Art. de opinión de Luis Beresaluze Galbis: «Crepúsculos ideológicos»

Le robo el título, casi, a Fernández de la Mora, que en paz descanse. Suponiendo que el socialismo, la izquierda toda, sea eso, una ideología, mas que un modo revolucionario de cambiarle el modelo social y productivo a la burguesia conservadora. Una manera de repartir un poco mejor la riqueza. La izquierda está en crisis absoluta.

Cumplió su ciclo. Ha amaestrado al capitalismo. Ha contribuido a la creación de un estado del bienestar. Y alcanzada la tierra prometida, cae rendida, como todos los moiseses, por el esfuerzo. Manchester pasó a la historia. Ya se trabajan 35 horas. El socialismo se disfrazó de socialdemocracia para resistir, pero ni así. Y su forma extrema y radical, el comunismo, la pulmonía de aquel constipado, es ya una reliquia testimonial, los escombros de un muro caído, presidida, entre nosotros, por una reminiscencia de Atapuerca llamada Llamazares, que traduce el universalismo apátrida del comunismo, internacional por esencia, en la mamporrería de mini-separatismos nacionalistas fuera de la historia. El socialismo era nacional. El comunismo, internacional. Ahora es pro-independentista de una autonomía. Palurdo, pedáneo y fantasmal. Europa ya no piensa en izquierda. Dividida en España, en Francia, en Inglaterra, incluidas sus formas mas radicales y ultras, cuya antorcha toman ahora los correspondientes del otro extremo, creándole a la democrática, tolerante, asimiladora , social y próspera semi derecha liberal, los problemas que antes sufría desde el lado siniestro. Ahora, desde la más diestra de sus orientaciones. En Holanda, en Francia, en Austria, en todas partes. Le Pen, Haider y el asesinado holandés del sexo errante, sus hombres paradigmáticos. Cuando no clérigos que niegan el holocausto….

Ha tenido lugar un corrimiento ideológico hacia la derecha, integrador de las izquierdas moderadas, superadas y asimiladas, con la preocupación y el nuevo enemigo a la derecha de la derecha, que pasa a entroncar con el radicalismo totalitario y leninista cambiando la música. Como si hoy, aquello que llamábamos el Este, se nos hubiera desplazado al Oeste. Ya he hablado de crepúsculo…Hacia el Oeste se muere. Allí se localiza el ocaso…

Suárez, desde su Centro, dijo una vez que él estaba a la izquierda de la izquierda. Y venía de la Secretaría General del Movimiento. En franquismo puro y duro, no se despachaba más… No tuvo tiempo de fundar un régimen. Se lo comieron los fulanismos. Era político hasta la médula, pero no era hombre de Estado. Mi amigo, que entre tanta cosa buena, valiente y hasta oportuna (aquella legalización del partido comunista en su momento, justamente, histórico) nos dejó una cosa mala, el Estado de las Autonomías, esa creación nefasta e insostenible, de la que solo se puede esperar la liquidación total de España como nación.

Lo desplazó un González tendente a la derecha, que lo primero que ensayó fue la amistad de los bancos y los ricos, Polanco, Sarasola, Cisneros, Escamez, cuando Solchaga dijo aquello de que España era el lugar donde te podías hacer más rico en menos tiempo. El pelotazo del felipismo es lo más supuestamente conservador de un socialismo corrupto. Llegó hasta la expresa abjuración de Marx, luego de trasladar la herencia de Pablo Iglesias, de los viejos e inoperantes viejos clásicos, que no hicieron absolutamente nada durante el franquismo, (quien molestó siempre, sin descanso, era el comunismo) al nuevo gremio sevillano de la tortilla, los Escuredo, Yáñez. Guerra, Chaves, Borbolla, Pozuelo, Hermosin y la Rubiales. Unos jovenzuelos ansiosos de poder, que habían metido a Llopis y sus viejos camaradas residuales en el baúl de los recuerdos.

Luego viene Aznar y hace correctamente los números financieros, laborales, fiscales, poniendo la economía política a cero, limpia y virgen. Como un socialdemócrata de libro. Ya nada está en su viejo y vicioso sitio. Desaparece el déficit y se sitúan las arcas de la Seguridad Social en el mayor de sus superavits. Lo dicho, política de orientaciones sociales de auténtico libro. Hace que España, la calamitosa España, no se parezca a sí misma. Que hasta ponga los pies sobre la mesa como Bush. Pero se cansa el caballero de las negras melenas y duro bigote. Había dicho que no sobrepasaría los ocho años en el poder y él, buen castellano, es hombre de palabra. De palabra tonta, en el caso. Como se ha visto con lo venido después de aquel 11de Marzo que cambió nuestros destinos. Lo que nos tiene ahora, con el aprendiz de brujo de Zapatero, a los pies de los caballos, en medio de la peor expresión nacional de la crisis mundial y solicitando la pseudo izquierda gobernante un aumento de impuestos y subida del IVA, que como es sabido, por naturaleza, se caracterizó siempre, programáticamente, por no subir impuestos. La izquierda digo, la general, la por antonomasia. La que promulgó, siempre, bajarlos. Lo nuestro, ahora, es el totalitarismo frentepopulista de un alucinado con poca formación, a quien solo le importa la continuidad en el poder. Apoyado por los nacionalismos y unos sindicatos profesionales, burócratas y con capitulo de mamandurria en el presupuesto. No hace falta explicar a quien le pesa más que nadie el IVA. Al consumidor. Y el consumidor, el único consumidor, si puede, porque en nuestro caso cada vez puede menos, es el pueblo, la clase media, el segmento social más numeroso y castigado de España. El que deberían defender como leones esos Sindicatos pancistas y vendidos.

Nos cercan la crisis y los indicios de corrupción por doquier. Ya nadie es de derechas ni de izquierdas. Solo el ocupador de la Moncloa se advierte cada día más siniestro y federalista, queriendo reeditar la segunda República y ganar la guerra civil. Removiendo esa inconveniencia absoluta de la memoria histórica, de la que acaba de decir el prestigioso historiador Stanley G. Payne, que “es un proyecto sectario, un intento de imponer la falsificación y ponerse de un bando. Solo puede traer divisiones. Es un intento de legislar la Historia”. Y legislar la Historia es como codificar el humo o someter a reglamentación la condición humana. Algo idiota, además de peligroso.

Esas nociones espaciales, (derecha e izquierda) referidas a la política, ya solo indican el vacío. Y el hueco mental correspondiente, de quien aún las invoca. No hay derecha ni izquierda. Hay una ruina casi absoluta, que no se refiere solo a la economía sino a todo el sistema de valores. Estamos a merced de los políticos, la peor casta profesional en que ha llegado a dar el hombre. Dios nos coja confesados. Véase si no, la desvergüenza que estamos viviendo en el PP nacional y regional de Madrid, hecha, de momento, abstracción de otros Gürteles, por ver quien mete la mano en la caja de Caja Madrid. Que tanto recuerdan la de la última renovación del Consejo en la nuestra, del Mediterraneo, la antes CAM y ahora CM, cuando pactaron el PP y los socialistas alicantinos sobre la defenestración de Vicente Sala para colocar, cada facción facciosa a los suyos. El PP de su segmento local zaplanista, y los socialistas a más gente propia, uno de ellos a la cabeza de la entidad, como nuevo Presidente. Se juntaban la zorra y las gallinas, para quedarse con todo el manejo de los huevos…De oro. Comprendo a quien quería ser Presidente aunque fuera de aquel modo. La ambición es legítima. A quien no comprendo es a los populares y socialistas, enemigos a muerte por definición, cambalacheando como afines y correligionarios, obsesionados por el poder financiero. Para eso hay que tener muy poca vergüenza.

Esto, sin que en 1977 Fuentes Quintana convirtiese en Bancos los Montes de Piedad fundados por Francisco Piqué, en Madrid, en 1702-1709, casi trescientos años antes, para favorecer la economía de los pobres, sin ningún ánimo de lucro, no habría sido posible. No habrían caído las Cajas en manos de los político que nombran sus Consejos de Administración. Pero esta es otra, que puede quedar para próxima ocasión. Porque tiene tela…

España vive una crisis institucional espantosa. El peor gobierno de toda su historia y una oposición merengosa, gandula y cobarde, que lo va a eternizar con su inoperante torpeza, para nuestra mayor y más continuada desgracia. Malditas derecha e izquierda. Qué buen pueblo, sufrido y trabajador, grande a lo largo de toda su historia, vasallo de tan malos hombres públicos Y mujeres públicas, que son “compañeros y compañeras” y, además, en cuotas paralelas. Y para lelos. Que gran pueblo, “si obiere bon señor…”

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2 COMENTARIOS

  1. Tiene usted razón, estamos perdiendo el norte. corroboro todo lo que ha dicho.

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