SI SEÑOR, EL MAR
A Claudio, que tanto ama Alicante
Leí, hace algún tiempo, no mucho, a propósito de instalar un kiosco utilitario y cafeteril, destinado a quitarnos mas visión del mar, si alguna conservábamos, unas palabras de Mario Flores insuscribibles, referidas, entiendo, a quejicas como yo: ”Obsesión enfermiza de ver el mar.” Son de cuando Flores no era aún conseller del gobierno de Camps, sino esa cosa tan disparadamente denominada “autoridad portuaria”.¿Cómo va a ser un hombre autoridad portuaria, o jefe de ella o presidente? Si acaso, detentarla. Empezó la extraña denominación con el lamentable Ángel Cuesta y continúa, para asombro y menoscabo del idioma.
Me actualizaron el crimen de las marinas. Ese paréntesis presuntamente comercial a oriente y occidente de lo que un día fue nuestra referencia ciudadana marina. Porque Alicante, como no lo es Valencia, por ejemplo, era una ciudad metida en el mar o un mar metido en una ciudad. Lo veías desde donde estuvieses. En Valencia puedes pensar que no tiene mar. Si no te llevan hasta él, no lo encuentras. Ves hasta naranjales, pero no mar. Te sientes huertano, no marinero. Ves tierra y verde. No azul…
Vuelvo a ese angustioso bosque de mástiles, plástico y cemento, levantado sobre la gracia de aquel laguito encantador al que vertía Alicante, en su dársena más interior. El masivo hiper naviero o “super” de plástico, que ha enterrado nuestra entrañable visión inmediata del mar, ciudadano, vecino, accesible. Esa “gran superficie” mala sombra, que ha vendido la mas cara estampa de la ciudad a cuatro ricachos. ¡Inolvidable Cuesta y continuadores! Nos dejaron sin nuestra integración, viva y vivida, marinera. Sin nuestro espejo de cielo, pila plateada de mar domestico y propio, ultrajada por la especulación nuevorriquista y pelotacera. Cutre parking utilitario y ramplón, barullo de barcos y pantanales en el quiero y no puedo mas hortera, ostentoso y aburrido. Apenas porciúnculas de agua. Ningún reflejo. Un vulgar aparcamiento de yates hollando el limpio cielo con sus cientos de estacas tubulares. Madera, hormigón, plástico, especulación y basura. Alicante ciudad sin mar… ¡Malditos irresponsables!…Y nos hemos quedado con nuestra obsesión enfermiza de ver el mar. ¡Qué gente más rara, ¿no? Nosotros, nosotros, los obsesionados por ver el mar, no don Mario Flores, que podía vivir sin esa obsesión. Ese mar que don Mario hasta lleva casi en el nombre y, yo diría que incluso en los genes de la profesión familiar, a lo largo de generaciones…
Malditos malos alicantinos. Nos quitaron el mar y nos añadieron dos zonas mercachifles, la ruinosa Panoramis y esta otra del este, la que se extiende entre el expolio de los Meliá (otro crimen municipal imperdonable) en la que se ha tolerado la instalación de un Casino por el horror de cuya fachada y haberla consentido, se debía ingresar, directamente, en la cárcel.
Doña Sonia dice que Alicante es guapa y guapa. Guapa es ella. Alicante era guapa cuando tenía mar y se miraba en él. Ahora, en su añorada dársena, preciosa, asequible, humana, la del pequeño llaud que se alquilaba y la airosa piragua deportiva, es una horterada de todo a millón. Especulación y mala sombra a partes iguales. Los habrá felices con la ignominia. Convertir nuestra gracia de pequeño estanque ciudadano en un supermercado de material flotante, les parecerá progreso. De ahí a regresar al árbol, solo un salto…
Te agradezco, con todo mi cariño, que hayas dedicado tu amor a Alicante, a otro enamorado de ella, mi querido hijo Claudio. Que pena que lo has cogido lejos. Trataré de localizarlo, pues estando en la secana Albacete, no contacto con él. Más bien parece que está en Afganistán, como mi sobrino Fran, hijo de mi hermana, y que anda destinado en su condición de capitán del ejército del aire, por aquellos infernales desiertos.
Alicante, guapa, guapa. Como bien dices, la guapa es Sonia, no su gobernada. Cada vez menos, tráfico infernal, imposible aparcamiento y lo más bello que tiene, su azul y precioso mar, cada vez más violado, por los antinaturales Panoramis y, no digamos ya, por el moderno y mortecino puerto, con su obra más ruín por fea e innecesaria, para el buen gusto, vamos. No entro en otros temas lúdicos o empresariales.Me refiero, claro, a su Casino, que más bien pareces encontarte en Las Vegas que en nuestro otrora bello Alicante.
Buenísima descripción de nuestra capital. Casa vez sois menos los que la seguís amando. Mi hijo entre ellos. Un abrazo.
¿No teneis nada mejor que hacer que hacerle la ola al beresaluze?
…siempre los mismos!
Leyéndote me he sentido y visto entrando en el puerto de Alicante acompañando a mi padre, con un camión cargado de aromas y sabores nuestros, de Novelda, de La Carmencita, con destino a nuestras islas afortunadas, que lo son y más con esa recepción inmediata de nuestros más íntimos sentidos novelderos extractados en esos productos maravillosos. Se entraba por delante del edificio de la Comandancia de Marina, edificio que en su interior tenía un patio central rodeado de columnas de mármol, que no se si de Coralito o de Rojo Alicante, que yo no soy muy entendido pero tu si Luis, lo captas a distancia, seguro, hasta te imaginas la cantera de donde han salido. Esas columnas ahora están “Esparcidas” por esa zona echa sin gusto, hasta yo diría que con mala leche, y más aún después de colocar ese casino impresentable y hortera, para fastidiaros más la vista a los que no tenéis otra cosa que hacer que ver el mar ¿ Como osáis tener esa pretensión tan anticuada de observar el Mediterráneo ¿ ¡ Jugar al dominó que entretiene más ¡ diría Cuesta o Flores o la guapa de Castedo, que han estado y están en otros menesteres.
Prácticamente desde ese edificio de la Comandancia hasta el final del puerto solo habían barcos cargando y descargando mercancías, con todo el mar para ser contemplado, y lo que le debe ser natural a un puerto, vida marinera y olor a sal a yodo, a pescado recién extraído de sus aguas, y no como ahora, y tú bien dices, bosque de mástiles de yates de ricachones y de súper-mercado, aderezado todo ello con manchas de gasóleo de un olor “maravilloso”, y ahora para culminar toda esa estrategia de desastres, como si hubiesen sido diseñados concienzudamente para que los jodidos no fueseis vosotros solos, se han cargado de un plumazo todo el frente de San Gabriel , espaldas de la estación de Murcia.
Has descrito bien, con tu certera pluma y tu rico verbo, la situación tan aberrante de ese rincón de Alicante tan delicioso que te hacía en otros tiempos, extasiarte y sentir en lo más intimo esos aromas marineros y la grandeza de la creación.
Date cuenta todas las ideologías que han pasado por esa maravillosa ciudad, la han cagado ¡ Perdón Luis, el diccionario de la Real Academia me lo permite espero que tú también.
Tu amigo Pepe o José como quieras, te saluda con afecto.
El mar es algo consustancial a los alicantinos. No se entiende esta ciudad sin contemplar alguna vez desde el Castillo de Santa Bárbara en al cima del Benacantil ese inmenso mar azul que se abre a nuestros ojos.Hasta en el horizonte se puedee divisar el perfil de la Isla de Tabarca.
Alicante sabe a mar, su vecindad tan próxima permitía al escritor terruño Gabriel Miró decir que sus casas se miraban con sensación de escollera,de faro,de haber sido mar y tenerlo bajo las piedras.
El mar ha sido el motor para el desarrollo de la propia urbe, siempre unida a lo largo de la historia al tráfico y al comercio marítimo.
Lo que ocurre Sr Galbis es que no siempre la improvisación urbanística y el desarrollismo mal entendido son compatibles con la estética.Hoy tenemos un puerto convertido en un gran centro comercial y logístico, recinto de actividades lúdicas y culturales, lugar de referencia de grandes acontecimientos deportivos como la Volvo Ocean Race y que curiosamente ha pasado de ser testigo histórico del exilio de mucho alicantinos tras la guerra civil a ser el refugio de políticos presuntamente corruptos venidos a menos.
Paradojas de la Historia Sr Galbis , cada vez es más dificil que en nuestra retina aparezca la imagen de aquella mujer del pescador despidiéndose en los muelles llena siempre de incertidumbre y desazón por la suerte de su marido y en cambio es más fácil ser testigo de como Doña Letizia y la señora Castedo pasean sus modelitos a la vera del mar.
Son otros tiempos Sr Galbis y habrá que aceptarlos, pero la mar sigue ahí, entre las piedras.
¡¡Hayyy Dragón Rapid!! ¿Sabe que?
» LO QUE SALE POR LA BOCA SALE DEL CORAZÓN».
No son palabras de los curas o de la iglesia. ¡Lo dijo Jesucristo!.
Yo me pregunto; ¿lo de este Sr.?
¿Es envidia?
¿Le molesta?
Mire. A mí, me cuesta bastante entender algunos mensajes del Sr. Galbis. Otros, ni siquiera alcanzo a descifrarlos. Con toda seguridad por que no soy ducho en literatura. Tal vez si le dedicara más tiempo, A LO MEJOR, lo lograría, pero seguro que no podría seguir su ritmo.
Pero hay una cosa que llevo a raja tabla; y es, no faltar al respeto. Porque faltar al respeto (en este caso) al que escribe (que es una manera más de hablar), es privarle de la libertad de expresión. Es coararle. Todo depende del espíritu del que habla.
Tal vez a Ud, no le coarta lo que piensen en negativo de Ud., posiblemene por que no le importen los demás. Pienselo.
Si a Ud, no le gusta que algunos simpatizantes del Sr. Galbis, expresen su satisfacción por sus pensamientos y como los expresa; simplemente, no lo haga Ud, pero deja libres a los demás. Al fin y al cabo, nadie le obliga a Ud a que entre en la tertulia. Esto es voluntario.
¡Me da la impresión! (y lo considero positivo) de que Ud tiene interés por estos temas sociales, de lo contrario, no se molestaría en hacer su comentario.
A mí, que toda la vida me han pagado el salario por resolver problemas, le propongo una cosa:
Escriba Ud.
Manifieste sus pensamientos.
Exponga su opinión.
Tal vez se lleve una sorpresa. A lo mejor, también aparecen unos incondicionales suyos haciendole a Ud. lo que denomia… LA HOLA.
Por último, decirle que Jesucristo también dijo:
» LO QUE QUERÁIS QUE OS HAGAN A VOSOTROS, HACÉDSELO TAMBIÉN VOSOTROS A LOS DEMÁS»
Saludos a todos.
Muchas gracias por conectar y compartir un sentimiento que muchos compartimos y nos agrada ver expresado con tanta eficacia literaria.
Gracias Observatore Rumano por añadir y acertar en tus comentarios, que enriquecen tanto como el artículo y lo amplían en gran medida.
Alicante siempre estará en mi corazón; tengo mucho Alicante encapsulado en mi pasado. Cápsulas de diversos colores todas ellas, pero muy queridas.
Feliz domingo a todos.
Una joya, esta que hoy me dedicas, querido Luis. Una joya literaria, con tu habitual maestría… y una joya por el lugar escogido, Alicante, ciudad a la que tanto debo, que tanto me da y a la que tanto amo. He revivido desde la distancia (estoy de viaje, entregando placeres al alma en tierras manchegas), pero he tenido un ratito para hacer un aparte y saborear, casi aspirar, esta pieza tan hermosa que has tenido la generosidad de ofrecerme. Mil gracias, Luis, has completado mi felicidad de este inolvidable fin de semana. Un abrazo gigante.
Para Dragón Rapid:
Yo soy uno de esos “palmeros” que dices. Nunca jamás le he hecho la pelota a nadie ni se la voy a hacer a estas alturas, pero si que te digo algo con total rotundidad, Luis es una de las personas que conozco con más sensibilidad para hablar de los temas íntimos, del amor, la concordia, la fraternidad, de Jesús de Nazaret, del mar , de las palabras. Todo esto a mí me llega al corazón y disfruto con sus relatos, y me siento bien conmigo mismo, por eso es mi amigo, y le doy gracias por haberlo encontrado. Hoy es muy difícil encontrar personas que te hacen sentirte bien.
Para que entiendas lo que te digo, lo que tú dices me hace el efecto contrario, no me siento bien.
Un saludo.
A DRAGON RAPID: ¿Tu sabes qué fue el Dragón Rapid? Pues , aunque supongo que sí lo sabes, lo digo por si alguien no lo sabe. Fue el avión que llevó al dictador Franco al Norte de África, para, desde allí dar el salto a la Península, y encabezar el golpe de estado contra la República y que duró 40 años. Podría darte más detalles de este viaje, pero no vienen al caso.
Pues ni tu, ni el Dragón Rapìd, van a impedir que los que apreciamos la escritura de Luis Beresaluze, lo sigamos haciendo.
Tu le llamas hacerle la ola. Pues, vale, le seguiremos haciendo la ola. Lo que no entiendo es que entres a leerlo. Si no te gusta, pasa de hoja y abre otros comentarios, que no es el único, pero déjanos tranquilos a los que nos gusta-
A mí me gusta y punto. ¿Hacer la ola? Se lo diré a mi primo el surfero, igual me enseña. Yo sí envidio, pero envidia «sana», no tener esa gracia que tiene Luis, y por lo que veo, todos los que aquí escribís, ya que parece que esté leyendo con vuestras opiniones más relatos. Un saludo a todos.
PD: Voy a llamar a mi primo.