12) Mariano Beltrá Alemany, «Marianet» (atleta)
El personaje de hoy difiere de los anteriores en que aparte de su entrega por el deporte y la organización de eventos deportivos, también practicó de manera profesional la literatura y la enseñanza. Sin duda, una persona que para mí, habría querido tratarle, pero no tuve constancia de sus aficiones hasta varios años después de su óbito y por las referencias que me dieron en su día, su propio hijo y Antonio Cremades, «el Bañero». Y opino, pues siempre admiré a las personas cultas y a los deportistas destacados, que el pueblo de Novelda debe un recuerdo imperecedero a este hombre, con algo así como el nombre de una calle, o similar.
Nació en esta ciudad a finales del año 1.915 y desde siempre, se le conoció por «Marianet». Las circunstancias le obligaron a ejercer profesiones tan dispares como militar, docente, gestor y preparador – monitor del deporte. Dedicó parte de su tiempo a su otra pasión, la poesía y las crónicas sobre temas locales.
En la adolescencia, ingresó en la Academia Militar de Zaragoza, consiguiendo acabar el primero de su promoción. Juró y mantuvo su lealtad a la República, eligiendo ese bando ante la inminente Guerra Civil. Acabada ésta, sufrió cárcel y le obligaron como a muchos otros, a repetir «la mili» con otros tres años en Larache (África).
Sin expectativas laborales, emigró a Francia, donde antes del Plan Marshall, era tan difícil colocarse como aquí. Pero su inventiva y cultura le bastaron, al regresar a Novelda, para instalar un colegio y un gimnasio (algunos de los sexagenarios actuales, aprendieron sus primeras letras con él, e incluso dio clases de Contabilidad). También ejerció de gestor por cuenta propia, en una época en la que sólo existían tres gestorías en toda la provincia; una de ellas, la regentaba el pinosero don Pedro Solbes, padre del posterior ministro socialista de Hacienda. Mariano, a veces, tartamudeaba un poco y quizá por conocer el problema, ayudó a los que padecían ese inconveniente de expresión.
Su iniciativa le llevó a organizar y a encauzar el deporte en Novelda y para ello, en un solar contiguo a su casa, inauguró lo que podría llamarse «un gimnasio» modesto, con lo más básico: anillas, cuerda y se practicaba el judo y la gimnasia. Duró hasta casi el año 1.960. Del gimnasio salían a «hacer resistencia», lo que hoy conocemos con el anglicismo de footing. El actual senderismo lo practicaban «Marianet» y sus discípulos con el nombre de montañismo. Si bien, su pasión fue el atletismo, el deporte rey más antiguo y básico, pues se practicaba en las Olimpiadas de la antigua Grecia, desde unos 750 años a.d.C. A este deporte se le conocía antiguamente como pedestrismo.
Nuestro protagonista tenía excelentes condiciones físicas innatas: daba pocas pulsaciones por minuto en reposo y fue uno de los referentes o pioneros del atletismo noveldense, contemporáneo de su entrañable amigo y rival «Toni Gran». Por entonces, (finales de los años 40), sólo había Federación de Atletismo en Valencia y asistía a las competiciones a título individual, sin equipo ni preparador. La Federación le «fichó» o favoreció, para poder entrenar con ellos, «los profesionales» y así, acudió a diversos campeonatos en cualquier rincón de España, en las especialidades de maratón, medio fondo y en su distancia preferida, los 10.000 metros.
«Marianet» disponía de poco material deportivo; incluso usaba zapatillas de cáñamo, como tantos otros de su época. Sin chándal, con polos de lana y con la misma vestimenta, habían de repetir actuaciones, previo lavado a mano del vestuario. A veces, no siempre, había agua en los vestuarios y los gastos del tren, por su propia cuenta. Intercambió correspondencia con atletas de élite, algunos de los cuales consiguieron medallas de oro en Olimpiadas, como fue el caso del mexicano Delfo Cabrera (Londres/48), o el francés Alain Mimoun, así como el español Mariano Haro y especialmente, con Joaquín Blume, con el que le unía una gran amistad. Blume fue el prototipo del gimnasta de las anillas. Es inolvidable su posición del Cristo, que aún aparece en diseños y fotografías. Y también nuestro atleta local fue preparador físico del Novelda CF, por lo cual los futbolistas mejoraron su rendimiento físico.
En cierta ocasión, corrió hasta el Cid y regresó en dos horas. No creyeron su versión y días después, ante el debate que se organizó en el Casino, propuso repetir el trayecto ante testigos y amigos, tales como Progreso Sabater, el Dr. Francisco Penalva y José María «el Fontanero» entre otros, quienes bautizaron aquella zona como «el espolón de Beltrá». Mejoró su registro en dos minutos, pero no le creyeron de nuevo, pues el acuerdo era que previamente iría como observador hasta la cima, J. A. Belda Canicio «Cueto», quien se extravió y unos cazadores petrerenses que habían visto llegar al atleta, ayudaron a «Cueto» en la búsqueda del camino de regreso. Continuó la polémica, con discusiones y apuestas en el Casino sobre si era o no posible lo que «Marianet» aseguraba y se puso fecha para la tercera repetición e incluso se publicó en periódicos como el ABC de Sevilla; el deportivo Marcador y el Información de Alicante, que envió a dos motoristas para verificar y fotografiar el evento.
La salida se dio desde la Fábrica de Lonas y nuestro atleta aún mejoró su crono, al rebajar en doce minutos el cálculo de las dos horas. Como premio, recibió un par de zapatos a medida que le regaló un fabricante de Almansa, quien vino a presenciar la prueba y que «Marianet» los guardó siempre sin estrenar, cual si fuesen un trofeo (para él, fue su trofeo moral).
Su zona preferida para entrenar era el Cucuch y llevaba consigo cohetes, conocidos como «señoritas», para espantar a los perros que le asediaban ladrando. En las zonas con viñedos, los agricultores le preguntaban «si huía del pueblo, o sucedía algo grave»; a lo que él respondía con un simple «estoy entrenando», algo incomprensible para la mentalidad general en aquella época de escasez y trabajo duro. Iba y venía al Castillo en 26 minutos, desde el antiguo lavadero hasta el reloj de sol y regreso.
En el recinto o campo de La Magdalena se hacían carreras pedestres y se llenaban las gradas de público. Trajo a Novelda al «Sansón del siglo XX», un tipo forzudo cuyo espectáculo consistía en arrastrar un coche cargado de personas, con una cuerda atada al parachoques y el otro extremo lo sujetaba con la boca. Y todo ello con vistas a popularizar el deporte en Novelda y sus alrededores y en verdad que lo consiguió. Hasta se podría catalogar a «Marianet» como organizador del primer partido de baloncesto en Novelda, previo a la fundación del CB «Jorge Juan», pues atracó en el puerto de Alicante un destructor norteamericano y consiguió que viniesen unos cuantos yanquis para competir contra los jugadores locales, quienes debutaron ese día en un partido «internacional» del deporte de la canasta. Su propio hijo, Mariano, entonces de 2 ó 3 años (me lo relata hoy, más de 50 años después) se asustó y lloró al colocarle su padre, para fotografiarle, junto a uno de los norteamericanos, de raza negra. También fue preparador de un gran atleta local, «el Flechi», quien siguió los pasos y consejos de su maestro, especialmente en lo referente a alimentación específica.
Fue un admirador de los países escandinavos, donde se practica la educación física desde la escuela infantil y él aspiraba a «importar esa cultura», cosa harto difícil. Una de sus frustraciones fue no ver en España, ni posteriormente, un ministerio específico del Deporte, lo cual nos dejó entre el grupo de países «de alpargata deportiva». Este tema burocrático parece que se ha conseguido con el gobierno actual; crucemos los dedos para que continúe y sobre todo, que tenga éxitos. También fue responsable en la Comisión de Fiestas, en la década de los años 50, de las actividades deportivas organizadas por nuestro Ayuntamiento.
Los años cumplidos, que no pasan en balde, le fueron apartando de la competición activa, pero no dejó su reparación física, por lo del «gusanillo». Asimismo, ayudaba a los demás con organizaciones tanto deportivas como culturales. «Marianet» fue difusor de la literatura y poesía en Novelda. Son recordados sus escritos en el Betania, especialmente el titulado «Cogito, ergo sum», en el que escribió sobre las ventajas de la actividad física para el cuerpo humano y es que entonces, como hoy, un buen porcentaje de personas ve el esfuerzo como sinónimo de obligación, castigo, trabajo… por el que hay que cobrar. Si se hace por amor al arte, les parece propio de románticos o tontos y se prefiere el «sillón bol», pero sí conocen la alineación del Barça o del Real Madrid.
Falleció en 1.997, con 81 años y el Club Atlético Carmencita entrega anualmente el trofeo «Memorial Marianet» en la Subida al Castillo, recordándole en su recorrido habitual. «Marianet», dejaste una labor sensacional. Recalco lo de que te mereces una calle (a otros se la han adjudicado; pues hay médicos, maestros, alcalde, practicante, capellán, sargento, guitarrista y un compositor, locales… ¿por qué no un hombre que aportó cultura y deporte a su ciudad?). Donde quiera que estés… un abrazo de los aficionados al deporte.
P.D.- La próxima biografía será la del Club Atlético “La Liebre” (atletismo). Si sabes de alguna biografía de deportista, incluso de persona fallecida, llámame. (Vicente tf. móvil 633 25 25 00)
Magnifico articulo de Marianet,como lo conocíamos en Novelda, para mi era como familia me trataba muy bien, me contaba siempre cosas, era un buen hombre lo recuerdo mucho.
Allí donde este, seguro que con Toni Gran y mi padre se lo pasaran bien.
Un abrazo a su familia.
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Que gran deportista fue Marianet (padre) y muy buena persona
Nos dejó su ejemplo y por eso, se merece un homenaje y mucho más.
Marianet, buena gente, le recuerdo por vecino y por amigo, era mi gestor, y lo veía pasar muchos días por delante de mi casa con “Calzoncillos” que eso parecían los pantalones de deportes en esa época. El y Toni formaban una buena pareja. Desde aquí le envío un abrazo a Marianet, su hijo.
Vicente, gracias por recordárnoslo.
Vicente, gracias por haberme recordado a Marianet, lo conoci, y alguna gestion me
facilito, lo veia como un deportista autentico, su forma de ser y de comportarse me llamo
siempre la atencion.