Noveldense 2 – 0 Peña Ilicitana Arrabal

Pina en el minuto 21 y Cayetano en el tiempo de descuento, marcaron los goles de la victoria ante un Peña Ilicitana de menor calidad en su juego que los locales. (PINCHA GALERÍA DE IMÁGENES)

Tres puntos que se quedan en casa, y justa y merecida victoria de los de Coca que en todo momento han dominado el encuentro y puesto de manifiesto su superioridad.

Alineación del Noveldense: Toni, Lozano, Luis, Kike, Abel, Ernesto Pina, Víctor, Abel, Pina, David Navarro, Rafa, Cayetano y Fede.


Escuela de ajedrez en el Colegio Jorge Juan

La concejalía de Juventud, en colaboración con el Consell de Joventut de Novelda y el Club Escacs han puesto en marcha un taller dirigido a niños para aprender a jugar al ajedrez. (ESTA NOTICIA CONTIENE VIDEO)

Se realizará los miércoles y viernes de 17 a 19 h. y los sábados de 10 a 13 h. Estos horarios no son de dedicación completa por parte de los alumnos, sino que cada uno recibirá clases durante una hora. Los grupos se establecerán una vez se haya realizado la prueba de nivel, que será el próximo miércoles 7 de octubre. Será en las instalaciones del Jorge Juan pero está dirigido a todos los niños en edad escolar de Novelda, independientemente del centro donde estudien.

Los interesados deberán pagar una cuota mensual de 5 euros, que según José Luis Gutiérrez, presidente del club Escacs de Novelda, es “simbólica y para asegurar la continuidad de los alumnos”.

El curso se llevará a cabo desde este mes hasta finales de mayo, cuando termina el curso escolar. Las inscripciones se realizarán en el Casal de la Joventut de 10 a 14 horas, en el teléfono 96 560 52 31 o en el e-mail clubescacsnovelda@hotmail.es




Buena acogida del “Concert de Intercanvis Musicals 2009”

Ayer domingo, el Centro Cívico y Social, acogió el concierto ofrecido por las bandas musicales Virgen del Remedio de Petrer y Santa María Magdalena de Novelda.

La Asociación Musical Virgen del Remedio de Petrer, a las ordenes de su director Santiago Rodríguez Pertiñán, ofreció el siguiente repertorio: Música y Poble de Ferrer Ferrán; First suite in E-flat for military band, de Gustav Holst; y Camino Real de Alfred Reed.

Por su parte, la Sociedad Musical Santa María Magdalena de Novelda, bajo la batuta del director Francisco Jover Sirvent, ofreció el siguiente repertorio: Luís El Caldos (pasodoble) del noveldense Oscar Navarro, Cordillera de los Andes, de A.Malando, y Hollywood Milestones, de V.V.A.A.


Fútbol Sala Nacional A: Peña Madridista 2 – 2 Albatera.

Miguel, adelantó por dos veces al Peña Madridista, que al final tuvo que conformarse con un empate in extremis del Albatera a 1:22 minutos del final. (PINCHA IMÁGENES DEL PARTIDO)



La clave pudo estar en esos dos “doble penalty” fallados y la expulsión por tarjeta roja de Juanrra en las postrimerías del partido, donde la Peña podía haber sentenciado el partido.

Un partido donde las fuerzas han estado muy igualadas, pero dejando un buen sabor de boca por parte de la Peña Madridista. La afición se mantuvo muy activa, jaleando y animando al equipo.


El Gimnasio Olimpia Sport celebra su décimo aniversario

Para celebrarlo ha puesto en marcha una campaña de descuentos y ayudas a desempleados para ayudar en estos tiempos de crisis. (ESTA NOTICIA CONTIENE VIDEO)

El concejal de deportes, Benigno Martínez ha destacado la importancia de este tipo de ayudas para los ciudadanos en general, ya que “en los tiempos que corren es de agradecer que empresas de la ciudad se impliquen ayudando en el momento económico en el que nos encontramos”.

Los actos para conmemorar estos diez años de existencia en Novelda comenzarán el próximo mes de noviembre. Pedro Gabriel Pérez, director del Gimnasio Olimpia, ha comentado que se realizarán una serie de actos culturales con la colaboración del ayuntamiento de Novelda.

Los descuentos a desempleados consisten en una cuota de 30 euros al mes que incluyen el acceso a todas las actividades e instalaciones.
Además, han puesto en marcha una oferta de 2 por 1 en la cuota de gimnasio. Con una mensualidad de 43 euros, 21,50 por persona, se podrá disfrutar de todas las instalaciones durante los 7 días de la semana.




Art. de opinión de Luis Beresaluze Galbis: «Divagación Alicantina»

Como el castellano que el valenciano, me gusta más la palabra Alicante que la voz Alacant. Alicante tiene tres vocales distintas. Es más rica y variada en sonidos. A, i, e. Alacant, solo una vocal, repetida, tres veces A, a, a. Alicante se desliza suavemente sobre la e final. Es una palabra llana. De las que se silabean con armonía. La llaneza siempre es templada.

Y añade gravedad. Lo grave no solo es ligero sino solemne. Alacant se precipita, de modo brusco, desde la t terminal. Alicante tiene cuatro sílabas. Alacant, solo tres. Alacant es aguda. Presenta la violencia verbal de casi todas las palabras que acaban con incidencia directa tonal. Lo agudo, que no siempre comporta agudeza, es, léxicamente, agresivo y pugnaz. Acaba como con un golpe. Aplastado por el acento. Alicante es grave, llana, equilibrada, armónicamente distribuida. Al acentuar la penúltima sílaba, termina dulce y suave, con acentuación media. En el medio está siempre la virtud. El “cant” final de Alacant, parece un puñetazo en la mesa verbal, una estridente “cantalá” fonética, una pedrada vocal. Deja la expresión y lo expresado, como de canto, picudo, esquinado.

El castellano es recio, fresco y fonéticamente, exacto. Solo suena a lo que suena. Es la sinceridad hecha idioma. Ningún otro romance tan limpio, claro y preciso. El valenciano, me sabe seco y a esparto y trae tonalidades de vocálica confusión, hijas del parentesco lemosín, con ecos d,Oc. Solo en una cosa aprecio más a la lengua vernácula. Superiormente más. Infinitamente más. En su gracia para el diminutivo. En castellano, el diminutivo afemina. No podemos decir Hondoncito o Algarrobitos, o Sierrecita, o Rojito, refiriéndonos a un hombre pelirrojo, (estoy manejando sustantivos noveldenses) sin complejo cursi. En cambio, Fondonet o Garroferets o a poqueta nit, o Rochet, quedan perfectamente legítimos. O Campet, equivalente al relamido campito, para una zona agrícola de las mayores del término. O un poco antes de llegar, viniendo de la capital, cuando el camino anuncia nuestro pequeño paraíso en el fondo del valle, se acepta, perfectamente, el Portichol, que molestaría al oído y la sensibilidad como Puertecito. Llamar, por ejemplo, al alcalde, Marianet, no rechina en ninguna sensibilidad, como lo haría referirnos a él como Marianito. Hasta parecería una falta de respeto institucional.

No solo admisibles los diminutivos valencianos; bellos. Y donde no admitiríamos, o madrecita de Dios o madrediosita, viene el valenciano con su y nuestra “Maredeueta” definitivo, y consagra el diminutivo más hermoso de todas las lenguas romances. La más bonita manera de referirse, muy familiarmente, a la madre de Dios. Maredeueta es una maravilla teológica en miniatura. Un don exquisito de Dios, hecho lengua, palabra, voz. Un piropo a la Virgen que la engrandece en lugar de achicarla. Que la hace propia y próxima hasta la intimidad más entrañable.

También alcanza mayores dosis de tolerancia y asimilación, en valenciano, el taco. Oyes “fotre” o “collons” y resulta mucho menos molesto y grosero que sus correspondientes versiones castellanas. Es más; aquellos casi se aceptan y estas resultan ordinarias y soeces. Son cosas que van, que deben ir, con el carisma de las lenguas. Yo no encuentro la razón, sin perjuicio de que muy lejos de mí la menor pretensión filológica. Yo estudié Derecho.

El castellano, idioma grande y macho, no se adecúa bien a lo pequeño. Es más de risco que de jardín. Mejor de río que de afluente o manantial. Solemne y aparatoso. Sin perjuicio de bellísimo, sonoro, preciso y exacto. Todo, en castellano, suena como es. Nada cambia por lugar o asociación. Precisión vocal y consonante absolutas. Yo diría que entre todo lo resultante de aquella venida de gentes y decires indoeuropeos, desde el centro de Asia, la única lengua tan perfectamente limpia y no dependiente, léxicamente, de circunstancia ninguna. No soy filólogo, repito. A lo mejor caigo en algún yerro. Pero tengo sensibilidad y amor por y para las palabras. Son, ahora, mi material de trabajo. Y el valenciano, que me gusta menos, repito, y que me perdonen los del localismo forofo, los de las señas de identidad, los del patriotismo de campanario, los de las normalizaciones lingüisticas !!!, tiene esas delicadezas para lo empequeñecido de una dulzura y fineza fascinantes y en algún caso, como el de la Madre de Dios, sublime.

Alicante, para mí, muy superior a Alacant. Además de sonar mejor, más universal y de todos, más abierto y receptivo, con mejor tirón turístico y acogedor. En Alicante hay mas brisa, más frescura y más jazmín. Así como he proclamado las delicadezas y finuras del diminutivo valenciano, nadie me quita del oído una resonancia a rama seca o sierra árida, en la voz Alacant, probablemente más mora, pero mucho menos cristiana. Alicante es una palabra oasis. Tiene calor, frescura, agua y palmeras. Acoge vocalmente. Acaricia el logos. Es un acierto verbal. A,i,a,e . A,a,a, parece un balbuceo sorprendido y tartaja. Hablar es vocalizar. Y vocalizamos con las vocales. Hay hasta una cuestión de equilibrio distributivo. En Alicante, para cada vocal una consonante. Lo más rico de un idioma. Lo propio del español. Hay idiomas europeos en que dos vocales se mezclan con diez consonantes en una misma palabra. Algo impronunciable. Como un estornudo o un latigazo. ¿Hay derecho a escribir Shakespeare y leer Sespir? Cuatro o cinco sílabas escrito y dos pronunciado. Eso no es una lengua. Más bien una manera de burlarse del sentido común y sacarle la lengua a un idioma. Alicante cuatro vocales y cuatro consonantes. ¿Cabe mayor respeto al fondo y la forma? En Alacant, tres vocales repetidas y cuatro consonantes. Mucho menos orden.

Sea como sea, solo por el “Maredeueta”, mil honores al valenciano, segunda lengua oficial de mi región. O aunque fuera primera; me da lo mismo. El castellano, esa lengua hecha para hablar con Dios, que se ha dicho, es un tesoro inhomologable. El romance más razonable, eufónico, exacto y claro. Luz hecha palabra. Bendita gracia que nos donó el Cielo. Sobre todo, en esta ciudad de la luz, en este espacio de claridades que fue Akra-Leuke, Illice, Alone, Lucentum y Ali-cant, antes de sus dos formas actuales. Y que, ¿por qué no?, partiendo de su Lucentum romano tan hermoso, debió llamarse, probablemente, Lucencia, lo más concerniente a esa luz que debía darnos nombre, junto a ese azul, su hijo, que no nos caracteriza menos. Que leído del revés dice luz-a, como luz de Alicante. ¡Cuantas cosas interesantes puede uno encontrarse considerando las palabras! Lucencia como Valencia, Plasencia, Palencia, Venecia, Florencia, Plencia, Murcia…Lucencia, la ciudad de la luz… Yo creo que no estaría nada mal…

Art. de opinión de Jesús Navarro Alberola

PIEL DE TERCIOPELO

Amanece en el Camino de Santiago. Pero antes de que el sol aparezca, la luna ilumina el camino, y es entonces cuando el cielo y la tierra se ven más unidos que nunca. En la oscuridad, cualquier piedra parece una estrella y cualquier estrella parece una piedra. Tú no eres más que un pequeño punto en medio del infinito y del mundo que pisas, un mundo que a veces nos parece tan grande y tan importante, pero que en el fondo no es más que un pequeño grano de arena en una gran playa. Y a medida que la luz alumbra el camino, en tu mente se repiten las frases que te quieres tatuar de por vida:

«Escuchar más a la gente», «hablar menos», «ser más humilde», «ayudar al que lo está pasando mal», «ser menos egoísta»… Todo va entrando poco a poco, paso a paso, con la esperanza de que no salga nunca y a la vuelta del camino seas mejor persona.

Cantaba Antonio Vega: «Hoy soy de aquí, de donde piso.» En el tiempo que dura tu propio Camino de Santiago, todo cambia. He hecho este mismo camino durante muchos años, he pisado estas mismas piedras, he mirado estos mismos árboles, he descansado en estos mismos lugares, y todo me es diferente cada vez: las piedras, los árboles, los lugares… yo mismo.

El camino, como el amor, se hace paso a paso. Y al igual que en el amor, el camino también tiene sus días duros, sus días de viento y lluvia, de aire frío, de cansancio en las piernas y miradas caídas, de hombros gastados por el peso en la espalda; pero lo importante es la suma de los buenos momentos y, ante todo, el final del trayecto.

Sin embargo, el amor, el verdadero amor, el que eriza la piel y aún sonroja a pesar de los años, no termina: acaricia con fuerza el puño de los amantes, está presente en las miradas y en las sonrisas cómplices y en esas respiraciones acompasadas y simétricas que parecen un solo corazón latiendo al unísono por siempre.

El Camino de Santiago, al igual que esa amada que es nuestra compañera de viaje, es a veces duro como papel de lija, pero acaba siendo siempre, como nos sigue susurrando al oído Antonio Vega, «piel de terciopelo que cubre a mis pies el mundo entero».
Álvaro Cunqueiro, autor gallego que impulsó la recuperación del Camino de Santiago original, escribió que ese camino lo «hicieron santos, reyes y reinas, y mucha gente humilde, de las Europas, artesana y campesina, con sus pecados y sus esperanzas…» Con sus pecados y sus esperanzas, y yo añadiría también con sus motivaciones. Cada cual inicia el camino por un motivo, no sólo el religioso. El conocimiento interior es lo básico y común a todos los peregrinos. Ya vayas tú solo o en un grupo numeroso, cuando llega la puesta de sol y toca descansar, rodeado de la naturaleza inmensa del camino francés, vuelves a estar contigo mismo.

Esas noches vuelve a sonar esa canción de Antonio Vega: «Aquel mi hogar de cualquier sitio, hoy soy de aquí, de donde piso, piel de terciopelo que cubre a mis pies el mundo entero…» Mañana no sé dónde estaré, pero sé a ciencia cierta que tendré un propósito, un punto al que llegar, una sonrisa que ofrecer, un beso que dar, un gracias que decir y todo el amor de la gente que me quiere y me acompaña en este que es mi viaje por la vida.