SOLEDAD
Le gustaba estar solo. Pensaba que él constituía su mejor compañía. “En la soledad”, se decía, “cabe muy poca gente”. Muy poca y escogida, a ser posible, de papel. Leía mucho y hablaba poco. Hablaba, con los ojos, a sus amigos de los libros. La soledad le parecía, casi, un acogedor infinito. Además de que, se decía, “nadie está nunca absolutamente solo. Se está, con Dios. Y con todo aquel, añadido, que busques en un anaquel. Y con el ángel propio, ahí adentro, tan callado y recogido. La gente no es compañía”.
Leía a San Juan de la Cruz en la carta a la Madre María de la Encarnación…”y donde hay amor, ponga amor y sacará mas amor”… Se dijo:”¿En quien?” Y admitió advertir que su amor por la soledad era un modo de desamor por los demás. Un modo dramáticamente cómodo y egoísta. No necesitaba nada. Ni a nadie. Y, probablemente, podía dar mucho. El prójimo esperaba y tenía un cierto derecho a él. Sobre él y sus cosas posibles. Podía intentar compartir su soledad. Hacer una compañía de dos, por lo menos. “No se viene al mundo a estar solo”, llegó a aceptar. “Eso implica un despilfarro personal. Mi yo es un fragmento de un nosotros. Dios nos hizo también para el otro”. Y se hizo un mínimo propósito de participación. “Esto no puede seguir así. Mañana empiezo a darme un poco”…
Se hizo el propósito pero aún rumiaba: “De todos modos, muchas soledades juntas no hacen una compañía y el prójimo, a veces, es tan insoportable.”
Probablemente era incorregible. Una soledad solamente sola. De la que, por otra parte, y egoístamente, se podía salir cuando se quisiera. Los demás siempre estaban ahí. Disponibles. Él los amaba, aunque no se prodigara. Todo tan a mano, cuando se considerase oportuno…
“Además, una manera de amar al prójimo es no molestarle”, se reañadía. Y para la molestia, hace falta aproximación. A distancia, nadie huele… No solo amaba la soledad. Amaba la soledad solo y solo la soledad.
Cuando llegaba la Navidad no sabía donde meterse ni qué hacer consigo mismo. Con su mejor y casi único amigo. “¡Que manera de apelotonarse la gente, a pesar del frío! ¿Quién era capaz de asistir en la calle, prensa o televisión, a la expresión de felicidad de los favorecidos por la lotería, manifestada con un cutre desmadre personal grotesco y penoso? Solo, ni te toca la lotería, ni has de saltar como un poseso, rociando la calle de champán”.
Pienso que no tenía remedio. Había poblado la soledad de demasiado sí mismo. Un vacío resuelto en plenitud. Dos no riñen si uno no quiere. Y él, no lo deseaba. Pero no se trata de no reñir. Se trata de quererse. De darse, de comunicar. Su propio ángel custodio se lo reprochaba en silencio, claro. Los ángeles de la guarda no tienen tanta confianza con sus portadores. Pero echaba de menos la relación de su involuntario anfitrión con alguien, con su relativo hospedaje de otra criatura angélica.
» Y ADMITIO ADVERTIR QUE SU AMOR POR LA SOLEDAD ERA UN MODO DE DESAMOR POR LOS DEMAS «…….
ESTE es el efecto, que , en muchas vidas, causa la experiencia de la convivencia con la sociedad humana, durante sus vidas….Sobre todo, en aquellas personas que han dado lo mejor de si mismas, sin guardarse nada y sin esperar nada a cambio……Es muy cierto, que estas maravillosas personas, que son humanas, PERCIBEN,
como nadie, la ingratitud de sus semejantes, sus criticas infundadas ;que, en la mayoria de los casos, estan deshumanizadas……Hechos, que, superaron en su juventud, con sus fuerzas intactas; pero que , con el paso de los anos, han disminuido y en vez de hacerles frente o participar, prefieren refugiarse en si mismos , en ese estado de «SOLEDAD MADURA Y DENSA», acompanando a los seres que ama y por los que se siente amado…….
CREO, que: la soledad absoluta, no existe…….DIOS ES AMOR!…..Y el ser humano esta hecho a » SU IMAGEN Y SEMEJANZA»……Luego, el hombre y la mujer, estan siempre acompanados del don divino del AMOR, que es la fuerza y el medio que les motiva e impulsa a relacionarse entre ellos y con los demas…….Nunca estamos solos !……….
Un texto que se da en la realidad más de lo que pensamos, aunque, muchas veces, podamos estar rodeados de gente. Parece que esta historia trata de una soledad «buscada», y no de esa otra, bastante más cruel: la encontrada…, así como de la aparente felicidad que su protagonista encuentra en ese espacio.
El ángel custodio de lo reprochaba, claro, pues sufría por él, y sabía que la razón (y naturaleza) del hombre, posiblemente, sea el darse en amor y entregas hacia otras personas.
Me ha dejado una sensación de alegría…; y aunque la idea de la soledad gravite en todo su trasfondo, hay también una especie de sugerencia (como una invitación) a la participación de uno en los demás como acto de generosidad, lo que, se quiera o no, siempre redunda positivamente en uno mismo. Quizá aquí se de una de la claves de la felicidad.
Muy buen texto, Luis. Me ha gustado de todas, todas. Y además de reflexivo, humano y verdadero, como de costumbre, muy bien escrito, algo que siempre agradece el lector que no sólo busca un fondo, sino también una estética.
Un abrazo.
Queridísimo Luis:
Decirte que el artículo, reflexión, no tiene desperdicio.
La soledad, para el que se cree «amado» por el AMOR, no existe.
Como escribes,» Mi yo es un fragmento de un nosotros. Dios nos hizo también para el otro”, somos diseño de Dios para estar en el mundo sin ser del mundo.
Somos «lapiz de Dios», no podemos irnos sin haber escrito nuestra pequeña historia de salvación que El quiere que hagamos (en nuestra total libertad).
Y allí cuando no exista, ni llanto, ni luto, ni pena, ni dolor, estaremos en LA PLENA SOLEDAD-ACOMPAÑADA!!!! Que será para siempre. Creo que no importa si estamos o no en soledad, siempre que sea lo que Dios nos pide.
Cuantos monasterios están llenos de vida contemplativa empujando el mundo en su «soledad».
Nos unimos por la Comunión de los Santos, en el CORAZON DE JESUS, y seguimos caminando con la Esperanza a la que hemos sido llamados.
Un abrazo para ti, para Charo y toda tu familia, que Dios os bendiga.
Magda Segura.
Querido Luis:
Los dos somos conscientes de que hay artículos tuyos en NOVELDA DIGITAL que sólo comentan D. Wifredo Rizo Chico de Guzmán y D. Claudio Rizo. A mi mi me ha llamado la atención: ¿lo hacen por caridad o por conmiseración?.
El Nobel español Jacinto Benavente explicó muy bien lo de los intereses creados. ¿Hay intereses entre las familias Beresaluze y Rizo Chico de Guzmán?
Los comentarios de estos dos Señores convierten tu prosa en música celestial. Es extraño. D. Claudio que es como un radiador frío en verano, sin más título poético que el del Digesto, a quien no he podido ver en el elenco de Doctores en Derecho. D. Wifredo del que no he podido leer ningún poema, aunque figura su título de Ingreso de Bachiller en los P.P. Reparadores con la firma de D. José María Torregrosa.
Luis, sé que la vanidad, conforme pasa el tiempo, juega malas pasadas pero permííteme esta pregunta ¿con qué titulo o derecho actúan padre e hijo para «hacerte la pelota?
Excelente artículo que me ha hecho recordar a mi querido padre que se nos fué hace casi 8 años. El amaba la soledad, la soledad del papel, leía mucho,y la soledad del vinilo, con sus incontables LPs de música clásica, pero sabiendo, siempre, que mi madre estaba allí, cerca de él, por si hacía falta.
No hay nada mejor, decía, que la soledad buscada, no obligada. El sabía que siempre tenía a mi madre cerca y a nosotros dispuestos, siempre, a acudir a su lllamada.
Gracias, Luis, por traerme tan buenos y gratificantes recuerdos, y por su siempre delicada forma de expresarlos.
enhorabuena de nuevo, amigo Luis, por su calido verbo y la hondura de cuanto describe…
El cura queda descalificado de mis desafios en els garroferets, para participar en mis duelos se requiere, primero de todo, juego limpio. Lo siento padre, en mi campo de desafios pongo yo las normas.
Lo poco segura que me siento de mi escritura me ha impedido “hacerle la pelota”, con mis comentarios, a todos, absolutamente todos, los que tienen el valor de escribir, pero soy una asidua lectora y estoy muy agradecida a estas personas que tienen la consideración de instruirnos, independientemente de la conciliación con sus opiniones. Sigo en mis trece de aprender y superarme, para aportar comentarios de calidad.
Y me siento agradecida, porque tienen la valentía de compartir un trocito de ellos mismos, cosa que no podría, porque me sentiría vulnerable, descubierta e indefensa frente a las críticas.
Somos muchos, y me consta, Sr. Muñoz, los que admiramos y leemos a los articulistas, sin apellidarnos Rizo, pero nos falta confianza, y nos sobra miedo al ridículo, sobre todo, porque es difícil acertar con un glosa que este a la altura.
Si no supiera que es párroco, me resultaría difícil reconocerlo, más bien seria la ultima profesión en la que pensaría. Ojala tengan razón los que lo conocen personalmente y lo defienden, afirmando que, en persona, es mucho más cercano, comprensivo y humano, de lo que reflejan sus escritos, muchos de ellos autoritarios y soberbios.
Pide perdón, Pellín, pero insiste, como en una especie de “querer morir matando”: “Luis publica un artículo que sólo comentan padre e hijo.”, dice en su escueta nota de restitución, infinitamente insuficiente y parca, al lado de su cuchillo noctuno.
Creo que ha querido utilizarnos, a mi padre y a mí, para dañar a Luis, así lo creo, y así se lo digo. De lo peor circunvalado y malhadado que he visto en mi corta vida. Y sólo tengo 38 primaveras.
Le refresco la memoria, acerca de los únicos (según usted) comentarios que recibe Luis: El Mastin de la Libertad, Clinclinclinclok, Jose María Castell, Magda Segura, Rafael, Ricardo Abad… y otros tantos que se me escurren ahora. Sorry. Unos le dan caña, otros le aplaudimos, pero desde el respeto y desde la sinceridad.
Luis me parece una persona honesta, muy directa, clara, pero nada retorcida ni aviesa (algo que no podría decir de usted). Y, para colmo, con un don que usted jamás tendrá, el de la escritura. Una creatividad literaria y una precisión con la palabra que nunca usted olfateará en primera persona, ni de lejos, Pellín. Recitar libros de memoria, como hace usted, es otra cosa. Y bastante más aburrida. Se lo aseguro.
Así que le he dicho hoy (a Luis), de nuevo en privado, que seguiré sus artículos, y que los comentaré, más allá de las “enfermizas” reflexiones de alguien que porta alzacuellos utilizándolo como salvoconducto para destruir lo que no lo gusta o lo que le produce envidia.
Mi libertad de expresión, Javier, no me la quita. Cara a cara, sin reverencias, pues no las merece, se lo digo.
Querido, queridisimo Javier: Nunca te he visto tan desafortunado.
«Los dos somos conscientes que hay articulos mios que no los comentaria nadie sino fueran los señores Rizo.». Así de malos deben ser, los articulos, digo, que no los señores Rizo…Gracias amigo. Hasta el punto de» merecer misericordia o conmiseración…»
Los «comentarios de estos señores convierten mi prosa en música celestial»…Algunos
tuyos, no muy frecuentes, también. No te entiendo amigo querido.
No conozco a estos señores. Al padre, levemente, porque fue amigo de mis hiijos. Al hijo, ni de vista. Los estimo porque me estiman. No hay ni ha habido nunca intereses familiares entre su familia y la mía, como supones, no sé con qué intención. Con quien tengo intereses de alto contendido espiritual es contigo y con la tuya, a la que sabes que considero como propia. Tanto como impropio de tí tu comentario que nos ocupa.
Me parece lamentable en un sacerdote, un profesional, consagrado, del amor al prókimo, el modo despectivo que utilizas para referirte a estos señores y sus méritos. Muy poco cristiano.
No se quién atribuyes vanidad, ni menos, por qué sospechas que temga que haber derechos o titulos por los que estos señores me tengan que hacer lo que tu dices la pelota.
La vanidad, desde luego, como afirmas, juega malas pasadass. Y la falta de humildad también. No has estado fino esta vez, Javier. Lo siento.
Un abrazo grande
Luis
Padre Javier, yo no sé a que viene tu oscuro pensamiento sobre Don Luis Beresaluze. Para mí, y sospecho que para mi hijo también, los escritos de Luis son poesía. Hay veces que no coincido en su fondo, pero sus formas me embelesan. de siempre. No así los tuyos que están cargados de un desprecio a todo lo diferente. Y encima, no escribes bien. Podrás tener muchos títulos, pero escribir es un don con el que se nace, y Don Luis lo tiene. Tú, lamentablente no lo tienes. Dios ha sido generoso contigo en otras facetas, pero en esta ha sido un poco rácano.
Otra cosa, mi hijo es licenciado en derecho por la Universidad Cardenal Herrera, antes CEU San Pablo y yo no he estudiado en mi vida en los PP. Reparadores. Efectivamente sólo tengo el antguo PREU, y lo hice en el Colegio Inmaculada de los Jesuitas. Así que infórmate antes de meter la patita.
Si tú consideras que alabar un excelente artículo del Sr. Beresaluze y pasar olímpicamente de los tuyos, es hacer la pelota a Luis, allá tú. No me verás en un foro tuyo, pues me dan un poco de grima.
WOW WOW WOW
Señor Javier, se ha lucido usted. Como le digo en su articulo, la libertad de expresión, y especialmente este medio, tiene algo inevitable, al final las personas se muestran como son.
Yo tambien los comento muchas veces. Y aparte de la admiración que me provoca la escritura del Señor Galbis no tengo ninguna relación personal con él.
Quizá le extraña que no tenga tantos comentarios como usted, claro, él no tiene feisbuk, y los que comentan sus articulos no han sido llamados a hacerlo, y además, son todos lectores de Novelda Digital.
La vanidad señor Pellín, la soberbia, ya se lo he dicho en varias ocasiones.
Padre, no sle puede meter la lengua en el bolsillo y dejar que cada lector se exprese en los comentarios como mejor le plazca. Es que ahora también va a cuestionar si Wifredo y Claudio alaban los artículos del Sr. Beresaluze, o lo hace por que siente envidia de que los artículos de Claudio son mejor y más sensatos que los suyos. Un poquito de por favor padre.
Que oportunidad has tenido para callarte Javielin. Yo leo con entusiasmo y atención a los 4 articulistas independientes de este medio que considero con gran calidad literaria, El Sr. Beresaluze, Caludio Rizo, y usted mismo. Al Sr. Beresaluze lo considero el «Decano – Sabio y gran articulista» a Caludio Rizo lo considero «Una bocanada de aire fresco y cercano», a Jesús Navarro, «Que daja a un lado su faceta de empresario triunfador para regalarnos reflexiones de nustra vida más cotidiana» y a usted «Instruido, con buen nivel académico y y constantamente orillado a SU iglesia». Padre, me ha decepcionado usted mucho con el comentario en contra de los Rizo, padre e hijo. Como usted a solicitado en ocasiones a otros comentaristas, PíDALES PERDÓN.
Sr. Cura, se ha pasado usted 3 pueblos. Estaba usted sereno cuando ha hecho este comentario contra Wifredo y Claudio. Jamás ellos han hecho lo mismo con usted cuando en otros comentarios también ha albadousted a D. Luis Beresaluze. Ahora ya sable lo que tiene y debe hacer…
Sr. Pellín:
Doy por sentado de que usted es buena persona, lo presumo… de ahí que no entienda, y mire que me he esforzado, nada de su psicotrópico comentario.
No quiero extenderme, puede que no lo merezca. Pero créame que el peor parado de su patinazo no sea yo, ni mi padre, sino su amigo Luis. ¿Realmente cree que le comentamos por «caridad o conmiseración»? ¿Conoce usted el verdadero significado de esas palabras? ¿O por oscuras relaciones entre familias?
A Luis Beresaluze no lo conozco de nada, en persona nunca nos hemos visto. Pero ya que me lo pregunta, le diré que sí, que le comento, siempre que puedo…, pues, más allá de lo que escribe, cierto, muy cierto es que me encanta cómo escribe! No hay más. Nuestra relación es puramente privada, por el hotmail, y es, se lo aseguro, una compañía habitual, la de sus correos, que agradezco de todo corazón.
¿Es acaso eso caridad, conmiseración? ¿En tan bajo concepto sitúa usted al señor Beresaluze? Me duele en el alma su poca (o ninguna) caridad hacia este pedazo de escritor.
Le ha hecho un flaco favor a Luis. No soy nadie para defenderlo, él ya lo ha hecho muy bien. Y le felicito (a Luis) por su sensata, aunque dolida, respuesta.
Res mes.
Sin duda pido perdón a D. Luis Beresaluze y a los Señores Rizo y a todo lector a quien haya chocado, dolido u ofendido mi comentario.
Sólo quería dar fe de algo que he observado algunas veces. Cuando D. Luis publica un artículo sólo comentan padre e hijo.
Todo lo que excede a esta linea y media en mi comentario, sobra y yo pido nuevamente perdón a todos los perjudicados por mis poco cristianos, y aún humanos, excesos.
No sé qué ha ocurrido en estos días romanos pero esta mañana D. Luis Beresaluze y yo hemos tenido una fraternal conversación por internet. Lo he interpretado como una lección de caballerosidad.
Vayan ustedes aprendiendo.
Muy atentamente
Javier
Ah, se me olvidaba de anteriores correos, el tratamiento a los Sacerdotes seculares, Don Claudio, es de D., cual es mi caso: Don Javier. Yo siempre le he tratado de Don Claudio y, las menos de Sr. Rizo: las dos formas las considero correctas.
Muy querido Luis, con todo el lío de los Rizos, se me había pasado un comentario a tu artículo:
Pienso que lo he entendido bien. No es bueno que el hombre esté sólo, y se puede hacer mucho por los demás.
Pero, quizás egoístamente, admiro los ratos de soledad de la Mística Doctora y los más continuados de San Juan de la Cruz.
Yo mismo me he lucrado de muchos ratos de soledad en retiros y cursos de retiro haciendo oración con los libros de ambos.
Muchas gracias por tu artículo.
Respuesta al comentario del Sr. Rizo:
#20 wifredo rizo chico de guzmán – 14/02/2011 – 12:24
Mentiría si le dijera que su comentario no me ha halagado profundamente, pero sobre todo, debo darle las gracias, porque le ha dado alas a mi autoestima, sintiéndome más capaz y dispuesta a superar mis limitaciones e inseguridad, con tesón y continuo aprendizaje, de hecho, encuentro buenos maestros, tanto en los que escriben, como los que comentan, los artículos.
Esa sensibilidad que Usted dice ver en mí, es lo que, desde un primer momento, me ha cautivado, mejor dicho, me ha embelesado, con respecto a la forma de escribir y proporcionar belleza a un escrito, sin quitarle la sencillez, que de otro modo, resultaría recargado. No voy a decir nombres por respeto, pero como le decía, he descubierto esa belleza es estas páginas, y con mas sentimiento, porque proceden de mis paisanos.
Amo las letras, a pesar de no disponer, por circunstancias de la vida, de ningún título académico, y usted, querido Sr. Rizo, ha conseguido con su ternura, que las ame más todavía. Gracias de corazón, por sus cálidas palabras.
Si algo hay que destacar en el padre, es que no se corta un pelo y dice lo que piensa, y aunque también se equivoque, se merece, como cualqiuiera de nosotros, la oportunidad de rectificar.
Puede parecer soberbio, pero al menos es sincero. Muchos, por delante, se pasan con halagos, y por detras te ponen verde, no digo que sea el caso de los Sres. Rizo.
No hay mal que por bien no venga y el Sr. Beresaluze puede comprobar que somos muchos lo que leemos sus articulos y que gracias al desafortunado comentario del padre, hemos salido al ruedo.
Mira Javier, a mí no me has ofendido en absoluto, así que no tengo nada que perdonarte. Simplemente te equivocaste y punto. Por mi parte nada más. Ya te contesté ayer y no quiero ahondar en este oscuro y sucio tema.
Luis Beresaluze ha explicado perfectamente la relación entre su familia y la mía: ninguna, fuera de la admiración y el respeto.
A quién considero que sí has ofendido es a Luis, escribiendo maliciosamente que aplaudimos sus escritos por «caridad o conmiseración». ¿tú has comparado tus artículos con los de Luis?
Ya te dije ayer que Dios, que ha sido muy generoso contigo en otras facetas de la vida, en ésta, en la de escribir, ha sido un poco rácano.
He leído hoy tu comentario, y te repito, no tengo nada que perdonarte. Ahora ,eso sí, me irrita tu insistencia en abundar que «sólo mi hijo y yo aplaudimos los escritos de Luis». Insistes tú precisamente, que cuando escribes algo lo pregonas por facebook, para que salgan tus huestes a aplaudirte. Lamentable.
Mi madre, ¿sabes que dice?:»cada uno es cada uno, con sus cadaunadas.
Un saludo, y que sepas que no necesitas mi perdón.
Perdonar mi pesadez. Lo reconozco, tiene razón el tal Garroferets cuando dice que no callo ni bajo el agua, pero ha habido un comentario que me ha llenado de ternura y cariño.
Se trata del escrito por Rosa Velasco(el nº 15). No la conozco de nada ni sé quién es, ni tengo porque hacerle la pelota, pero esa ingenuidad y, sobre todo, esa humildad, me ha llegado al corazón.
Escriba Ud. más, no se preocupe por lo que digamos los cuatro que comentamos los foros. Además, escribe Ud. muy bien, con sensibilidad (algo importantísimo) y guardando las normas sintácticas que se deben guardar.
En fin, yo no soy ningún profesor de la escritura, eso quisiera, pero admiro la belleza, espiritual o material y Ud. la tiene. Siga por favor.
Espero, en el futuro sus comentarios. Mientras tanto, reciba un cordial saludo.
Es muy cierto, que, cuando un ARBOL esta caido, todos corren a HACER LENA…….
Es cierto, que ese arbol, da cobijo a muchas personas y momentos de gran reflexion, producto de su existencia y frondosidad………Es cierto, que su caida se ha producido en un instante de inestabilidad funcional, provocando un dano irreparable a su alrededor, a determinados semejantes……..Pero, también es muy cierto, que en el terreno de lo humano y en lo cristiano, no hemos de ensanarnos con aquél que se cae…..Sino que hemos de LEVANTARLE, que aprenda la leccion y que nos siga aportando mas elementos de reflexion, producto de sus conocimientos.
QUERIDO LUIS:Sé, que, en el fondo, esto es lo que quieres…..Un Abrazo!……
Estimada Rosa Velasco, me ha emocionado Ud. con sus cariñosas palabras.
Ayer se lo dije de corazón y hoy se lo repito. Tiene Ud. un don que se lleva desde la cuna, y es la humildad y, sobre todo, la sensibilidad.
Por favor, siga escribiendo, que leeré con mucho agrado sus comentarios y, ¿porqué no?, atrévase a publicar en Novelda Digital. Le doy mi palabra que no desentonará.
Yo, tan pronto me dejen mis obligaciones del trabajo, y también mi pereza, pienso escribir, si me dejan, en N.D.
Otras personas, con más obligaciones que Ud. de dar ejemplo de vida, deberían aprender de su humildad y su sensibilidad.
Reciba un sincero y cariñoso saludo.
Otra vez la falta de caridadl y el ánimo altivo: » VAYAN USTEDES APRENDIENDO». ¡ Ay, querido Javier, qué dificil se me hace entenderte!
Con todo mi amor y respeto.
Luis
Luis, soy abogado, sé defenderme de la gente del pueblo.
Soy abogado, Luis, y, con tu ayuda puedo salir adelante -Deo volente- de estas cuestiones de pueblo.