Novelderos por el mundo| Destino: Sobrado (Portugal) con Andrea Cañizares

Andrea Cañizares Abad (Novelda), de 19 años, actualmente reside en la Escuela Portuguesa de Salvamento, situada en Sobrado, un pueblo perteneciente a Valongo en la provincia de Oporto.

Andrea Cañizares está viviendo esta experiencia con sus compañeros Vicente Carrión Hernández (Villena), de 17 años, Daniel Giovani Lillo Molina (Cox), de 22, y Alejandro Cubero Beltrán (Elda), de 21 años, estudiantes todos del CIPFP Valle de Elda.

Según Cañizares, Sobrado es un pueblo tranquilo con una población bastante reducida, es por este motivo que la implantación de la cuarentena o confinamiento no repercutió en exceso al entorno, «pues no se trata de una zona muy concurrida». Además, se trata de un pueblo rodeado de una gran masa forestal en proceso de recuperarse por completo después de arder en un incendio, no obstante, es un paisaje vistoso; y aunque el pueblo se encuentra en una llanura, todo su alrededor está compuesto por las sierras de Valongo, conocidas por sus rutas de senderismos y bicicleta.

PREGUNTA: ¿Cómo se vivió el inicio de la crisis por el coronavirus desde allí?

RESPUESTA: Nosotros vinimos aquí conociendo la situación en la que se encontraba China y el crecimiento del Covid-19 en Italia, motivo por el cual teníamos claro que tarde o temprano el virus llegaría a Portugal, aunque no esperábamos que llegase tan rápido. Mentalizados por la situación que podría suceder tratamos de aprovechar al máximo haciendo turismo y disfrutando del entorno mientras tuvimos oportunidad.

P: ¿La gente se concienció de las medidas restrictivas que interpuso el país para frenar los contagios?

R: Desde mi punto de vista y experiencia personal, la población de los municipios de los alrededores se tomó muy enserio las medidas impuestas por el gobierno portugués; desde el primer momento se mantuvieron en sus viviendas y únicamente salían para cubrir necesidades básicas.

P: ¿Qué es lo más curioso que has podido ver durante el confinamiento allí?

R: Lo más curioso que he podido apreciar es lo rápido que se vaciaban los supermercados en los primeros días, aunque es una tendencia que hemos observado en la mayoría de países.

P: ¿Se hace duro estar lejos de la familia en esta situación? ¿Cómo hacéis para mantener el contacto con ellos?

R: Desde el primer momento es algo que hemos llevado bien, hablamos todos o casi todos los días con nuestros familiares a través de video-llamadas o llamadas normales. Además de estar constantemente haciendo cosas para entretenernos, como jugar a juegos de mesa, ping-pong, jugar con el ordenador y sobre todo ver series y películas todos juntos por las noches.

P: ¿Por qué decidiste ir a vivir a ese país?

R: Disponía de varias opciones como Noruega, Italia, Malta y Portugal. El curso anterior los alumnos de Erasmus nos dieron una charla y nos comentaron su experiencia en cada destino. El alumno de noruega no dejó las practicas en muy buen lugar en este destino y al ser Italia y Malta destinos que han aparecido este año, pues el pasado año no estaban disponibles, y desconocíamos cómo iban a ser las prácticas, por ello, me decanté por Portugal, destino del cual habían hablado muy bien los alumnos anteriores a nosotros.

P: ¿Qué es lo que hacéis en la escuela de salvamento?

R: Lo que hacemos en la escuela son cursos de rescate en diferentes ámbitos, tanto en agua, como en montaña, en ambientes remotos…, con el objetivo de, si algún día trabajando nos encontramos en una situación complicada, poder afrontarla y saber cómo actuar. Actualmente tanto mis compañeros como yo tenemos finalizados tres cursos: RIT (equipos de intervención rápida) , STPC (Rescate con cuerdas) y un cursos certificado por las Naciones Unidas. En estas dos semanas que nos quedan vamos a realizar los cursos que no hemos podido hacer hasta la fecha por el Covid-19, como por ejemplo: SLR (Rescate en  lugares remotos) o BSCV-Cheias (Rescate en aguas bravas). Y si pudiéramos realizaremos algún curso más, si el tiempo y el clima lo permite.

P: ¿Cuáles son las costumbres más comunes allí?

R: Para ser sincera no hemos tenido ocasión de conocer muy bien las costumbres típicas de la zona por culpa del Covid-19, sin embargo, nos llevamos un gran sabor de boca, nunca mejor dicho, con un plato típico portugués, La Francesiña.

P: ¿Qué soléis cocinar allí?

R: Hemos tratado de mantener una alimentación equilibrada, cocinando pescado, carne, pasta, arroz y, sobre todo, una ensalada para acompañar la comida todos los días, aunque los fines de semana nos damos nuestros caprichos bien sea pidiendo comida a domicilio o improvisando recetas de internet.

P: ¿Qué es lo que más y menos te gusta del lugar?

R: Lo que más me gusta es la tranquilidad del pueblo, el poder salir a pasear y disfrutar del paisaje, el cual es mucho mas rico en flora y fauna que a lo que estamos acostumbrados en el valle del Vinalopó.

P: ¿Cómo habéis gestionado la necesidad de salir a comprar y cubrir las necesidades básicas?

R: Como ya estábamos mentalizados de la posible llegada del Covid-19 a Portugal, nos trajimos un par de mascarillas y guantes cada uno, pero como hemos dicho anteriormente no  pensábamos que fuera a suceder tan rápido y por tanto tiempo, por lo que a las semanas nuestras mascarillas se acabaron y nos encontrábamos sin poder ir a comprar, pues en todos los comercios portugueses se hizo obligatorio el uso de mascarilla para entrar en los mismos. Gracias a que mi madre colabora con la asociación Tapis y con el visto bueno de la concejala de salud Mélani, de Novelda, dicha empresa nos envió mascarillas suficientes para cubrir nuestra estancia en Portugal y nuestra vuelta a España.

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