El certamen ha comprendido proyectos de tecnología de toda la Comunitat Valenciana. Los noveldenses galardonados han realizado la maqueta de una bolera mecánica. Al mismo tiempo, una alumna del mismo instituto ha conseguido que su obra se encuentre entre los 150 mejores relatos del Concurso de Relatos Breves Ciudad de Alicante y que sea publicada
Cuatro alumnos de tecnología de 4º E.S.O. del I.E.S. Vinalopó han obtenido el Primer Premio de toda la Comunitat Valenciana con “la maqueta de una bolera mecánica que funciona de forma autónoma”, ha explicado uno de los galardonados y añade que “el boceto es lo más parecido a una bolera”. El proyecto es “real, asimilable y asequible por alumnos de E.S.O.”, ha comentado el profesor de tecnología, Antonio Vives, quien les ha ayudado a llevar a cabo el diseño del automatismo porque “es la parte más compleja”.
Los cuatro jóvenes galardonados en el IV Concurso “Desafío de las Ciencias” han sido: Alejandro Ayala, Julio Buytrago, Juan José Ruiz y Enrique Martínez. El premio, con un valor de 600 euros, ha sido otorgado por la Universidad Miguel Hernández de Elche junto con la Conselleria y Terra Mítica, y, según ha declarado el director del I.E.S. Vinalopó, José Luis Puerto, “ha sido ingresado en el instituto para la compra de material para tecnología”.
La bolera se pone en funcionamiento tan pronto cuando la bola haya tirado alguno de los bolos, entonces ésta va a parar a una matriz y se desliza por ésta. De ese modo se desencadena un sistema de engranajes y poleas que permiten la recogida de los bolos, sujetos con hilos, de forma ordenada, reponiéndolos de nuevo en la cancha.
Por otra parte, Cristina González, otra alumna de 4º E.S.O. del Instituto del Vinalopó, ha sido seleccionada por su obra “La casa del payaso”, que forma parte de los 150 mejores relatos que han resultado del Concurso de Relatos de la Provincia de Alicante, dando lugar al libro editado por la Asociación de Libreros. El cuento hace referencia a “un payaso que mata a gente por burlarse de él”, ha afirmado la autora y ha concluido que la moraleja de su historia es que “no hay que burlarse de las personas sin conocer las repercusiones”.