El centro de discapacitados se ha convertido por unas horas en un extraño manicomio donde diferentes criaturas se han mezclado con los visitantes para hacerles pasar un rato terrorífico.
El centro de discapacitados ha convertido en tradición la celebración de Halloween en sus instalaciones. Para ello, usuarios y monitores trabajan duramente para decorar pasillos y aulas y para fabricarse sus propios disfraces. Este año, en su quinta edición, CAPAZ ha convertido su centro en un extraño y macabro manicomio donde diferentes criaturas vagaban a sus anchas para asustar a los visitantes.
Además, y como en años anteriores, han abierto sus puertas a los colegios de Novelda, que les han visitado durante toda la semana, así como a otros centros ocupacionales de la zona y a los padres y madres de los usuarios.
Para Fátima Llobregat, trabajadora del centro, «es una manera de romper el mito del miedo», y los chavales del centro «se lo pasan en grande asustando a los visitantes», según Raúl Martínez, otro de los trabajadores.
Hoy han recibido la visita de sus compañeros del centro ocupacional de Aspe, que han podido sufrir en sus carnes el terror que ha invadido los pasillos de CAPAZ.
