Nº 168) Jaime Segura Sainz (atleta y jugador de balonmano).-

Artículo de Vicente Díez sobre deportistas noveldenses

Hace algunas semanas, al escribir la biografía nº 157, de fecha 17/01/2021 sobre Juan Gómez Santo, «el Cabut», jugador y promotor del balonmano, uno de los comentarios añadidos al final era de un anterior protagonista, al cual entrevisté al principio de estas biografías, concretamente la nº 13, de fecha 31/01/2012 con el título de ”Club Atlético La Liebre (atletismo)” y el entrevistado de hoy afirmó que él también tuvo un equipo de balonmano. No dudé en contactar con este veterano deportista, del que yo creía que sólo había sido atleta, además de promotor.

  Por tanto, hoy conoceremos más a Jaime Segura Sainz; además de su parte activa en los deportes del atletismo y el balonmano, también en su faceta como organizador de ambos deportes a nivel local, allá por las décadas de 1960 y 1970.

   Nació en esta ciudad en el año 1941 y está a punto de llegar a octogenario. A los diez años (1951), se desplazó con su familia a Argel. y en el colegio practicó ambos deportes. El equipo tenía por nombre La Lièvre, en francés, y cuando regresó a Novelda conservó dicho nombre acoplándolo a nuestro idioma, como La Liebre.

   Allí en tierras argelinas quedó campeón escolar de 60 m. lisos y la práctica totalidad o mayoría de sus compañeros y rivales eran argelinos. Había una liga escolar de atletismo en la que su colegio quedó en segunda posición en la tabla final.

   Simultáneamente, al ser deporte escolar, allí recibía clases de balonmano, con el mismo nombre al equipo de jovenzuelos de entonces y él era el único español en el conjunto. Me relata que en la final a la que llegaron, jugaron dos veces contra el que fue campeón y perdieron ambos partidos, pero no quedaron del todo insatisfechos al acabar subcampeones.

   Años después, 1957, con 16 primaveras, regresó la familia a Novelda y tuvo que perfeccionar el idioma castellano en los Padres Reparadores, hasta que su padre, maestro albañil y de nombre Aurelio Segura Beltrá, «el Babau» que había sido portero del equipo de fútbol local antes de emigrar (ver biografía nº 45, de fecha 20/01/2013), le encargó de hacer las zanjas para la cimentación de un solar, donde actualmente se levanta el edificio en el que vive, así como otro piso para su hermana Alicia, casada con un profesor de EGB, don Luis Devesa Pastor, quien también fue futbolista amateur (ver biografía nº 40, de fecha 16/12/2012). Como se ve, una familia de deportistas.

   En cuanto al balonmano, Jaime contactó con otros muchachos vecinos, de su edad y estuvieron hablando de formar un equipo de balonmano. Ninguno había jugado antes, así que tuvo que enseñarles lo básico. Sus nombres: Fco. Torregrosa Mira «el Churro»; Germán Amorós; Vicente Botella «Personica»; Braulio Sala, voluntario de la Legión en Sidi Ifni; Antonio Mira «el Sifonero» y otros tres de los que recuerda el nombre de uno, Enrique «Cuclo»; y los apellidos de los otros dos: Rondeño y Vives. Esa fue la plantilla del equipo La Liebre de balonmano, a principios de 1958.

     Inicialmente no estaban federados; por tanto, jugaban extraoficialmente contra otros equipos similares de jóvenes de Monóvar, Alcoy, Monforte, Orihuela y el mejor de aquellos equipos, el Pizarro juvenil, de Elda. Por fin se federaron, pero aquello sólo duró un año pues los gastos de todo tipo era imposible de reunir. Sirvió al menos para despertar o poner en marcha el balonmano en esta ciudad.

   Jaime pasó a integrarse en el C.B. Monovar y un tal Marhuenda hacía las veces de entrenador y directivo, todo por vocación desinteresada. Eran tiempos en los que había que tener imaginación y ganas para salir adelante, realizando el deporte con el que todos soñábamos; sólo muy pocos lo conseguían, casi siempre por falta de dinero. Destacaba en aquel equipo monovero un lateral derecho conocido por «Epi» y recientemente fallecido.

   Un día, le llamaron desde el equipo de Monforte para reforzarse, pues jugaban contra uno de los fuertes, el Pizarro B de Elda y al verle jugar, los observadores del Pizarro quisieron incorporarle a su banquillo, pero sólo jugó dos partidos con los eldenses, pues le habían llamado para «hacer la mili» (año 1963), en Sidi Ifni.

   Algo pudo jugar allí en tierras africanas y me enseña un diploma enmarcado como segundo clasificado su equipo, al perder la final contra otro equipo de diferente Tabor (batallón). Asimismo, durante el servicio militar participó en los Campeonatos de España militares en La Laguna (Tenerife), en pista, en la distancia de 400 m.

   Tras colgar el uniforme, en el año 1964 se incorporó a trabajar en una fábrica de mosaicos hidráulicos propiedad de su padre y ya no tuvo ganas ni fuerza, ni apoyo económico para reanudar la dura labor del balonmano. Detalla que casi la única ayuda que tuvieron era la de un taxista local, conocido por «el Calesito» que a veces les llevaba en sus desplazamientos con el taxi atestado de jóvenes. Lo dejó y tras un año, se decidió por fundar un club de atletismo, conservando el mismo nombre: La Liebre, que organizó numerosas pruebas, entre ellas varias subidas al Castillo, actual Subida al Santuario. Me enseña dos programas de la Subida de los años 1967 y 1971, con salida y meta en la Glorieta. Hubo otras carreras organizadas por este club, culminando con un Campeonato Regional de Cross.

   Jaime, sin duda mereces el reconocimiento del deporte local por tu gran labor de organizador y desinterés, que los que como yo, hemos hecho alguna vez, sabemos lo duro e ingrato que es organizar.