Art. de opinión de Luis Beresaluze Galbis: «¿Trágico hasta tu centenario, pobre Miguel?»

Fuiste un poeta del pueblo. Porque los hay diletantes y pijos, como aquellos Lorca y Cernuda, que te despreciaron en Madrid. Sin perjuicio de la magnitud poética de cada uno. Poetas afectados, de pajarita, gorra inglesa y bombachos, para los que tu bendita y espontánea rusticidad en la presentación personal, era un palurdo ultraje. Eras un poeta desclasado y los gremios cuidan mucho su uniformidad majadera. Y el pueblo, nosotros, tus amigos, tus compañeros del alma, no te vamos a faltar en la conmemoración de tu centenario. No importa que en los presupuestos del Estado, no figure, en los apartados del Ministerio de Cultura, un solo céntimo de euro para actos en tu honor. ¿Qué más da un gobierno socialista que un gobierno popular? Casi es preferible que te marginen los políticos, esa casta maldita. Que no te usen como presunto motivo, para sus mamandurrias y provechos particulares.

Viviste mal y poco y moriste mucho y muy pronto. En la primavera del 42 del pasado siglo, casi a la edad de Cristo. Ahora vas a vivir en el recuerdo digno y solemne de cuantos te amamos y aprendimos, leyéndote, a ser más hombres. Porque para ser el hombre que tu fuiste, a partir de tan poco y tan hostil, hecho tan a la intemperie y contra corriente, hay que ser muy hombre. Y para acabar en un tan alto poeta, una gran cantidad de talentos de esos que, el señor de la parábola evangélica daba a administrar para encontrarlos, por lo menos conservados, a su regreso. Tú no conservaste los que Dios te dio. Los multiplicaste hasta un infinito de hermosura honda, limpia, macho, recia y tiernísima.

Garcilasillo de la vega del Segura, que con un pañuelo de albañil en la frente, vestido de pana y calzando alpargatas
, llenaste de poética sangre, barro, sexo y muerte, aquellos horizontes tan palestinos de la ciudad cural, presididos siempre por la palmera.

Cumples cien años, compañero del alma. Ya eres un clásico. Un clásico que se llama Miguel Hernández Gilabert. Nada puede afectarte la desafección de unos políticos que en su gran mayoría son analfabetos funcionales. Ni sacarle provecho a esa monserga de la memoria histórica que se han inventado para seguir dividiendo a España, saben. Porque esta de tu centenario era una buena ocasión para que chupasen rueda de esa vileza intelectual. Que Dios los perdone. Los que podamos, haremos cuanto esté en nuestras manos para clamar al cielo la importancia de la ocasión. Yo, para empezar, ya he contribuido con un libro de poemas titulado “COMPAÑERO DEL ALMA, COMPAÑERO”, que estará en las librerías, pienso que antes de fin de año. ¡Qué mejor manera de honrarte que honrarme yo mismo, escribiéndote un libro, y digo bien, escribiéndote, porque a lo largo de todo él converso contigo y a propósito de tus cosas, en verso, como no podía ser menos. En endecasílabos. Te honro y me honro.

A lo mejor, incluso me acerco ante el nicho 1009 que te procuraron los poetas españoles en suscripción nacional que promovieron Manuel Molina, tu paisano y mi ilustrísimo amigo Vicente Ramos, faro cultural alicantino como no ha habido otro, cuando estabas al pie de la fosa común porque se cumplían diez años de tu sepultura provisional. Dos mil cuarenta y dos pesetas de aquel entonces costó el alojamiento de tus pobres huesos. Esas pesetas y mucho riesgo personal, ante las amenazas y advertencias de la gobernación de una España muy recientemente victoriosa, contra la que tú habías luchado como comisario político. Vicente fue muy valiente y honrado, ocupándose de tus cosas cuando eras un maldito para el régimen, cuando en nuestro país aún se olía a pólvora.

No me gusta visitar cementerios, pero en esta ocasión, haré el esfuerzo. Intentaré llevarte allí, al final del Vial de los Cipreses, no un ramo de flores sino un manojo de cebollas, en recuerdo del único poema en español que me ha hecho llorar, tu delirantemente prodigiosa, tierna, impresionante, patética y sublime “nana de las cebollas”. Lo más bello que te dejaste escrito, luego de la mejor de las elegías de nuestra lengua, la dedicada a tu “compañero del alma” Ramón Sijé. Con permiso de Jorque Manrique y de su padre, el Maestre y de Federico García Lorca, ese que tan poco te quería y al que dedicaste, hombre bueno hasta la santidad, otra muy sentida. Tú eras hombre elegiaco. Un Jeremías en esparteñas. Elegías son, además de la del portero y la panadera, la del hijo, la de Maria Zambrano, la del comisario cubano Pablo de la Torriente, la de Rosario la dinamitera, la de los niños yunteros, la de Bequer, la del toro.

No te quiso Lorca y te quiso demasiado Neruda, el gran Neruda, probablemente el mejor poeta en castellano del siglo XX, pero de malísima influencia sobre ti, violentando tus ternuras y convirtiendo en atroz come curas al piadoso Miguel de cuando la amistad con Sijé, autor de tres sonetos a la Virgen María prodigiosos.

Volviendo al principio, Miguel: No hay presupuesto. Zapatero lo había prometido, como se lo recordó Alarte. También Ricardo Peralta en el Consell, quien iba “ a colaborar al máximo para que los actos programados tuvieran la dignidad que merece”. ¿Qué hace la Diputación Provincial de Alicante, esa que, tan estúpidamente, se auto titula DINAMICA Y ACTUAL y qué la ministra González Sinde, la peliculera? Esperemos, compañero del alma, que esta ausencia de tus cosas en el presupuesto aprobado, no haya sido sino un descuido más de los descuideros habituales de la cosa pública, pública de ellos. No te faltaremos amigos con nuestra voz y nuestra devoción fervorosa. Verdaderos compañeros del alma, compañeros…Tu eres uno de los tres ejes de mi Trinidad de la palabra, esa que ha dado a Alicante la categoría de primera provincia literaria de España en el siglo XX. Tu, Gabriel Miró y Azorín, de una sola tacada. A ver que otra presenta, no ya otros tres de igual relevancia, sino ni a uno solo de vuestra talla.

Gloria a ti en tu centenario. Y que Dios te bendiga, compañero. Como nos bendijo a nosotroscontigo…

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2 COMENTARIOS

  1. Esto no es un articulo, es un omenage a Miguel Hernandez.Siga escribiendo asi Don Luis,. le seguire leyendo……(.Tanto dolor se agrupa en mi costado,que por doler me duele hasta el aliento).

  2. Independientemente de las opiniones diferentes, por ejemplo el sentido de la memoria historica para mi vuelve a unir a España recupera la dignidad de los «perdedores» , y no al reves como tu afirmas…pero te felicito por el articulo tan profundo sobre nuestro poeta. Los sentimientos no entienden de ideas politicas.Y me ha emocionado tu recuerdo del arriesgado enterramiento en plena España «victoriosa». En el recuerdo de tu colaboración de exito en el Betania 2006 y esperando con impaciencia tu prox. libro del poeta recibe un abrazo de tu amigo.
    Jesus

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