Art. de opinión del padre Javier Muñoz-Pellín

PREPARACIÓN DE LA SEMANA SANTA

El próximo día, 29 de marzo celebramos el Domingo de Ramos. Es un tiempo especial para pedir perdón a Dios y recibir su perdón. Siendo Novelda un pueblo católico, escribo estas líneas, en NOVELDA DIGITAL,  para ayudar a sus habitantes a plantearse seriamente “volver” al Señor.

Para quien ha ofendido a Dios con culpa mortal, no hay otro remedio que oponer a su condenación,  que confesar el pecado. ¿Y si me duelo de él de corazón?  ¿Si hago de él penitencia por toda mi vida? ¿Si voy a un áspero desierto a alimentarme de yerbas y a dormir sobre la dura tierra? Podrás hacer cuanto quieras; si no confiesas el pecado de que te acuerdas, no puedes ser perdonado.

¡Maldito rubor! ¡Cuántas almas por este rubor se van al infierno! Esto era lo que inculcaba Santa Teresa a los predicadores: Predicad, (decía) predicad, Sacerdotes míos, contra la mala confesión, pues por las malas confesiones se pierden la mayor parte de los cristianos.

Cierto discípulo de Sócrates había entrado un día en casa de una prostituta, y estando para salir de ella advirtió que pasaba su maestro, y se volvió a meter dentro para no ser visto. Pero Sócrates, que ya le había atisbado, acercándose a la puerta le dijo: Vergüenza es el entrar en esta casa, pero el salir no debe causar vergüenza. Esto mismo digo yo a los que han cometido ya el pecado, y se avergüenzan después de confesarlo. Hijo mío: la vergüenza está en cometer el pecado, pero no es vergonzoso el librarse de él por medio de la confesión

¿Vergüenza decís? ¿Vergüenza? ¿Tuvo vergüenza nuestra querida Patrona, Santa María Magdalena en confesar sus pecados? Su confesión le hizo  alcanzar el paraíso, en donde ahora están gozando de Dios en aquel reino inmortal, y lo gozará por toda una eternidad, ayudando a los hijos de Novelda a llevar una vida cara a Dios.

 San Agustín, cuando se convirtió a Dios, no solo confesó su mala vida, sino que compuso un libro en el cual escribió sus pecados para que los supiese todo el mundo (Las confesiones).

Hijo mío, ¿no has cometido ya el pecado? ¿Por qué no quieres confesarle? Me da vergüenza, dices. ¡Ay de tí, dice S. Agustín, piensas solo con la vergüenza y no piensas en que si no te confiesas estás condenado! ¿Te causa rubor? Y ¿cómo? replica el mismo Santo, no te has avergonzado de darte está herida en el alma, ¿y ahora te avergüenza de ponerle el vendaje que puede curarla?

Ahora pues, es más que cierto, que si no confiesas aquel pecado oculto, tendrás que arder en el infierno por toda una eternidad, y después, en el día del juicio, aquel tu pecado lo habrán de saber, no solo tus parientes y paisanos, sino todos los hombres del mundo

¿Has cometido el pecado? pues si no lo confiesas, eres condenado.  Si quieres pues salvarte, lo has de confesar una vez. Y si le has de confesar una vez, ¿porque no lo confiesas ahora, en estos días santos? ¿Quieres esperar que te tome la muerte, después de la cual no podrás ya confesarte más? Y has de saber, que cuanto más difiere el confesarse y más se  multiplican los sacrilegios, tanto más crecer la vergüenza y la obstinación para confesarlos. Hay sucesos que hacen pensar: los 149 muertos del avión siniestrado en los Alpes franceses ¿estaban preparados para un encuentro con Jesús?

¡Cuántas infelices almas, habiéndose acostumbrado a callar la culpa diciendo, cuando me veré cerca de la muerte, entonces la confesaré, se han visto después en el trance mortal, y ni aun la han confesado!

Sabes además, que si no confiesas el pecado cometido, no tendrás nunca paz en toda tu vida. ¡Oh Dios y qué infierno siente dentro de sí misma un pobre penitente, que sale del confesonario sin haber dicho su pecado!

Aliento, hermanos míos; si alguno de vosotros hubiese caído en semejante desgracia, de no confesar algún pecado por vergüenza, cobre valor y resolución para confesarlo tan pronto como pueda. Basta que diga al confesor: Padre, tuve vergüenza de declarar un pecado, o bastará que diga solamente: Padre, tengo un cierto escrúpulo de mi vida pasada.

Esto basta, porque después el confesor ya procurará ayudarnos para arrancar la espina que nos ha herido, y tranquilizara nuestra conciencia. ¡Y qué alegría sentiremos después de haber arrojado aquella víbora de vuestro corazón!

¿A cuántas personas has de descubrir este tu pecado? basta que lo digas una sola vez a un solo confesor, y todo tu mal queda remediado. Y para que no te engañe el demonio has de saber que no estamos obligados a confesar sino los pecados mortales; y así, si aquel tu pecado no hubiese sido mortal, o cuando lo cometiste no le  tenías por pecado mortal, no estás obligado a confesarlo. Por ejemplo, no faltarán personas que en su infancia habrán cometido algún acto impúdico; pero si entonces no lo tenían por pecado, y ni aun dudaban que lo fuese, no están obligadas a confesarlo.

Pero si, al contrario, cuando lo cometieron, tenían ya el escrúpulo de si era pecado grave, ahora ya no hay medio, preciso es que lo confiesen, y si no, están condenadas.

Pero padre, puede ser  que este confesor descubra a otros mi pecado.

¿Pero qué dices? ¿Qué has dicho? ¡Has de saber que si el confesor por no descubrir un solo pecado venial que escuchó del penitente hubiese de ser quemado vivo, está obligado a dejarse quemar antes que descubrirle! Ni aun con el mismo penitente, puede hablar el confesor de las cosas que oyó en confesión.

Pero temo que el confesor me reprenda ásperamente al oír el pecado que he cometido.

¿Qué dijiste? ¡Qué delirio! estos son vanos fantasmas de que llena el demonio nuestra imaginación. Para esto se ponen los confesores en el confesonario, no para escuchar éxtasis y revelaciones, sino para escuchar los pecados del que viene a confesarse; y no pueden sentir mayor consuelo, que cuando viene un penitente que les descubre todas sus miserias. Si tú pudieras sin daño tuyo librar de la muerte a una persona querida y mortalmente herida, ¿qué consuelo, qué gozo no sintieras en librarla con tu cooperación? Esto mismo hace el confesor cuando está en el confesonario; viene un alma penitente a decirle los males que ha hecho; él entonces, con la absolución que le da, libra aquella alma de la herida del pecado, librándola así mismo de la muerte eterna del infierno.

Se acerca la Semana Santa, decíamos al principio. Recordarás el consejo que se hace en los Mandamientos de la Santa Madre Iglesia: confesarse, al menos una vez al año; y comulgar por Pascua florida. Pido a Dios que éste, su pueblo de Novelda, tradicionalmente católico, se prepare, con la confesión y la Comunión, a vivir una Pascua muy feliz en compañía de Santa María Magdalena, nuestra penitente Patrona, y de la Virgen, la Madre del Señor.

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21 COMENTARIOS

  1. El Padre Muñoz es una gran persona con mucha paz y sabiduria espiritual. Gracias por sus palabras y por ser un portador de luz en la tierra.

  2. Si no existiera la confesión, me habría vuelto loca. Ningún gozo es comparable a cuando el sacerdote te da la absolución y te levantas del confesionario. Para mí es como una nueva Creación: la Palabra creadora de Dios, que esta vez se sirve de la palabra del sacerdote, para «hacernos» de nuevo a su imagen y semejanza. No tengáis miedo, acercaos, no os cuestionéis nada. Id con humildad y Dios hará el resto. Vuestra vida cambiará si os acercáis a la Confesión y Comunión frecuentes. Esa es mi experiencia, yo que he pasado años alejada de los Sacramentos. La Gracia es la única fuente verdadera de la felicidad en este mundo.

  3. No solo me ha gustado. Me parece perfecto en estas fechas y, aunque frecuento el confesionario, me han entrado profundos deseos de confesar, como San Agust-in, todos los pecados desde mi juventud. Gracias, D, Javier. Pax et Bonum

  4. Muito bonito estou de acordo é melhor confessar os pecados que eles nos fazer ainda mais mal do que aquilo que nos fizeram. Acontece que ao tentar influenciar pessoas muito importantes para mim para se irem confessar vejo que há certos pecados que estão no inconsciente da pessoa e que ás vezes nem sequer admitem que o fizeram, mas eu não sou nem o sacerdote nem a graça de Nosso Senhor que está operando no sacramento.Muito importante texto para a salvação de cada um e que não seja o demónio a vencer mas sim Nosso Senhor e a Sua Misericordia.

  5. Ou então eu não devo pensar assim devo deixar completamente o sacerdote decidir o que é que é melhor para essa pessoa, mas ainda gostaria muito que essa pessoa viesse comigo a se confessar, e a pessoa pode-me dizer preocupa-te com os teus pecados e não tens nada a ver comigo.

  6. Creio que os meus comentários não são para serem publicados. Perdão. Sophie

  7. Basta dizer, Pai tenho alguns escrúpulos da minha vida passada. Pois bem não se trata de fazer psicanálise então, basta ter um bocado de coragem. Obrigada Padre é uma grande lição para mim e para os meus próximos.

  8. Tomara que o Senhor Padre viesse á casa de cada um de nós para dar esta lição a cada pessoa. Muito obrigada.

  9. Buena idea, D Javier, hablar del sacramento de la penitencia. Es el sacramento de la alegria y de la Misericordia…..
    Tenemos un gran tesoro, y debemos aprovecharlo.
    Es como cuando estas enfermo, y vas al medico, cuentas los sintomas y te dan una solucion.
    Esto es mejor, porque la curacion es total e inmediata.

  10. Excelente articulo para meditar en esta Santa Cuaresma, este tipo de lecturas son las que nos hacen falta pues ayudan mucho.

  11. Muchas gracias Padre Javier por su sabia reflexión. Pienso que si cada noche hacemos nuestro examen de conciencia será más fácil hacer una buena confesión. Que el Espíritu Divino nos ilumine y la Madre Santísima nos asista. Dios lo bendiga y lo guarde. Un abrazo cordial! Feliz y santo Triduo Pascual!

  12. Quisiera saber de donde es el padre Javier y dondr se encuentra actualmente trabajando sus comentariod me da la pauta que es una buena persona quisiera contactarme con el para tener informaciones gracias me gusta mucho el tema espiritual sobre todo mi igledia catolica apostolica y romana seguidor del papa Francisco gracias nurvamente

  13. A Carlos Joaquín Aguado. La mayor parte del año estoy en Roma impartiendo lecciones de Metafísica, bien en la Pontificia Università della Santa Croce, bien a los Monseñores de la Curia Vaticana. Cuando tengo un hueco, vengo aquí a Novelda (Alicante, Spain) y podríamos conocernos. Mi tf. es 965 60 03 82

  14. Muy lindo y enriquecedor el artículo. Gracias Padre Javier. ¡Dios nos ayude a quitarnos el rubor en la confesión!

  15. Es tan real, tan cierto Padre; la Confesión es el Nuevo Edén donde el penitente-pecador (desde la Misericordia) se vuelve a encontrar con su Creador que le demuestra su Amor perdonando las ofensas. Hagamos como la Magdalena: derramemos nuestra humanidad a los pies del Señor y sigamos sus pasos en esta Pascua.-

  16. «Siendo Novelda un pueblo católico..» Ahí ya he dejado de leer. En fin, la religión católica como siempre abogando por la resignación y la penitencia ante los problemas. ¿Dónde está la rebeldía?

  17. No me puedo creer que aun hoy en día, siglo XXI hayan curas dándonos lecciones de vida y más aun, que haya gente que se las crea.

  18. Bendita confesión que nos perdona nuestros pecados, gracias por dejarnos tan claro este sacramentos que yo creo que lo tenemos que hacer muy frecuentemente.pues Nuestro Señor nos perdona y es un gran regalo

  19. Para vale? Me pides un curso entero de Apologéica. Tienes el Catecismo de la Iglesia Católica y puedes mirar en el índice de voces. Pecado es toda ofensa voluntaria al amor de Dios o al del prójimo, especialmente de los más pobres. Se divide en mortal o venial según su gravedad.

  20. A mis años aún no sé qué pecado, es «pecado» ¿Me lo podría explicar señor Pellín?

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