Deportistas veteranos noveldenses, por Vicente Díez

69) JOSÉ MEMBRIVES NAVARRO (futbolista y jugador de fontón y fontenis)

Una modalidad deportiva tradicional en Novelda es el frontón y por evolución, vino el frontenis. Hoy conoceremos a un deportista ya veterano que practicó ambos juegos, a la manera artesanal.

Nuestro protagonista nació en esta ciudad en plena Guerra Civil, en el año 1938 y fue el menor del hogar, formado por sus padres José y Cristina, y dos hijas, mayores que él. Su hogar estaba ubicado en la céntrica calle de San Isidro y entre sus vecinos estaba la ya desaparecida ciclista Carmina Alonso (ver biografía nº 1), a la que recuerda. Como los niños de la época en la posguerra, el único juego posible con las posibilidades de entonces era el futbol, correteando todos tras el balón en La Glorieta.

Su primer colegio, en párvulos, fue el de Las Carmelitas. Pronto pasó al Padre Dehón, con una disciplina interna que actualmente sería inaceptable. En una ocasión, acudió llorando a  casa y su madre averiguó que le habían castigado pues, tras dar una fuerte patada al balón en el patio, en ese momento transitaba por allí uno de los profesores, al que le rasgó la sotana, debido al balonazo. En aquel patio estuvo ubicado el campo de futbol del Novelda CF y se entraba por el lateral del teatro anexo. Poco duró su estancia en aquel colegio; por lo que acudía a clases nocturnas particulares. También jugaba con sus amigos en el enorme patio que había entonces en gran parte del solar del actual colegio Oratorio Festivo. Desde ahí y “para abajo, todo era huerta”; no existían ni la avda. de la Constitución; ni Virgen del Remedio, etc.

Le vieron que tenía “madera” futbolística y así, llegó a jugar en el Novelda CF juvenil,compaginándolo con su trabajo, que comenzó a los 10 años. Visitó una finca de viñedos y le preguntaron si sería capaz de llevar sobre su cabeza un plato redondo y grande, con muchos racimos de uva. Y allí trabajó hasta finales de año, a razón de diez pesetas diarias. Al haber fallecido su padre, hubo de integrarse en el negocio del abuelo. Su tarea consistía en levantarse de madrugada; alimentaba y limpiaba a dos caballos, con los que hacían el servicio ordinario de transporte entre Novelda y Monovar; llevaban en tartanas tanto a algún pasajero, como bultos y equipajes.

De sus primeros lances en el Novelda CF juvenil recuerda entre sus compañeros y amigos de siempre a José Mª Tortosa, Jesús López, José Gómez y Pepito “Mangarrín”, entre otros. En aquella época, no se permitían los cambios de jugadores; por tanto, los once del equipo que empezaban, eran los únicos que jugaban aquel día. Les dirigía y entrenaba un antiguo futbolista profesional y posterior maestro de escuela, don Joaquín Pellín, quien también tuvo su biografía semanal en estas líneas. Visitaron como rivales a ciudades del entorno: Castalla, San Vicente, Aspe, Monforte y La Algueña; así como Albacete, Cartagena, Lorca o Águilas, que recuerde.

El traslado lo hacían en un autobús de la época (“la Camioneta”), conducido por el taxista José María “Ponsil”. Nuestro protagonista de hoy, José, me dice que ese mismo autobús, o una copia de aquél, se vio en la serie televisiva de “Alquería blanca”, en valenciano.

Poco después hubo de dejar el futbol, pues al enfermar su abuelo, se hizo cargo del negocio de las tartanas. Pero también tenía algo de tiempo libre y lo empleó en jugar al frontón a mano, ya sin ambiente competitivo, en el campo de La Magdalena. Recuerda entrañablemente a su pareja de innumerables partidas, Roberto Martínez, pues eran y se apreciaban casi como hermanos. Posteriormente, coincidieron en la Coral y en la Comparsa de Negres Betanics y los fundadores fueron un grupo de 17 amigos.

Jugó al frontón con Gaspar Payá, Paquito “el Trapero”, Paco Abad “el Bartolo” y otros. Tenían asumida la técnica para soportar los continuos golpes con la mano, que parecía ser de piedra, hasta el punto, me cuenta José, que a veces, al acabar la partida, para recuperar el riego sanguíneo y el tacto en la mano, hacían subirse encima, pisando, a otro compañero y en principio, no notaban el dolor.

Un año, por las Fiestas de Julio, se había organizado un Torneo de Frontón, pero alguien decidió instalar allí las verbenas y orquestas. Los duros jugadores se quedaron sin pared para actuar y les trasladaron con su Torneo al campo de los Padres Reparadores.

Para no repetir aquella amarga experiencia, comenzaron a buscar solares y terrenos donde instalarse. Así, se localizó al propietario de un extenso terreno rústico cercano a la carretera de Monovar, donde hoy se ubica el “Poli” Cucuch. Las primeras actividades que se llevaron a efecto (año 1972), una vez construido el Centro, fueron el tenis, el frontón y las piscinas. Y así, poco a poco, fueron ampliándose los deportes en esta entrañable entidad noveldense .

En “el Poli” Cucuch se celebraron encuentros locales de frontón, con participantes de otras ciudades vecinas, como Elda, a las que se devolvía la visita en un encuentro posterior. Años después, otros jugadores más jóvenes de frontón, llegaron a ampliar su traslado hasta Villena. Se hacían campeonatos locales, especialmente por las fiestas de La Magdalena.

Desde Elda comenzaron a mostrar aquí otra modalidad, el frontenis, en la que se usaba una raqueta y lógicamente, al poder rebotar la pelota muchos más metros y lanzarla contra la pared desde más lejos, fue reduciéndole el número de practicantes al frontón. Las pelotas eran de tenis y tras muchos golpes contra la pared, algunas se partían por la mitad. En una partida a 35 tantos, rompieron nueve pelotas,  como cáscaras de huevo.

Al acabar las partidas, se juntaban en la Casa Vieja para almorzar;Allí cocinaban gachamigas, y cuyo “chef de cuisine” era Luisito “el Garrot”, quien en una ocasión, con una gachamiga enorme, ya acabada y sobre la mesa, les dijo que iba a salir a por su hijo y a traer olivas; que le esperasen. Cuando volvió, no quedaba nada, ni una mínima parte para el cocinero.

A nivel de frontenis local, destacó entre todos Antonio Miralles, hijo, un joven superdotado para este deporte; era de otra galaxia, pues su rebote iba “hasta Aspe” y hacía inútiles los esfuerzos y carreras de sus oponentes; les sacaba de la pista. Desgraciadamente, falleció en un accidente de tráfico, a la altura del Portichol. Otro de sus compañeros de partidas fue Elías, el de la tienda de deportes, quien a veces le llamó de manera súbita para jugar una partida contra unos clientes o amigos, que se habían presentado en su tienda y pedían disputar una partida improvisada, sin avisar. Ya teníamos al bueno de José aceptando y saliendo a escape hacia el “Poli”, con los bártulos en su coche.

José Membrives, en su quehacer deportivo, también estuvo en la Directiva del “Poli”, en la época del presidente Paco Jover, un hombre que se preocupó mucho por levantar esta entidad.

Y como consecuencia del transcurso de los años y alguna que otra operación, obligaron a José a aflojar el ritmo, hasta dejarlo totalmente. Actualmente, disfruta repasando y enseñando las fotografías en blanco y negro que conserva de su juventud. Aún hoy, alguno de sus contemporáneos siguen en la brecha, dándole a la raqueta contra la pared.           

Por otra parte, su hijo, también de nombre José Membrives, “Membri” para el mundillo del balompié, jugó al futbol en equipos regionales de la zona, como son el Novelda, el Aspense, el Monovar y el Eldense, al que subieron a 2ª B.

Pero esta ya sería otra historia; quizá algún día localice al hijo y nos la detalle.

P.D.- La próxima biografía será la de Vicente González Tercero (jugador de frontenis y de padel). Si conoces la vida de algún/a deportista local, incluso de persona fallecida; o los datos históricos de algún Club, telefonéame al 633 252 500. (Vicente). Gracias.       

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