Artículo de opinión de Hortensia Pérez, portavoz del Partido Popular
Llevamos ya casi un año soportando una pesada losa sobre nosotros, una losa que parecía que sería una pesadilla de la que todos querríamos despertarnos ya, estamos cansados, abatidos, desanimados, con tristeza en nuestra sonrisa, con palabras y actitudes desesperantes, con una actitud hacia los demás y unos gestos que dañan nuestra imagen siempre apreciada de ser los más simpáticos, cariñosos, despiertos a la hora de congeniar, unas aptitudes que deseo que cuando todo esto pase volvamos a ello, necesitamos el cariño, el tocarnos, los abrazos, el contacto con los nuestros, un contacto y una vida social de la cual ahora carecemos. Una vida social que empieza en nuestra propia casa, en nuestra familia y que la exteriorizamos en la calle, yendo a tomar un café, de compras, visitando a un amigo, quedando las pandillas en los parques, esa juventud que está viviendo una época de desapego por el miedo.
Y todo esto una crisis emocional y personal, y qué decir de la crisis económica, gracias a ésta pandemia todos en cualquier ámbito económico lo estamos padeciendo, empresarios, autónomos, empresas de todo tipo y negocios que se ven mermados debido a las durísimas medidas que se imponen para conseguir atajar éste maldito virus y que parece, que a pesar de los grandes esfuerzos que estamos realizando no le vemos la mejoría, ni tampoco que vaya a desaparecer en un breve espacio de tiempo. Y mientras nuestra economía se debilita, poco a poco vamos tirando de nuestros pequeños ahorros en el mejor de los casos, y si no que se lo pregunten a esos héroes que todas las mañanas se levantan temprano para ir a trabajar, arriesgándolo todo a abrir sus negocios, con todas las medias de seguridad posibles, sus tiendas de barrio, sus perfumerías, panaderías, alimentación, tiendas de ropa, de abalorios, de pinturas, bares, restaurantes, cafeterías, pubs, discotecas…, un sinfín de negocios que son los que nutren y dan vida a nuestras ciudades que nos invitan a pasear y a disfrutar de nuestros parques, de nuestras avenidas y calles, de nuestros barrios. Ellos son los que hacen que la economía ruede, se mueva, que nos invita a que todos participemos de ella, hacen que nuestra vida social sea más amena, más intensa. Qué sería de estos negocios, y de nuestras ciudades si los dejamos caer, si nos les ayudamos a persistir. Ellos ahora nos necesitan a todos, necesitan de los políticos, de las instituciones, para que sean capaces de desarrollar medidas, planes y ayudas para los sectores que en estos momentos lo necesitan, por ello tenemos que saber escuchar lo que nos demandan, sus inquietudes, sus problemas y así saber cómo elaborar dichas ayudas para que nadie en la medida de lo posible se quede atrás. Pero también es importante recalcar que a nosotros los ciudadanos también nos necesitan, tenemos que comprar en nuestras tiendas, nuestros bares, seguir construyendo, viajando…En definitiva ayudas a todos los niveles y en todos los estamentos. ¡Ayudas!