Art. de opinión de Luis Beresaluze Galbis

LUZ Y TIEMPO (V)

En realidad, la teoría de las cuerdas lo que pretende es alcanzar una ley unificada o unificadora de las cuatro fuerzas operantes en el universo. Cuerdas que vibran a diferentes frecuencias y de cuya vibración resultan, como las notas de las cuerdas musicales, las partículas elementales, electrones, neutrinos, fotones, bosones, gluones y gravitones, llenando ese universo que se expande o expansiona. Que no solo crece, sino que lo hace de una manera acelerada. Las cuerdas le dan cuerda a un nuevo panorama físico y a un nuevo concepto del universo, para el que no cuenta la teoría de la relatividad general.
Volviendo a la expansión, la aceleración es, realmente, como una velocidad dentro de otra velocidad, que la hacer crecer según criterios progresivos. Una velocidad que se estira a sí misma. Que corre mas que lo que corría y que al hacerlo, incrementa contínuamente el incremento. Que se hace mas veloz, de una manera velozmente acelerada. Un modo de potenciarse el desplazamiento, de manera, además, potencial o potenciada, exponencial. Y lo hace a partir de una llamada “distancia de Hubble”, que es una constante que cuantifica la rapidez con que el universo se expande, a partir de 14.000 millones de años luz, a mayor velocidad que la propia de la luz, es decir, situándonos fuera del alcance de la teoría de la relatividad general de Einstein, basada en la insuperable fijeza de la velocidad de la luz, según la cual, se tendría que afirmar que no había ni podía haber nada en el universo, en la totalidad de lo creado, capaz de adelantar en velocidad a la luz. La “distancia de Hubble” la hace llegar en segundo lugar a la meta existencial. Que tampoco, congruentemente, es el segundo lugar, porque quien viaja a mayor velocidad que la de la luz es la propia luz, luego de experimentar los efectos de esa famosa “distancia”. Es la misma luz en otro género de carrera. Según Hubble y las observaciones de los científicos que han trabajado en su teoría, el conjunto de todo lo que existe, masivo, material, denso, susceptible de interactuarse gravitacionalmente en función de su masa respectiva, puede viajar a velocidad superior a la de la luz a partir de su famosa “distancia” de los 14.000 millones de años luz.

De otra parte, esa expansión tan rápida, ¿entre qué o donde? ¿Se mueven el universo o el espacio? ¿Acaso no son la misma cosa, una dentro de otra? ¿Se expansionan dos cosas emparentadas, contiguas, compartidas. Una dentro de la otra, en medio de una tercera cuyas dimensiones o realidad, del tipo que sea, tiene lugar el expansionismo progresivo de las dos anteriormente citadas? ¿Se expande el universo o se expansiona el espacio? ¿O los dos? La gran explosión no tuvo lugar en el espacio. Es el espacio quien nació con ella, explotando entre su explosión. El espacio es la gran resultante contenedora de todo lo nacido en aquella explosión, incluido él mismo. Porque antes no había nada. Antes había, si acaso, la gran distancian entra la nada y la nada.

Desde la “gran distancia” todo se expande a mayor velocidad que la de la luz, la mayor habida y tratada desde Hubble. Se diría que la teoría de la relatividad general sirve para tratar de los movimientos de las cosas en el espacio, pero no para ocuparse del dinamismo propio del espacio. Más allá de la “distancia”, la relatividad, basada en la constante absolutamente invariable de la velocidad de la luz, la máxima posible en el universo considerado, falla. Ya no vale. Quedaría convertida en algo útil sola mente para lo próximo y como ”de a diario”. El asunto nos presenta el espacio y la luz como conceptos no homologables. Como si hablando de manzanas nos introdujesen corderos. Como si uno de los conceptos correspondiese a distinta dimensión que el otro. Dimensión mental, experimental o creacional. La Tierra no se expande. No nos consta que aumente su volumen o contenido, salvo las aportaciones de los meteoritos, despreciables, a la gran escala que manejamos. Los miles de millones de astros, tampoco. Sin embargo, las galaxias mas lejanas y el espacio, su espacio, sí es que resulta aún correcto hablar de este modo, sí. Repito que, mas allá de los famosos 14.000 millones de años luz, las galaxias se alejan e interseparan a velocidad superior a los 300.000 kilómetros por segundo. Las galaxias, con todo lo que representan de masivo, material, denso, pesado, corporal, teóricamente imposible de ser transportado por el espacio ni siquiera a la velocidad convencional de la luz. Lo dice Hubble y lo confirman los expertos y observaciones hechas a partir de su teoría. ¿Nos expandimos en el espacio o se expande el espacio entre y alrededor de nosotros? El fenómeno comportaría una suerte de espiritualización física, metafísica, de la materia, devenida poco menos que etérea e inconsútil. Sería como la divinización de lo masivo y material. Como una teologización virtual de la realidad, sublimada hasta la pérdida de la densidad que, teóricamente, dificulta el viaje, no ya a la velocidad de la luz sino ni a otra tres mil veces inferior.

La gran explosión ocurrió en todo. O todo ocurrió con la gran explosión. Ocurrió en todos los sitios a la vez. Con una simultaneidad universal. Sucedió en todos los puntos del espacio, que también empezaba a tener puntos, nacido con ella. Ocurrió en todo el espacio y lo que ocurría, era, precisamente, el propio espacio.

Se hacían las cosas y se hacía, al mismo tiempo, el propio lugar contenedor de ellas. De la explosión salieron todos los horizontes. El centro está y estaba en todas partes. No creo que resultase disparatado afirmar que lo que se expande, realmente, es la propia expansión. Un concepto que crece y se sobredimensiona. Como se expande el interés por estas realidades en la expansiva imaginación de los hombres. Esa sí, una expansión acelerada e infinitivamente expansiva. ¿Quién le pone fronteras, límites o infinitos, a la imaginación?
Se diría que Dios, el fundamento de todo, creciera dentro de sí. Primero se desdobla en tres Personas, las de la Santísima Trinidad. Y luego, a partir de esa una y triple naturaleza, se convierte en la infinita Personalidad creadora de la creación infinita. Es Dios, por tanto, quien se expande. Don Alberto, en su grandiosa ecuación, utiliza un idioma, ya se ha dicho, muy próximo al de Dios. Pero a muchos años luz del idioma universal de la Creación expandida y expansiva. Donde la masa de su ecuación pasa a ser poco menos que gaseosa, expansible, de modo acelerado, acelerado mas allá de los 14.000 millones de años luz, a una velocidad superior a la de esta, de forma progresivamente acelerada.

A donde nos conduce este aparente contradiós? A Dios, solo a Dios. A la Luz de Luz. Una Luz sin límites de velocidad, por encima de las exigencias matemáticas de la ecuación de la relatividad general, aquella con la que Dios permitió a Einstein acercársele a los bordes mas elementales y sencillamente útiles para lo próximo e inmediato, nada menos, eso que constituye la realidad que nos rodea. La de nuestra casa universal. Una de las realidades de Dios.

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4 COMENTARIOS

  1. QUERIDO LUIS: Vuelves a escaparte de mis conocimientos, limitados, por lo que veo.

    No puedo comentarte.

  2. Dada mi inexperiencia en estos menesteres, hay bastante de mi comentario que no se ha podido publicar. Te decía, amigio Luis, que admiro tu basta cultura y que tius artículos, aunque me falte talla para comentarlos, me enriquecen mucho. Sólo por eso los agradezco.

    Espero y deseo que tus próximos artículos sean más cercanos para poder comentarlos con algo de fundamento. Un abrazo, amigo.

  3. Quinta parte de su saga cosmológica señor Galbis, no sé si pretende hacer méritos para conseguir el próximo premio Nobel de Física con sus artículos o es que va a escribir un nuevo libro titulado Luz y Tiempo, porque da la impresión que cada semana nos ofrece como adelanto uno de sus capítulos.
    Efectivamente Sr Galbis, ya sabemos que el Universo se expande y cada vez a mayor velocidad. Las galaxias se alejan de nosotros y el índice de expansión del Universo es la cosntante de Hubble. Siempre se pone como ejemplo sencillo el del globo al que le pintamos unos puntitos negros (que serían las galaxias) y observamos que conforme inflamos el globo los puntitos se alejam es decir aumenta el espacio entre ellos en todas direcciones cualquiera que sea el punto en el que nos situemos en la superficie del globo.Conclusión, el universo se expande como un globo.En ese globo los puntitos no se desplazan a través del espacio alejándose unos de otros sino que es el espacio entre ellos el que se expande y por ello se separan unos de otros.Conclusión, el movimiento de recesión de las galaxias no contradice la relatividad.
    Pero al margen de explicaciones científicas,lo que no deja de sorprenderme cada semana es que cualquier teoría cosmológica que la ciencia pueda ofrecer siempre queda mediatizada por su concepción deista del Cosmos.No se como se las arregla pero usted nunca saca a Dios de la ecuación ,da igual si se expande o se contrae el Universo, si es infinito o tiene fin porque Dios está en todas partes, por lo tanto Dios es el Universo y es el que se expande,es el fundamento de todo, como si Dios respirase y con cada respiración las galaxias se alejasen más rápido de nosotros, de nuestra Via Láctea, más allá de los límites del universo observable.
    No se ha preguntado usted alguna vez Sr Galbis que si la ciencia demuestra que el universo se expande por efecto del Big Bang y que muy probablemente se contraiga de nuevo , y esto ocurre de forma cíclica no habría que preguntarnos entonces ¿Cuando tuvo lugar la creación?. Reflexione sobre ello y nos lo cuenta en el siguiente capítulo de esta interesante saga cósmica. Un saludo.

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