Art. de opinión de Francisco Penalva Aracil

BROTES VERDES

Después de una larga enfermedad llamada crisis, el enfermo España parece tener una leve mejoría, aunque en todas las enfermedades los mas fuertes en este caso económicamente, se recuperan antes.

Pero la gran mayoría de ciudadanos afectados por esa “enfermedad” quieren que el reparto de los beneficios del estado por esta mejora sea equitativo: Equidad, palabra que significa algo tan positivo para la buena convivencia ciudadana, como: La justicia e imparcialidad legalidad, igualdad. Buenas palabras pero que se llevan poco a la práctica. Al perro flaco es un decir de la clase trabajadora, todo son pulgas. Y una de las que más pican es Hacienda, que controla totalmente al asalariado a la hora de pagar sus impuestos, creo que sabe hasta el número de zapato que gasta cada uno. Bromas aparte solo un dato; El 51% dela recaudación del estado, procede de las rentas del trabajo. Las leyes que está aplicando o intenta aplicar con su mayoría y sin consenso este gobierno de derecha cavernícola que sufrimos. Leyes como la de educación, o la reforma laboral que ha dado toda clase de facilidades a despidos masivos, bajadas de salarios y otros abusos, que han causado un empobrecimiento general. Que nos ha llevado paradójicamente, según dicen algunos a que se vean brotes verdes. Una frase absurda y sin sentido del anterior gobierno, y que el actual también la ha utilizado como si esto fuera a llevarnos a un renacer “poético” en una situación nada adecuada para la poesía, algo sensible limpio. Sino a todo lo contrario, insensibilidad social, corrupción desmedida que se intenta tapar con esta supuesta mejoría, y mierda por todas partes.    

Pero que no nos engañen, ¿Quiénes son en realidad los que los ven? Sobre todo aquellos que tienen grandes beneficios con crisis o sin ella. Ya saben principalmente bancos, o grupos financieros, no todos hay que decirlo, pero gran parte de esta pandilla de malandrines son como sanguijuelas, ese gusano horrible que chupa sangre. Que es sino engañar a miles de personas con las preferentes, que no es otra cosa que una sustracción legal. O lo que hacen, esas llamadas empresas de capital riesgo, en realidad con muy poco riesgo, que emplean esa palabra para disimular y tienen enormes beneficios invirtiendo con dinero de sus clientes “todos pobres”, en sitios por lo visto muy seguros, de los que muy pocos saben dónde están, y nadie les exige que lo digan. A saber cuánto pagaran, a la hacienda española, muy poco.   

No obstante en esta sociedad neoliberal en la que la intervención del estado en los grandes imperios económicos es mínima y además permite hacer diabluras financieras por decirlo de forma fina. Pero hay una pega, y es que para conseguir esos inmensos beneficios, en las empresas en las que invierten hacen despidos muchas veces sin motivo. Mueven el dinero sin que casi nadie sepa por donde pasa. Y utilizan el traslado o el cierre de empresas con ganancias que funcionan bien en una zona determinada, a otro lugar, creando paro sin sentido y pensando solo, en un beneficio inmediato. Tal cumulo de circunstancias nos lleva según acaba de decir con razón uno de los filósofos mejor valorados y escuchados de Alemania, a volver a ser esclavos, entendido como gente sumisa, complaciente, y sometida voluntariamente. Añadiendo que el esclavo de ahora es el que ha optado por el sometimiento.

Hay muchos ciudadanos afortunadamente aun no todos, entre ellos quizás, esa mayoría silenciosa que tanto alaba el Partido Popular, que prefieren aquello de virgencita que me quede como estoy. No nos engañemos hay mucho miedo.

Hemos llegado a esta situación sin duda por la catastrófica gestión política desde sus respectivos gobiernos, de los dos partidos mayoritarios. Con un inmovilismo y falta de voluntad para llegar a acuerdos, hacer reformas positivas, sensatas, en beneficio de la inmensa mayoría de españoles.

La realidad que no nos engañen, es, que guiándose solo por sus intereses están haciendo aquello que dijo Giuseppe Tomasi Di Lampedusa, autor de la novela EL GATOPARDO. “Es necesario que todo cambie para que todo siga igual”. Simples lavados de cara, palabras muchas palabras, dichas con eufemismos para ocultar, embaucar y mentir. En muchas ocasiones en beneficio de los suyos, a los que defienden a capa y espada, estén imputados, o juzgados y condenados en firme.

De ay, la desafección creciente hacia la política y la gran abstención que se avecina, como acaba de ocurrir en Francia. El PSOE y PP, son las dos caras de una misma moneda nunca mejor dicho, pues todo lo ven desde un prisma economicista, y así nos va. 

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1 COMENTARIO

  1. De acuerdo contigo, Penalva en que ambos partidos políticos grandes hacen lo mismo y se echan en cara la frase : «Y tú, más» una y otra vez. Y si acaso es cierto que vamos reduciendo el desempleo, ¿a costa de qué? De «chinitizarnos»; o sea, sueldos más y más bajos. Así es como nos hacen más competitivos.

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