Represión y recorte de libertades en pandemia

Artículo de opinión de Sergi Cremades

Se acerca el décimo aniversario del 15M y, aunque el ciclo es otro muy distinto,  los últimos acontecimientos se asemejan a cuando la indignación ocupó las calles. A pesar de tener un gobierno central de coalición presenciamos atónitas una degradación democrática sin precedentes en el Estado Español.

La brutal represión contra las manifestaciones por la libertad de expresión surgidas en todo el Estado, a raíz del encarcelamiento de Hasél, nos vuelve a dar una hostia, literal, de realidad. Pero, por qué siempre somos las mismas las que recibimos los palos.  Ayer al pueblo catalán por clamar por el derecho a decidir, hoy en las manifestaciones contra los recortes de libertades y la “Ley Mordaza”, pero mañana puede ser en el desalojo de una familia sin alternativa habitacional. La justicia y las fuerzas y cuerpos de seguridad nunca han sido objetivos. Nunca la extrema derecha ha sido “aporreada” por la policía. Pero sí ha habido heridos por munición real en Linares, personas que pierden ojos en Barcelona o cabezas abiertas y/o contusiones en espalda y piernas en Valencia. La policía no es sólo el brazo armado del poder, también se ha evidenciado que están infestada de ultraderechistas y fascistas, al igual que la policía de los USA lo está de racistas y supremacistas blancos o los Carabineros chilenos de golpistas y torturadores. No sólo acatan órdenes, muchos podrían  disfrutar con lo que hacen. Es urgente su disolución para, si es necesario, su recomposición, como pide la sociedad civil en Estados Unidos o algunos partidos políticos en Chile. 

Algunos comparan la violencia de la policía con la de los manifestantes. Los que esgrimen o se cree ese argumento, o  tiene una clara internacionalidad manipulativa o nunca han tenido que salir a la calle a defender algún derecho conculcado y por eso no saben qué es estar delante de los “pro-disturbios”.  Tan sólo su presencia genera pánico. Adiestrados en infligir daño,  perpetrados con chalecos antibalas, escudos, cascos, porras y sus armas de FOAM  tienen total superioridad militar.  Además sabedores de su poder y la legitimidad de ejercer la violencia que les otorga la ley. En el otro bando, chavales y chavalas jóvenes y no tan jóvenes también padre y madres, personas mayores intentando ejercer su derecho a la libertad de expresión. Asustados y desorientados al verse acorralados por los dispositivos de “seguridad” (eufemismo). Con rabia pero sobre todo mucha impotencia al ver que se pisotean derechos esenciales. Y no, los desperfectos del mobiliario urbano, no es violencia, la violencia se ejerce contra las personas.  No hay comparación, no puede haber comparación.

Como siempre porras y balas son utilizadas para generar terror y desactivar la respuesta popular, deslegitimar al contrario e intentar desviar la atención. Pero la  desafección sigue ahí, no se ha consumado su deseada restauración. Hay brechas que no se han cerrado. La fuga del rey emérito  exjefe de estado con estafa incluida abre una  grieta de legitimación del régimen por una de sus instituciones principales: la monarquía. El enésimo intento de doblegar al proceso soberanista, con la operación Illa ha vuelto a fracasar: el independentismo ha salido reforzado. Los delitos de corrupción de un partido de pilar del bipartidismo, escandalizan a toda Europa y la transfusión de votos a otras organizaciones, demuestra que hasta el votante de derechas siente vergüenza por la maquinaria de latrocino puesta en marcha por el PP. No van a servir operaciones estéticas, como el cambio de sede, para convencer que aquello es no es un barco pirata del cual hay que salir huyendo.

El deterioro democrático seguirá. Lo terrible es que ahora los nostálgicos del franquismo y la ultraderecha 2.0  tienen un referente político en las instituciones. La desafección ante el régimen surgido en la transición,  ya no tiene sólo una alternativa antineoliberal como en el 2011, ahora también se construye una salida neo-conservadora, autoritaria, elitista, excluyente, racista, xenófoba al régimen del 78.  No es nueva pero está actualizada y ha tenido consecuencias terribles para la humanidad cuando se ha ensayado, por ejemplo aquí el Estado Español.  Ejercitemos la memoria histórica y política y entendamos que es urgente organizarse y apoyarse mutuamente para apuntalar una alternativa al régimen que ponga en el centro a las personas y los pueblos, su diversidad  y sus necesidades.

Sergi Cremades

Miembro de Anticapitalistes

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1 COMENTARIO

  1. Cuantas verdades dichas en este artículo, esto es la realidad de lo que estamos viviendo y quien no lo quiera ver, tiene un grave problema.

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