El consejo de los profesionales: Rosa Mary Rizo Martínez. Psicóloga

ANSIEDAD: «¿me va a dar un infarto?»

La ansiedad es una reacción del organismo humano ante una situación de peligro.

Cuando creemos estar en peligro nuestro organismo reacciona intentando ponernos a salvo. Para ello activa una serie de mecanismos fisiológicos que nos preparan para la lucha o para la huída. En definitiva, la ansiedad es un mecanismo que nos pone a salvo en una situación de peligro.

Sin embargo, pese al valor adaptativo de la ansiedad, ¿por qué las personas que la sufren no la perciben como algo positivo, sino más bien como algo angustioso y desestabilizador? La respuesta debemos buscarla en los estímulos que desencadenan la ansiedad en esas personas.

Por ejemplo, imaginemos una persona que pasea de noche por la ciudad y de repente le aborda un individuo que se muestra amenazante con un arma en la mano. Esta persona experimentará un sentimiento de temor, empezará a notar que su corazón late más deprisa de lo normal, sentirá que se acelera su respiración y, probablemente, tendrá pensamientos catastrofistas del tipo “me va a pasar algo terrible”. A esta persona no le parecerá raro sentir y pensar todo esto porque la situación de peligro es real.

Sin embargo pensemos en otro ejemplo. En este caso hablamos de una persona que trabaja en una empresa que atraviesa ciertas dificultades económicas y que ve peligrar su puesto de trabajo, lo cual le preocupa mucho. De repente un día y sin razón aparente, mientras lee la sección de economía del periódico empieza a notar que su respiración se acelera, siente taquicardia, le falta la respiración y empieza a tener pensamientos del tipo “me va a pasar algo terrible”. Esta persona no entenderá lo que le sucede y probablemente pensará que va a sufrir un infarto o algo parecido. Pero lo que realmente está sucediendo es que se ha visto en peligro por la posibilidad de perder su trabajo ante la difícil situación económica actual, y su sistema de ansiedad se ha activado para prepararle para la lucha o para la huída, aunque la situación realmente no requiere luchar ni huir. Por esto esa activación está fuera de lugar y la persona no la ve justificada.

En ambas historias la reacción fisiológica de la ansiedad es la misma, solo que la primera persona la entiende como normal y la segunda persona no, por lo que termina interpretando toda esa activación como preludio de algo más serio. Pero nada más lejos de la realidad, puesto que la ansiedad no es peligrosa en sí misma.

El único problema al que se enfrenta es que la elevada preocupación por mantener su puesto de trabajo ha provocado que su sistema de ansiedad se vuelva hiper vigilante y excesivamente sensible, por lo que se activa ante cualquier temor, sea real o potencial. Con un adecuado tratamiento psicológico volverá a reconducir esta distorsión y su vida volverá a ser como antes.

Consulta en C/ Maestro Segura, nº 1 Novelda. Tf. 965606044 / 607683714

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