Art. de opinión de Francisco Penalva Aracil

SENSACIONES SOBRE EL MEDITERRÁNEO

Si somos mediterráneos, de este mar nuestro que nos llena parte de la vida y estamos entrelazados a lo que toca, cubre, y muchas veces invade. Al que vemos llegar rompiendo sus olas contra las piedras de la costa, formando al hacerlo, un manto de espuma, que produce burbujas blancas, luminosas.

Lo que ahora escribo me lo inspiro el estar a la orilla de sus playas donde habitaron los monstruos y también las sirenas, despertándome allí al amanecer, mojándome los pies a cada ola que llega apacible y disfrutando de ese leve rumor que relaja, al empapar el agua la arena. E imagino, que en este mismo lugar en el que me encuentro, protegidos por nereidas, llegaron navegantes egipcios con sus barcas de papiro, fenicios que navegaban de noche guiándose por la osa menor, con sus navíos calafateados con asfalto del mar muerto, cartagineses, romanos…

Si de sus profundidades surgiese una voz que hablase contaría tantas historias fabulosas. Porque nuestros antepasados convivieron con Zeus, que extendió el soplo de los vientos, levantando olas del tamaño de montañas. Con Cíclopes hijos del cielo y la tierra. Esa voz hablaría de Ulises, símbolo del navegante que venciendo todas las dificultades consigue llegar a Itaca, su patria añorada.

Cuantas aventuras y viajes inacabados estarán enterrados en sus profundidades, si de pronto se vaciara el mar –solo unas horas- que espectáculo tan increíblemente bello podríamos contemplar, en lo que seria, el mas grande museo del mundo: Veríamos en su fondo marino, embarcaciones hundidas muchas de ellas durante siglos, y en su interior todo estaría intacto, quieto; Los cofres llenos de tesoros, vestidos, vajillas, ánforas, joyas y enseres de otras épocas…, Y grandes espejos conservados en su marco, donde se habrían visto sus caras y aun estarían reflejadas en ellos; el turco Jayr al-Din el famoso Barbarroja, Drug el diablo, el capitán Morgan. Además de sanguinarios piratas, grandes marinos, bellas doncellas, navegantes sin rumbo…, y niños, que habrían sido felices al ver la libertad; porque que es el mar sino libertad, extensa grandiosa. En ese mar si agua podríamos admirar con todo detalle sus grutas marinas, siempre oscuras, en las que entraría la luz por primera vez, seria como ver otras formas de vida, se pasaría del negro al blanco, de ser un lugar tétrico de tinieblas permanentes, a otro iluminado por un sol radiante que descubriera sus secretos. Veríamos también embarcaciones encalladas sobre un enorme peñasco, sujetas a la pared como las caracolas, en el fondo de una cima… Todo ello en un paisaje rodeado de vegetación marina; Anémonas de flores y hojas deslumbrantes, corales rojos, algas gigantes…. Y tiburones, que se quedarían quietos como petrificados, pudiendo rozar con tus dedos su piel rugosa, observando sus afilados y terribles dientes, o subir a lomos de ballenas gigantes.

SI, el mediterráneo nos rodea de todo este halo de misterio y leyenda que tan cerca y dentro sentimos, por lo que nosotros también nos podemos considerar como dioses, pues tenemos la fortuna de disfrutar de un clima formado por mañanas de luz intensa, la misma que alumbro todas estas leyendas, también de noches vividas en la orilla de este mar, iluminados solo, por el tenue resplandor de la luna reflejado en sus aguas.

Quiero terminar con un breve poema del canto XII de la odisea que dice así:
Cuando el buque dejo la corriente y dejo el río océano / a través de las ondas del mar anchuroso llegamos / a la isla de Eea la aurora la hija del día / tiene allí su morada y sus danzas y el sol su levante / Abordemos allí y encallamos la nave en la arena. / Y saltamos después a la playa y rendidos de sueño / esperamos surgiera de nuevo la aurora divina.

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5 COMENTARIOS

  1. Francisco, si se vaciara el mar, no veríamos nada vivo, sólo espectros de lo que fue y las peleas internacionales por la posesión de los galeones hundidos. Que siga el mar, tal como Dios lo dispuso, rebosante de agua salada.

  2. Amigo Penalva, mi más sincera enhorabuena por este relato sencillo que evoca la grandiosidad del Mediteráneo y en el que nos despiertas literiariamente a una sensación de nostalgia por la aventura envuelta por la imaginación y la fantasía en un recorrido ancestral por la cultura y misterios que encierran sus aguas.

    El Mare Nostrum,nuestro mar azul y de espuma blanca,aquel mar de los poetas al que cantaba Serrat que desde Algeciras a Estambul pintaba de azul sus largas noche de invierno.
    El mar de las civilizaciones, puente entre pueblos y culturas hoy ya olvidadas , aquí donde los poetas escribían poemas en el agua para que nunca se pudiesen leer,el mar de las escapadas románticas a la luz de la luna en cualquiera de sus playas de doradas arenaa, el mar de los navegantes intrépidos que partían en busca de aventuras o donde el viejo marino pescador surcaba sus aguas en busca de misteriosas estrellas mientras escuchaba en la lejanía el canto dulce de las nereidas.

    El mar de los Dioses .de Poseidón para los helenos o de Melkart para los fenicios,el mar de las grandes batallas donde Marco Antonio y Cleopatra se jugaron el futuro de su amor y de su imperio perdiendo ambas cosas, unas aguas cargadas de mil historias que contar, de grandes epopeyas y leyendas mitológicas como la de Jasón y los argonautas en busca del vellocino de oro, un mar lleno de tesoros submarinos de gran belleza natural y en el que aun podemos encontrar ánforas llenas de vino y cenizas voilcánicas esparcidass ente los restos de antiguas culturas sumergidas, ahogadas por el paso del tiempo.

    Este mar ha sido y es ,fuente de inspiración para músicos, artistas plásticos y guionistas de cine, el mar de Sorolla o de Chopin ,fuente mágica de literatos múltiples,es el mar de nuestro ancestros y en el que nos sentimos más a gusto ,donde como dijo Serrat, perdimos nuestro primer amor o quizás lo encontramos contemplando una puesta de sol sobre su horizonte, en cualquier caso todos somos hijos del Mediterráneo y eso nadie lo puede cambiar. Un cordial saludo.

  3. Muy bueno D. Francisco. Viendo más allá. Viendo al Gran desconocido. Hemos llegado a la luna y aún no hemos conocido más de la mitad de la parte más grande de nuestro planeta.

  4. Muy bien, amigo Paco. Nos has hecho viajar con la imaginación de ese mar que nos relatas.

    Y, una vez más, estoy con Alicia. No hagas caso de aguafiestas.

    Un abrazo, amigo.

  5. Me ha gustado su relato Sr. Penalva. Es imaginativo y despierta la fantasía. De hecho, ha conseguido que la mía echara a volar sin dificultad.

    Describe con lujo de detalles la grandiosidad del mar y toda su historia, real o inventada.

    Ha sido una lectura estimulante, amena y creativa.
    En suma: Ha sabido aunar factores que aportan atractivo literario.

    Siga desbordando su imaginación y no se deje abatir por el aguafiestas e inoportuno comentario núm 1, tan falto de inventiva.

    Gracias Sr. Penalva, por activar aletargadas entelequias.

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