Visto lo visto, para el PSOE hacer política es decir lo que en cada momento creen que “la gente” (como ellos nos llaman) quiere oír. Su objetivo no es hacer las cosas favoreciendo el interés general, es seguir en el poder, cueste lo que cueste y se tenga que pactar con quien se tenga que pactar.
Así, después de acumular poder durante los últimos cuarenta años, y tras colocar en los consejos de administración de los bancos, eléctricas y demás grandes compañías a quienes fueron ministros o altos cargos socialistas, desde donde defienden el interés de quienes les pagan, como es natural, ahora nos quieren hacer creer que ellos, solo ellos, son los que van a plantar cara a los empresarios y poderosos, que, según el nuevo guion que interpreta Pedro Sánchez, son los culpables de que este País sea el que peor va de toda Europa.
Antes los culpables eran los gobiernos, pero para el actual presidente, estamos como estamos, no por su ineptitud, sino por culpa de las eléctricas, bancos y medios de comunicación.
Pedro Sánchez pretende engañarnos a todos, como el “lobo disfrazado de abuelita en Caperucita Roja”, con esta nueva versión del cuento, que repetido por todos los medios gubernamentales y por la mayoría de los privados, sobornados por el socialismo desde hace décadas, ensaya una estrategia que puede resultar útil a su fin: seguir mandando, terminar con nuestra imperfecta democracia, y estrenar una república bananera con Sánchez de caudillo, sus amigos cada vez más ricos y la mayoría de los ciudadanos cada vez más pobres.
Tan sobrados de poder andan que incluso se permiten estudiar si también indultan a los políticos socialistas de los ERE, condenados por malversar casi mil millones de euros, robados del bolsillo de cada uno de nosotros, para repartirlo delictivamente a sus amigos. En la república bananera de Sánchez, la justicia debe estar sometida a los deseos del presidente, y a los intereses de su partido.
Si ya se han permitido favorecer a los terroristas a cambio de que les mantengan en el gobierno, indultar a quienes cometen delitos de secesión poniendo en grave peligro a nuestra sociedad, cómo no van a indultar a alguno de los suyos, delincuentes condenados, pero que lo hicieron para favorecer a su partido y así poder mantener el poder durante décadas en Andalucía.
Para el socialismo actual, estos delincuentes se merecen el indulto, y también un premio, por ejemplo, colocarlos en el consejo de administración de otro banco o eléctrica, y poder cobrar diez veces más que de ministro o presidente de una comunidad autónoma, qué
menos.