Artículo de opinión de Lidia Martínez, Guanyar Novelda
El 15 de mayo de 2011 comenzó un proceso de cambio político y social que dura hasta la actualidad. Hace 10 años la gente salió a la calle, estábamos hartos de injusticias, de precariedad y de un futuro que no pintaba mucho mejor. Las plazas se llenaron de gente que dialogaba, hablaba, intercambiaba experiencias, de hastío, de esperanza, gente con ganas de luchar por un futuro mejor. Gente joven, gente no tan joven. El 15M fue un movimiento social muy heterogéneo, que canalizó la indignación de muchas personas.
Una de las frases más repetidas en el 15M es que no queríamos ser mercancía en manos de políticos y banqueros, por lo tanto exigíamos una democracia real, que defendiera dignamente la ciudadanía. El 15M fue una revolución en muchos ámbitos, ayudó a formar miles de asambleas, a configurar nuevos partidos, a cambiar realidades. Acabó con esa mentalidad de que la participación ciudadana solo se ejerce cada 4 años.
El 15M fue tan diverso que fue muy difícil canalizar de una única manera todas las propuestas que se habían ido exigiendo. Pero en este artículo quiero señalar la que para mí fue la más importante. La organización. Veníamos de un desinterés político, donde la ciudadanía apenas participaba en la política, y no, no me refiero en la política como cargo público, la política va mucho más allá de eso.
La política es activismo, la política es apoyo emocional, la política es diálogo, la política es escucha. Muchos de los que estuvimos involucrados en el 15M vimos que existía una nueva forma de política a la que no estábamos acostumbrados y por ello quisimos transformarlas.
Es el caso también de Guanyar Novelda. Como hemos señalado en varias ocasiones nuestra plataforma está formada por personas que vienen de diferentes ámbitos, de partidos políticos, de diferentes asociaciones y plataformas con diferentes sensibilidades, de gente independiente que simplemente quiere mejorar su pueblo.
Para mí, esto es lo que más aprecio del 15M, su capacidad de que sigamos organizados, que diferentes personas que no nos conocíamos de nada ahora seamos una plataforma que propone, organiza, influye, se involucra, escucha. Es cierto que muchas cosas han pasado a lo largo de 10 años. No todo se mantiene igual, nada es constante y todo tiene sus altibajos, pero creo que esta lección no se nos puede olvidar. Cuando el pueblo está organizado y participa acaba construyendo lo que necesita.
Es por ello por lo que no quiero mirar al 15M con nostalgia, como si fuera pasado, el 15M sigue aquí, presente, a día de hoy y esperemos que por mucho tiempo.