Deportistas veteranos noveldenses, por Vicente Díez

36) Manuel López Pérez, “el Pecas” (ciclista)

Han transcurrido 50 años desde la única victoria de un ciclista de Novelda en la más importante de las pruebas organizadas en nuestra ciudad, el Trofeo Santa María Magdalena, la clásica y tradicional “carrera de la Santa”. Aquello sucedió en 1.962 y se ha llegado a las 62 ediciones consecutivas. Varios ciclistas locales han hecho muy buenos puestos, incluso podio, pero vencer… sólo “el Pecas”. A esta prueba vinieron, a lo largo de los años, infinidad de corredores foráneos y algunos consiguieron posteriormente ser profesionales (casos de Vicente Belda, Joaquín Barceló, José “el Gato”, José Quesada…) Incluso nuestro inolvidable Luis Navarro llegó a participar en esta prueba. Además, en la lista de vencedores hay algún extranjero. Y es que la carrera “de la Santa” era puntuable para la Challege de la Comunidad Valenciana y un buen puesto aquí, suponía mucho para los aspirantes al profesionalismo.

Nuestro protagonista de hoy nació en la pedanía de L´Algayat (La Romana) en el año 1.942 y sus padres, Manuel y Adoración consiguieron el chico, tras haber tenido antes a sus tres hermanas. Manolo no tuvo antecedentes deportivos en su familia. Su padre trabajó de leñador y de cantero y su madre, bastante tenía con atender a las cuatro criaturas y sus labores domésticas. De niño, pues, como cualquiera, hizo sus travesuras y juegos, donde sólo existía una pelota medio desinflada a la que todos cuidaban, pues era lo único a lo que jugaban en un descampado, además de ir a la montaña, para cazar nidos con otros niños. Las expectativas laborales trasladaron a su familia a Novelda y su padre continuó con la labor de cantero.

Arribó a nuestra ciudad con 8 años (1.950) y tuvo como maestro a don Enrique, en el colegio Cervantes, pero no era muy partidario del lápiz y las lecciones, por lo que si podía, se escabullía, continuando con lo de cazar nidos u organizando partidos de fútbol en la calle, tras las horas de clase. A los 14 años, se colocó en la Improver, haciendo de todo, como un adulto: regar, aguar, deshojar tomateras, etc.

Se despertó en él la atracción por el deporte con 17 años, al decantarse por el ciclismo, tras oir el triunfo de “el Águila de Toledo” en el Tour de Francia y venció en la primera carrera en que participó, algo inaudito. Fue la Carrera del Pavo y también participaron los hermanos Candela, “el Frailo”, Gabrielet de la imprenta Vidal, así como el resto de la parroquia ciclista local de la época. Esto le animó y en el nuevo año, 1.960, consiguió la licencia de Aficionado de 1ª, aunque actuando solo y sin equipo. Participó este año y el siguiente en multitud de carreras, aumentando experiencia, pues le faltaba sprint y en los metros finales, le escamoteaban el premio a su esfuerzo. Pero esa punta de velocidad fue mejorando rápidamente y le dio bastantes alegrías futuras.

Por fin, llegó su mejor año (1.962), en el que logró vencer en 19 pruebas e hizo podio en casi todas las demás carreras en que participó esa temporada. Llegó el mejor día, en el que cualquier noveldense no duerme la noche anterior, preparando mentalmente su estrategia. Entonces, el circuito clásico era triangular: subida hacia La Estación; bajada por la Nacional hasta La Monfortina y llano hasta el cruce de los semáforos (13 vueltas, aproximadamente 120 kms.) y meta, en “la parada de los taxis”, como aún siguen denominando hoy a la Pza. del País Valenciá. Los más veteranos recordarán que había quien se llevaba la silla plegable para verlos pasar y remojarles en la recta de la Monfortina. A nuestra carrera venía lo mejor del campo amateur español, con el equipo Ferrys, así como algunos integrados en los equipos punteros: Faema, Licor 43, Kas… y multitud de ciclistas a nivel personal, sin equipo y que “corrían a partir”; o sea, procuraban colaborar entre ellos, para repartirse los posibles premios. Entre sus rivales de este año 1.962 destacaban José Quesada (Faema), de Elche; el catalán Jorge Mariné y Estéban Márquez, de Tomelloso, que fueron después profesionales. Bien, pues estos tres, nuestro “Pecas” y un ciclista del montón, alias “el Bicho”, de Callosa de Ensarriá formaban el reducido grupo delantero tras la última subida a la Estación. Se vigilaban entre ellos, pues había anunciado la campana que era la última vuelta. Y tras girar en La Monfortina, hubo algún que otro amago de escapada, pero sin nada serio ni definitivo. A la altura del campo de fútbol, Manolo “el Pecas” lo intentó y el resto se quedaron mirándose entre ellos para ver quién hacía el gasto de cazar al escapado, que había conseguido unos 100 m. de ventaja. Por fin, el cuarteto, dirigido por Quesada, le iba recortando ventaja en la recta de la calle del Sargento Navarro. Por su parte, “el Bicho” no podía seguir el ritmo frenético y se iba descolgando lentamente, asumiendo que sería el quinto en la meta.

Pero… sucedió lo inesperado y que son cosas de cualquier competición, con lo que hay que contar, para bien o para mal. Entonces no había vallas para mantener al público y alguien se asomó en exceso, sacando todo el cuerpo fuera de la acera. En ese preciso instante, estaba allí Quesada, que fue derribado y sus dos seguidores tuvieron que frenar precipitadamente y casi cayeron, por no poder soltarse los calapiés. Por tanto, perdieron unos segundos fundamentales en su intento de alcanzar al fugado. Esto le sirvió al “Bicho”, pues se encontró con que pudo perfectamente esquivar a sus rivales y la suerte le regaló el 2º puesto en meta. La llegada fue apoteósica; era la 12ª edición, pues esta prueba se celebra desde el año 1.951. Un precioso trofeo, que aún conserva en lugar privilegiado de su vitrina y 15.000 ptas. en metálico. Aquel día, “el Pecas” fue el héroe de Novelda. Hubo comentarios sobre si venció, aprovechándose de la caída. Pero, recapaciten los que piensen así: si lo logró, es porque “estaba allí, donde hay que estar; o sea, en cabeza”. No hubiese ganado si estuviese aún en La Estación. O en sentido inverso, si hubiese caído él ¿le habrían esperado sus rivales?

Precisamente, acabó 3º en el año siguiente, 1963. Participó en múltiples carreras aquel año y recuerda especialmente la Vuelta a Sevilla para Aficionados. Consiguió ser segundo el primer día y en la última etapa, con meta en una larga avenida, venció al sprint en medio del pelotón. Acabó 8º en la general y de no haber tenido en el mismo equipo al líder, al que había que apoyar, cree que podría haber sido él quien acabase en lo más alto del podio. También participó en otra gran carrera ciclista de la provincia y aquel año venció Quesada, el G.P. Alicante, en la que se salía desde la playa del Postiguet, playa de San Juan, subida a la Carrasqueta, cruce de Ibi hasta Villena y bajada por Elda hacia Elche, con giro hasta Alicante y meta en la recta del Puerto Pesquero, junto al Parque de Canalejas. Venía lo mejor de España a participar y la ví con 15 ó 16 años, por lo que yo aún estaba demasiado tierno.

“El Pecas” fue probado por el equipo Ferrys, pero al tener pronto que incorporarse al servicio militar, perdió la oportunidad. El cuartel estaba en Cuatro Vientos (Madrid), en la carretera hacia Toledo y le ubicaron en la Escuela de Transmisiones. Allí engordó mucho y pasó de los 61 a los 84 kgs. Le daban algún permiso corto y aprovechó alguna vez para visitar a Bahamontes, quien aún gozaba de una inmensa popularidad en los años finales de su vida deportiva. También visitó en Madrid a otro ex ciclista profesional y fabricante de bicicletas, Morata.

Ya colgado el uniforme, volvió a las carreras, pero arrastraba el lastre del peso. Hasta entonces, se había dedicado exclusivamente a la bici y entonces se incorporó a otra faceta de la carretera, conducir camiones. Consiguió emplearse en David, Transportes Internaciones y posteriormente, trabajó para otras empresas hasta que se jubiló con el volante en la mano.

No obstante, aunque disponía de menos tiempo para entrenar, siguió como corredor Aficionado tres años, tras “la mili”. Lo dejó y lo intentó de nuevo a los 37 años, como Veterano, durante dos años (1.979 y 80) y volvió a coincidir con Manolo Candela, Luis Navarro (q.e.p.d.), el alicantino Enrique “el Colín” y otros ciclistas de edad madura.

Se había casado previamente con Catalina y tuvieron cuatro hijos (doble parejita). El tercer hijo, Fco. Manuel, también fue ciclista y un gran corredor, con posibilidades de dar el salto al profesionalismo. Estuvo integrado en un potentísimo equipo amateur, el CAAM, así como en otros equipos de cierto renombre; pero… cosas de la vida; no hay equipos profesionales ni sitio para todos los que destacan y esto le desilusionó y lo dejó. Por cierto, actualmente, tiene un nieto de 13 años, del que me enseña fotografías en las que practica el karate y es cinturón marrón. Es evidente que “el Pecas” sirvió de semilla y ejemplo deportivo para sus descendientes. A propósito, me cuenta que hace pocos años, un día se dio una vuelta con su bici y en la carretera de Agost, un camión pasó casi rozándole, con el consiguiente susto, tras casi perder el equilibrio, por el aire que desplaza el vehículo. Desde entonces, se conforma con verlo en persona o por la tele.

Bien, Manolo, te prometí hace bastantes meses que redactaría tu historia, lo cual ha sido muy agradable relatar a un ciclista. Espero que disfrutes de tu merecida jubilación. Por las mañanas, va “a la huerta” y por las tardes, suele visitar el Casino. Ojalá que pronto veas (o mejor, veamos) a un nuevo vencedor local en nuestra carrera más tradicional, la de “la Santa”. Hasta siempre.

P.D.- La próxima biografía será de la Manuel Torregrosa Valero, “el Besó” (lucha grecorromana). Si conoces de alguien para biografía deportiva, o bien de un club; incluso de persona fallecida, telefonéame al 633 252 500. (Vicente). Gracias

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6 COMENTARIOS

  1. Bueno como ciclista y como persona. Y es verdad que no hay equipos ni sitio para todo aquel que destaca; así es el ciclismo. A veces, he oído que se necesita además de clase, algún enchufe o recomendación.
    A ver si tenemos más suerte con Julio Alberto Amores, del barrio de Las Orcas.

  2. que buenos ciclisteas ha dado Novelda desde hace muchos años, el pecas, protagonista de este bonito reportaje, Luis Navarro, los Candela – Toledo, y tantos otros hasta llegar a los Julio Alberto Amores, alejandro Pina, ETC.

  3. ¡¡MUY BUEN TRABAJO VICENTE,COMO TODOS.!!
    Con ellos siempre disfrutamos erriqueciendo nuestra Cultura Deportiva.
    Gran corredor de la época,»EL PECAS», cuando el Ciclismo se vivia de forma Pura y Dura.
    Este articulo es un poco ,»especial»,para un servidor,por los muchos y gratos recuerdos que tengo en mi memoria de mis años de Niñez y Adolescencia. Recuerdo como si fuese ayer,cuando mi PADRE,que en PAZ DESCANSE,(el cual tambien practicó el CICLISMO), me llevaba para ver las carreras en el Circuito de «LA MONFORTINA»,por aquellos años repleto de aficionados disfrutando del Ciclismo y del clàsico almuerzo con melòn. Recuerdo al Doctor D. PACO PENALVA,por entonces nuestro Mèdico Deportivo.Recuerdo a mi padre dàndome Consejos,para la pràctica del Ciclismo el cual fuè mi primer deporte antes de entregarme en Cuerpo y Alma al ATLETISMO. Tambien tengo en la memoria las «batallitas» e Historias que me contaba sobre el Ciclista que mas huella dejó en él, FEDERICO MARTIN BAHAMONTES,(El Aguila de Toledo),siendo el primer Español que GANO EL TOUR DE FRANCIA,y ademas uno de los escaladores españoles que marcaron una época,como lo indica su Historial Ganando el GRAN PREMIO DE LA MONTAÑA,en los años,1.954,58,59,62,63,y64,en este último año y yá con 36 años cumplidos tambien ,lograba subir al Podium de los mejores como TERCERO del TOUR. Lo dicho anteriormente Ciclismo Puro Y Duro de aquella època.

  4. Cómo me acuerdo del circuito de La Monfortina y del agua que nos tiraban encima (yo también corrí). Me ha gustado recordar aquellos momentos. A ver si poneis más historias de ciclistas ya retirados.

  5. Como siempre, agtradezco en el alma estos comentarios, que me animan a seguir.
    En cuanto al nº 3 (Aficionado) os adelanto que tengo ya entregada la 2ª parte de Juan Carlos Escámez (quiromasajista de ciclismo profesional) en la que cuenta sus vivencias entre los profesionales del equipo Movistar, especialmente con Alejandro valverde. Igualmente, estoy recogiendo datos de «los ciclistas de Novelda en época de relax» en la que quiero incluir la historia de la Escuela de Ciclismo de Novelda, dirigida por Miguel Ángel Toledo, así como en la misma semana, algo sobre el «desaparecido» Julio Alberto Amores, para que nos cuente cómo le ha ido su primer año en el equipo navarro Caja Rural. Para más adelante, quiero localizar a Manolo «Candela», tío paterno de Miguel Ángel.
    En fin, que si el ciclismo es mi deporte preferido, por ser el que practiqué, he de intercalar entre una y otra biografía de ciclistas a otra clase de deportistas; por lo que calculo que aún tardarán unas cuantas semanas en poder verse todo lo que he detallado. Pero llegará, os lo prometo.

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