Supersticiones y protección infantil durante el modernismo

Yasmin Bernuz: «Algunos de estos amuletos los han llevado vuestras abuelas e incluso vuestras madres»

La conferencia realizada en la Casa Museo Modernista de Novelda ha sido introducida por Graciela Luz Román, directora de la Fundación Jorge Juan, que ha presentado a la conferenciante del acto, Yasmin Bernuz, doctoranda en Historia Antigua y presidenta de la Asociación Cultural Modernistas de Novelda.

Bernuz con “ Mamá… ¡el demonio me da miendo! Supersticiones y protección infantil en el siglo de la modernidad” ha buscado dar el toque oscuro de la mano de las supersticiones de los niños, explicando cómo se protegían ante estos peligros desde 1848 hasta 1914. “Seguimos compartiendo y utilizando” los amuletos de esa época.

Conferencia completa en vídeo

Por ello, ha resaltado que durante el modernismo las familias actuaban de acuerdo con el ideal de la burguesía mediante una clara preocupación por la protección de los infantes, que trabajaban desde muy pequeños. Asimismo, señala que esta es la época donde comienzan a expandirse la industria de los juguetes y los cuentos dirigidos a los niños y niñas, así como la educación infantil basada en ese ideal burgués de tranquilidad y conocimiento.

Sin embargo, Bernuz recuerda que durante esos años la mortalidad infantil era muy elevada, más del 30% de la población infantil fallecía antes de cumplir los 5 años. Esto provocaba la habitualidad de los retratos post mortem, ya que la muerte no era para ellos un tema tabú y este retrato era el único elemento que recordaba a muchos padres a su infante fallecido.

Ante este contexto, indica que se asentaron multitud de supersticiones en la cultura popular europea de mediados del siglo XIX que se basaban en contextos “científicos” sin demostraciones fiables. Por ejemplo, la sociedad creía en el mal de ojo, los amuletos, los talismanes, los detentes, los exorcismos…

Pese al avance de la enfermería y de la medicina y su inminente explosión a principios del siglo XX, subraya la gente de la época estaba supeditada a la visión de la iglesia católica. “No podía desmoronarse el sistema mental del pueblo”, ha argumentado.

“Algunos amuletos los han llevado vuestras abuelas e incluso vuestras madres”, ha aseverado.

Con todo, señala que los amuletos están muy relacionados con la mujer, porque eran ellas quienes se encargaban del cuidado de los infantes y tenían que superar partos con altas probabilidades de tener complicaciones. Por tanto, símbolos en amuletos como las fases lunares eran claramente femeninos.

“Se creía que la luna podía influir a través de la ropa, porque su luz la impregna y cuando se la ponen los niños los pueden alunar y provocar menos energía y falta de capacidad ciclomotora. Aconsejaban planchar antes de poner la ropa al niño para sacar de la ropa ese influjo”, ha relatado.

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