Artículo de opinión de Lluís Deltell
El pasado 18 de marzo, Su Majestad la Reina Doña Letizia recibió en el Palacio de la Zarzuela a una representación de la Fundación Mujeres, que gestiona el Fondo de Becas Fiscal Soledad Cazorla, cuyo objetivo es apoyar la protección de los hijos que quedan huérfanos a consecuencia de crímenes de violencia de género. Soledad Cazorla, nacida en Larache y muy vinculada con Novelda, ingresó en la carrera Fiscal en 1981, llegando a formar parte del Tribunal Supremo, asumiendo entre otras responsabilidades, la acusación en casos bien conocidos por la nación.
Pero quizá, la faceta que más hemos reconocido algunos de Soledad, es la de haber sido nombrada en 2005 la primera Fiscal de Sala especializada contra la Violencia Sobre la Mujer de la Fiscalía General del Estado, configurada a través de la Ley Orgánica de medidas integrales contra la violencia de género. Su carrera como Fiscal, queda ligada desde entonces al papel de la igualdad en el proceso judicial; velando por un adecuado tratamiento de las mujeres víctimas de violencia de género, haciendo hincapié en la necesidad de proteger a los niños y niñas que tenían que convivir en un espacio marcado por dicha violencia y en ocasiones, quedar desamparados si su madre era asesinada. Porque un maltratador, nunca es un buen padre.
El fondo de becas Fiscal Soledad Cazorla se crea en el año 2016, gracias a la donación de su entorno familiar, y sigue recabando donaciones y aportaciones para dar cobertura a la mayor cantidad de niños y niñas posibles. Desde entonces, ha asistido a cerca de 120 huérfanos, por un importe que ronda el medio millón de euros para que puedan continuar con sus estudios acompañados de un refuerzo educativo y psicológico. También presta asistencia jurídica gratuita en la materia a las familias que lo necesitan.
En el año 2017 tuve la oportunidad de acudir a la presentación del primer informe de seguimiento del fondo de becas en un acto celebrado en el Congreso de los Diputados. Allí, se destacó el drama y la desprotección que supone para los menores un hecho de esta magnitud, así como las trabas a las que se enfrentaban las familias para adoptarles, cobrar una pensión de orfandad digna o en definitiva proteger a esos huérfanos.
España es un país que lucha firme contra la violencia machista, pero todos los poderes del Estado deben asumir su papel crucial ante esta realidad. Fiscal, desde tu Novelda, gracias por tanto.