SÍMBOLO VIVO
El desmadre moral desencadenado por las cuatro últimas confrontaciones del Real Madrid con el Club de Fútbol Barcelona, ese nauseabundo maremagnum en que ambas entidades han dado lo por de sí, me ha hecho pensar en la figura modélica de Don Alfredo a la sombra del caballero sencillo, humilde y sabio, don Santiago Bernabeu, aquel señor deAlmansa que pescaba, en Santa Pola durante el verano, en pequeño llaud de un modesto amigo, no en el superyate del señor Pérez, a quien, por cierto, mi hermano Paco le compró su Pitina I, cuando Florentino no era lo que ni ahora merece, Presidente del Real Madrid, pero sí un magnate de la construcción…
Pensar en nuestro futbolista carismático, nuestra enseña de carne y alma, el señor Alfredo Di Stefano, que llena y enriquece la historia del Madrid desde su primer partido vestido de blanco el 23 de Septiembre de 1.953. Uno ha sido el socio numero 25445 del Real Madrid. Y ha vivido en el Bernabeu la parte española de las cinco primeras copas de Europa, esas que no cuentan los catalanes…Debidas al Régimen. Según los muy cretinos. Cuando el Régimen era repudiado en todo el continente. Cuando debiera pensarse que a pesar de…
Aquel riquísimo imaginario está impregnado de hechos, actitudes, presencias, gestos, detalles, de un futbolista irrepetible, trabajador, artista, inteligente, orgulloso, fuerte, hábil y líder, líder absoluto hasta límites que casi afectan al compañerismo. Alfredo era capaz de comerse en la cancha a quien viese remiso o con los brazos caídos. Recuerdo una escena con Santamaría, su compatriota, defensa central a la sazón, lo dos engallados, cuello estirado y barbillas pegadas, porque Di Stefano le afeaba una torpeza defensiva…Jugaba en todo el campo. Jamás dejaba de correr. Tenía varias velocidades. Y en todas ellas, era capaz de parar en seco, poner el pie derecho sobre el balón, otear el horizonte y organizar, con la mirada, la situación de todo el equipo. Corría como de puntillas. Volaba casi. Nadie pudo romperle una pierna, porque la tenía apenas asentada en su prodigiosa carrera, el pecho sacado y la frente alta. Aquella carrera olímpicamente hermosa, casi de ballet enardecido, que creaba juego para todos, que contagiaba entusiasmo y exigía concurso y acompañamiento. Que convocaba a la entrega solidaria y correspondiente. Porque convencía. Porque era el ejemplo en acto. El maestro con el mono puesto. Nunca ha habido ni, probablemente habrá, otro como él. Con su elegancia, su fortaleza, su hombría y sus ganas y alegría de jugar al fútbol, todo cerebro, corazón, profesionalidad y amor por el divertimento con el que se ganaba la vida…
Yo agradezco a la mía, la ocasión del conocimiento, próximo y real, inmediato, de unos cuantos grandes tipos. Uno de ellos, Pepe Luis Vázquez, el mejor de los toreros, que me regaló un capote con el que yo he toreado dos veces en Novelda, en corrida a beneficio del Asilo de Ancianos, (años 1965 y 66), y a quien aún visito y abrazo cuando voy a Sevilla. Ahora está muy delicado, el pobre. Últimamente, Vicente Ramos, el más grande de los maestros. También, ahora, con dificultades de salud. Otro, el autor de Benidorm, don Pedro Zaragoza Orts, uno de los alicantinos mas importantes del siglo XX, ya fallecido, amigo intimísimo y entrañable, todo un personaje, y otro, este sin trato personal, don Alfredo Di Stefano, el más grande jugador de fútbol de todos los tiempos que tanto contribuyó a la exaltación del Real Madrid, club honrado y señor desde siempre, modelo de instituciones deportivas.
En todos los acontecimientos de la última Copa de Europa, estaba Di Stefano en primer plano. Descendiendo del avión en Barajas. Celebrándolo en campo. Junto al rey. Di Stefano es un lujo vivo de nuestro club y honrarlo es honrarnos. Medio Bernabeu le pertenece hasta en el cemento. Se levantó con el trabajo prodigioso de sus piernas y su cabeza. Y medio prestigio del Real Madrid, primer club del mundo en el siglo pasado, según la FIFA, le pertenece deportivamente. Grandísimo futbolista para un grandísimo club. La mejor de las combinaciones…
Cuando vivo ahora el desprestigio de nuestras horas bajas, en manos de un hombre que cree que con dinero se consigue todo, rodeado de un staff ( una estafa, mejor), de gorrones improductivos como Valdano, Butragueño (gran futbolista pero tonto hasta caer de culo), Pardeza, Zidane, y no se si me dejo algún otro pesebrista y entrenado por un enfermo portugués a quien el ego le rompe las costuras de sus estrechos ternos, portador de una autoestima galáctica, enano superman aquejado de manía persecutoria, siento ganas de llorar. Ya solo falta que se nos sume Hierro, que ha dejado el villarato.
Don Alfredo, ponderado, discreto, el único que no desentona en esa orquesta de inútiles mamandurrieros y mercenarios sin el menor sentido de la camiseta. Seguro que está muriéndose de asco…
Señor Galbis, que bien escribe usted y que de barbaridades es capaz de decir.
¡Hombre de Dios! está usted tocando lo sagrado con eso del Barsa y el Moudrid. Supongo que lo nauseabundo maremagnum lo dice usted porque el Barsa arrasó a su equipo de los amores en el campo, porque si de fútbol se habla solo el Barsa jugó. Y comparar los Hechos de un equipo y el otro y confundirlos en un mismo calificativo…pues que quiere usted que le diga, no es muy justo.
Por otro lado veo también que no duda en ceñirse al tiempo que más propicio le es. Con Franco habla usted del hambre y el rechazo de Europa y se hace el desentendido sobre las causas, y con el Madrid nos lleva usted al blanco y negro, y casi cine mudo, que es en el color en el que brilló su equipo.
En fin , que me es muy triste comprobar que aun siendo inteligente se puede cometer tropelías.
Cuando me cruzo con algún madridista que no ha llegado a los sesenta le suelo decir «Es usted joven e inteligente, aun está a tiempo de pasarse al barcelona», no suele colar, pero crea un ambiente de cháchara y «discusión» que es el verdadero motivo por el que yo veo el fútbol, y también por el que escribo estas letras.
Observatore, ¿Que edad tiene usted? ¿Se viene «p’al Barsa»?
Sobre Di Estéfano , que quiere que le diga Señor Galbis, es un admirador de Messi, como no.
Saludos con mucho cachondeo futbolero a todos.
Efectivamente Sr Galbis,yo tambien soy madridista ,desde niño, y aunque por edad jamás vi jugar en el campo a Di STéfano, recordad a este hombre es retrotaerse a los mejores años del madridismo cuando nuestro equipo deportivamente arrasaba en Europa más allá del apoyo interesado o no de los jerifaltes del régimen franquista. Di Stéfano es un símbolo vivo porque fue un jugador excepcional,un delantero perspicaz, que llevaba el gol en sus botas,un estratega del fútbol, uno de esos jugadores cuyo fichaje hacen grande a un equipo y crean historia. Di STéfano ha sido además padrino, guia y consejero para otros muchos jugadores posteriores del Club que todos admiramos y hemos visto jugar.
Indudablemente hoy el Real Madrid es otra cosa,es un equipo sin personalidad,hecho a golpe de talonario y de marketing publicitario, un conjunto de jugadores estrellas que muchas veces no brillan con luz propia en el campo en el esfuerzo y la constancia que todos los aficionados exigimos.Pero son otros tiempos y el mercantilismo por desgracia ha invadido el deporte en general. A ello no ayuda tener tampoco un entrenador mediático como Mourinho que parece endiosado e incapaz de reconocer cualquier error en sus planteamientos deportivos.
Hasta ahí podemos estar de acuerdo Sr Galbis.Lo que no puedo compartir con usted es que llame en su artículo cretinos a los catalanes .Eoo está de más Sr Galbis y usted lo sabe.
Los aficionados del Barcelona tienen todo el derecho del mundo a sentirse orgullosos de un equipo que juega de forma brillante,que tiene un gran entrenador y un jugador como Messi que en muchos aspectos nos recuerda a nuesta querida Saeta Rubia en sus mejores tiempos.Si queremos que nos respeten tenemos que aprender a respetar tambien los logros deportivos de los demás. En eso consiste tambien la esencia del deporte. Un saludo
No le acepto, señor Clin, Oli. Olivares, Ferrandiz, Juan Gabriel, etc. etc., que diga que me hago el desentendido respecto de las causas por las que Franco era un proscrito en el mundo entero. Eso sí que es una tropelía, para usar la palabra que usted me acusa de cometer.
Sea usted un poco mas ponderado, amigo. Yo jamás le he faltado al respeto. Y menos, he querido encubrir a Franco. Y colgarme ese sambenito es bastante peor que una tropelía. Es una mentira y una injusticia. Yo, cuando me acerco a un barcelonista que ya ha pasado de los sesenta, no pienso que es una reliquia personal que no vale la pena recuperar para el madridismo. Con la edad no dejo de evaluar a las personas. En muchas civilizaciones, se honra a los mayores…Además, le basta con mirarse a sí mismo: A cualquier edad se puede decir tonterías…
Decididamente, ha estado usted muy poco fino en esta ocasión. Creame que lo siento. Con ciertas cosas no caben cachondeos.
señor GALBIS creo que lo de llamar CRETINOS a los catalanes, no esta a la altura de su buena pluma e inteligancia,,,,,, algo sobra en su ultimo articulo. y como NOVELDERO y con famila CATALANA, la verdad,,,,,,creo que usted es lo suficiente educado, para realizar esas manifetaciones,,, aunque creo que se refiere dentro del argot futbolistico Perdone mi atrevimiento, por , discrepar de usted a quien le temanifestariango mucho respeto, personal ,e intelectualmentel
Señor Observatore: No llamo, o no he querido llamar cretinos a los catalanes. He calificado así a aquellos de entre ellos que atribuian las reiteradas y consecutivas Copas de Europa de nuestro equipo, al Régimen de Franco. Y no eran solo catalanes, los tales…Un Régimen desprestigiado en todo el mundo, que nos tenia sin embajadores, sin materias primas, sin gasolina, sin neumáticos, circulando con gasógenos, y comiendo de lo que nos enviaba, a veces, la republica argentina, y a cuyas influencias en las cancillerías europeas, atribuian aquellos cretinos los éxitos del Real Madrid. Eso era un cretinada catalana y no catalana, porque era bastante generalizada. Para Cataluña, a pesar de tantas cosas, todo mi respeto.
Pues señor Galbis, o Bereseluze, o Luis. Yo a partir de los sesenta ya no llamo joven a nadie, no me gusta ser hipócrita y sí, venero la ancianidad en esta civilización, algo que, por el trato que le doy a usted, debería saber apreciar. No se a que viene esa reprimenda sobre la falta de respeto a los mayores. Mi comentario sobre la edad viene a que ya no se puede bromear con un cambio de equipo con sesenta años de fidelidad al mismo.
Sobre lo de Franco señor Galbis, me alegra entonces estar confundido, porque no es la primera vez que leyéndole hablar de él, me parezca estar leyendo un relato sobre una pobre victima, y no sobre un sátrapa dictador que sumió en la miseria y la guerra a un país maltratado históricamente por ellas.
No he querido faltarle al respeto, pero una cosa si que le digo, uno puede sentirse faltado al respeto por multitud de razones, no todas ellas válidas y desde luego no iguales.
Lo que a usted no le falta al respeto puede que a mi sí, por tanto, por favor, dejeme a mi decidir cuando se me falta y cuando no a mi respeto debido. De hecho, atendiendo a su ancianidad hay muchas cosas que, poniéndome en su lugar he dejado pasar a pesar de resultarme ofensivas o cuanto menos un tanto descocadas hoy. Tiene usted un derecho histórico a ver las cosas según su experiencia vital, pero no juzgue el mio.
Siento no haber estado fino, otra vez será.
Arreglándolo lo emperora, Olivares. Tiene, definitivamente, un mal dia. Y por mas que me franquicie usted, no cambiará la realidad de mis ideas y conducta. Si no miente usted al decir que no es la primera vez que le doy la impresion de tratar a Franco como una víctima, si no miente, repito, es que no sabe leer. Y lamento que por mi edad, me haya «dejado pasar cosas ofensivas o descocadas». La edad no es una patente de corso. Hoy le ha tocado a usted la de molestar. ¿Que le vamos a hacer? Espero que con los años, madure su capacidad de interpretar correctamente lo que lee…
Me ha encantado la descripción que has hecho del gran Di Stéfano, a quien por edad lógicamente jamás vi jugar, aunque los vídeos que a veces han puesto por la tele tampoco muestran, por la técnica de entonces, demasiadas cosas.
Hoy el fútbol es algo diferente a como antes se practicaba. De siempre se ha planteado la duda de si Pelé, Di Stefano, Cruyff o Maradona merecerían la consideración de mejor jugador de la historia, sin advertir que sus momentos y circunstancias eran completamente diferentes unas de otras. Un cuarteto para el debate, sin base, al que desde luego habría que añadir, sin duda, a Messi, como un nuevo fenómeno de la época reciente, y pasada.
Yo no sé si el Madrid lo está haciendo bien o mal, si gastarse tanto dinero en futbolistas, compensa. Lo que sé es que en la época de Zidane, Roberto Carlos, Figo y demás, conquistaron, creo, tres Copas de Europa. Y que quizá hoy no lo estén consiguiendo por haber tropezado en el tiempo con el mejor equipo del mundo en los últimos tres o cuatro años. Y en las comparaciones, en estas, el Madrid siempre sale trasquilado.
Como siempre un gustazo leerte, Luis, aunque las loas hayan recaído, y además justamente, en aquel mítico Madrid que tan bien conociste.
Un abrazo.
Pues dudo mucho que con los años consiga más comprensión lectora señor Galbis, dado que usted tiene 86 y aun no es capaz de distinguir una broma de una ofensa. Y mentir, señor Galbis, además de mentira, sí es una ofensa, al igual que el tono peyorativo y ciertamente insultante de su forma de denominarme.
Voy a responderle al artículo presentado hoy para que vea usted a que cosas me refiero a la hora de «dejar pasar» por la edad y su particular punto de vista. Tengamos fiesta y humor para disfrutarla, a mi me sobra.
Un saludo señor Galbis.