calvario.

    Los padres han sido, como tú bien dices, siempre fundamentales para el desarrollo de la personalidad del individuo, pero la madre ha sido la que más ha influido en la futura sensibilidad de este.

    Manuel, creo que somos ya una especia a extinguir, se está construyendo un mundo tan nuevo que empezamos a no comprender, todo se ha convertido en violencia, las películas, los juegos electrónicos para l@s chi@s, todo lo que se hace de este tipo de pasatiempos se refieren a monstruos, guerras, muertos vivientes, luchas sin cuartel, matanzas, y claro con esos mimbres dudo se pueda hacer una sociedad de amor y fraternidad.

    Un saludo.

  3. Muchas gracias a los dos por comentar y a quien haya leido el mensage.

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