El Editorial de enero

¿QUÉ LE PEDIMOS A LOS REYES MAGOS?

Termina un “annus horribilus” que si bien a nivel nacional ha sido difícil y complicado, a nivel local ha sido devastador. Un año donde el paro, los ERES y la falta de trabajo en general ha sumido a Novelda en una de las situaciones más delicadas por la que ha pasado nuestro municipio en los últimos años. Los comercios y las empresas locales se resienten y luchan desesperadamente y con el coraje suficiente para conservar sus cuotas de mercado y mantener la puerta abierta.

Aunque parezca una paradoja, esta feroz crisis ha traído también a Novelda la otra cara, la cara de las ayudas de las administraciones mayores y de la inversión. Calles y plazas remodeladas, edificios nuevos y restaurados que hubiese sido impensable realizar en épocas de normalidad económica y con cargo a las maltrechas arcas municipales.

La vinculación de Novelda con su actividad económica principal y monográfica del mármol y la de éste con la denostada construcción desbocada y descontrolada, hacen que Novelda sea una ciudad especialmente vulnerable a los vaivenes de las economías exteriores. Este año, estos vaivenes han azotado a nuestro pueblo con ERES y despidos, fuga de empresarios a lugares más rentables para ellos y una reducción drástica de los ingresos del ayuntamiento por obras.

Mucha culpa de que Novelda no esté preparada para afrontar mejor la crisis la tienen nuestros políticos, que durante más de 10 años no se han puesto de acuerdo para dotar a la ciudad del suficiente suelo industrial público y facilitar el desarrollo de nuestras empresas y favorecer la instalación de empresas provenientes de fuera de Novelda. Suelo industrial que hubiese servido para diversificar el monocultivo del mármol y no tener todos los huevos puestos en la misma cesta. Uno, mira con admiración cuando se desplaza a Elche, esos dos polígonos públicos en término municipal de Aspe con espléndidas naves a izquierda y derecha de las más variopintas actividades, incluido empresas tradicionales de Novelda.

Aunque tarde y con retraso, hay que ponerse en marcha y dotar a Novelda de las infraestructuras necesarias para que las empresas puedan desarrollar sus proyectos y alentar con bonificaciones fiscales y facilidades en los trámites documentales al entramado empresarial tanto local como foráneo para intentar diversificar lo máximo posible la industria y sus derivados.

Por lo tanto, lo primero que le pedimos a los Reyes Magos para 2010 es el mejor entendimiento entre nuestros políticos locales y que cunda la sensatez, y juntos, lleguen a acuerdos de consenso para llevar a cabo las iniciativas suficientes para ayudar a nuestras empresas y autónomos a salir de la crisis.

Por otro lado, está el futuro del pueblo, que se encarna en esos jóvenes noveldenses que se esfuerzan en perfeccionarse y alcanzar las mejores metas en las diferentes disciplinas culturales, deportivas y académicas. La Escuela Municipal de Danza, el Conservatorio Mestre Gómis, Bandas de música la Artística y Santa Mª Magdalena, clubs deportivos y demás entidades culturales y deportivas, son auténticos viveros de futuros grandes profesionales como Óscar Navarro y Alberto Alcaraz en música o Julio Alberto Amores y Mario Gaspar en Deportes.

No queremos olvidarnos de esos noveldenses que desde este periódico acercamos mes a mes a nuestros lectores y que no son otros que nuestros “novelderos por el mundo”. Paisanos que por los más diversos motivos han tenido que salir a otros países, unas veces por motivos mayores de supervivencia, otras simplemente por mejorar su situación laboral, en ocasiones arrastrados por el amor, y a menudo por completar y mejorar sus estudios académicos.

Todos ellos, los unos y los otros, tienen un denominador común, pasean el nombre de Novelda y sus costumbres por todo el mundo, y se sienten orgullosos de ser y sentirse novelderos allá donde se encuentran.

Por lo tanto, lo segundo que le pedimos a los Reyes Magos es felicidad y suerte para estos noveldenses con espíritu aventurero que se están formando y trabajando lejos de nuestra ciudad y de sus familias, pero que a buen seguro todas sus experiencias y enseñanzas revertirán para beneficio de nuestro pueblo.

Y por último, recordar a esas personas necesitadas y de las que aún hoy no termina de llegarles la Ley de la Dependencia y transcurren sus vidas entre la más miserable dificultad. Sobresaliente el comportamiento y las actuaciones que con estas personas dispensan Servicios Sociales, Cruz Roja, Protección Civil o Policía Local.

Para los primeros, le pedimos a los Reyes Magos que pronto les lleguen las ayudas de la Ley de Dependencia, y para los segundos, pedimos que las administraciones correspondientes les concedan las dotaciones económicas y de medios que vienen demandando para desarrollar su importante labor adecuadamente.

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