EL PARO COMO CONFLICTO HUMANO
Caminaban por la calle una pareja joven; la mujer llevaba un niño en brazos que lloraba, y el hombre golpeaba la pared con el puño, gritando entre palabras entrecortadas; ¡El paro y la ruina me van a matar! Al conocerles, e impresionado por el agobio que padecían; me acerque a ellos, les di ánimos, y les pregunte que les pasaba; el me comento que en el banco acababan de decirles que les iban a quitar la casa por no pagar la hipoteca.
El aspecto humano y personal de los parados, es el que nos debería de preocupar a los que aun creemos en las personas; y con mas motivo por la crisis que esta pasando nuestro destartalado (es la palabra adecuada) país. El parado/a va perdiendo a medida que se prolonga su inactividad forzosa, la autoestima en primer lugar y el sentido de la realidad, y en fases mas prolongadas padeciendo síntomas de ansiedad, manías, fobias. Recuerdo con tristeza lo que hace Emilio un amigo que lleva mucho tiempo en paro. Desde hace unas semanas pone el despertador a las siete de la mañana, cuando suena lo para, se levanta, da dos vueltas por la casa y vuelve a acostarse; con la consiguiente queja de su mujer por esa manía tan absurda que tiene; el lo hace, ya se lo ha dicho a ella muchas veces; para creer que aun tiene trabajo, es tal la obsesión por tenerlo que me temo que esta perdiendo la cabeza. Tampoco olvidare una serie de secuencias, aunque no reales significativas de lo citado anteriormente, sobre el paro, en una película “Los lunes al sol”, que trata del mismo. Entre otras, en algunas de ellas se expone en la pantalla con una gran carga emotiva, unas situaciones de aislamiento y desorientación total de un parado de mediana edad: El, esta convencido que mediante entrevistas de trabajo puede encontrar un empleo a pesar de su edad. En una de las que asiste, observa en la misma con recelo y temor, que esta rodeado de gente mas joven que él. Y en la siguiente decide tintarse el pelo de negro, para ocultar sus canas y aparentar un aspecto juvenil; mientras espera puesto de traje y corbata, suda, y al secarse con un pañuelo ve en él, manchas negras del tinte que le cae a gotas por el cuello ensuciándole la camisa, justo en el momento en el que le nombran para la entrevista. A la próxima, acude triste, desanimado, y muy nervioso, porque siempre le han dicho lo mismo, “ya le llamaremos” y nunca lo hacen. Turbado como esta, al citar su nombre para entrevistarlo hace oídos sordos y decide irse.
Pensemos en ellos en su problema. También recapacitemos en lo que hacemos, para no caer en la trampa de formas de vida que están más allá de nuestras posibilidades; dejándonos llevar por cientos de incentivos para el consumo a los que nos guía una publicidad agresiva y engañosa, a la compra de objetos y trastos casi siempre innecesarios; ya tenemos bastante con ese deseo innato en las personas de imitar, de querer lo que tienen los demás. ¿Cuántas veces compramos cosas que no nos hacen falta y lo que es peor nos cuesta mucho pagarlas, solo porque las tiene el vecino o un amigo? . A pesar de lo dicho, los parados deberían ser mas conscientes de que en muchas ocasiones solo está en ellos el salir de esa situación. Ya lo dijo Confucio; “Exígete mucho a ti mismo y espera poco de los demás así te ahorraras disgustos”.
Pero ¿Éste no es de los que ha puesto el PSOE en el comité ese que dicen en la otra noticia? Y él mismo dice que el país está destartalado, estos del PSOE ya son la leche.
así es la realidad, para mal de los que estamos metidos al fondo. me ha gustado como lo cuentas, Francisco, y que hables de esa película también lo veo muy apropiado. un saludo.
Lolo, lo tuyo, que lo sepas, es de tocar el guitarrón. No haces más el ridículo porque no te entrenas más. De proponértelo, seguro que llegarías muy, pero que muy lejos. Sí, por lo menos, como tus compañeros de viaje de la trama G.