Art. de opinión de Luis Beresaluze Galbis

LUZ Y TIEMPO (IV)

Todo cabe entre E=MC2. Hasta las cosas más contradictorias entre sí. Todo lo confirma y se avala confirmándola. Einstein parece ser un socio aventajado del Creador. Nunca llegó el hombre a una síntesis universal tan sencilla y encantadora. La teoría de la relatividad general es generalísima en relación con todo enfoque científico del universo y sus cosas. Semánticamente, por lo pronto (relativo y general) la cosa, al menos, cobra sentido. Dijo Don Alberto que Dios no jugaba a los dados.¡Si lo sabría él! Pero su teoría sí que ha servido para que infinidad de científicos, desde diversos campos, hayan jugado sus dados sobre el verde tapete su relativa y general adaptabilidad increíble y maravillosa.

No tenemos mas remedio que admitir la flexibilidad y adaptabilidad de las verdades científicas. Y su acomodación respectiva, modificando lo indispensable pero conservando lo que se pueda. Hijas de la imaginación de los investigadores, dotados de un gran corporativismo, no se niegan ni desmontan totalmente sino que se adaptan unas a otras, asumiendo y transformando lo que sea menester. La verdad científica parece sumamente plática.

Como se ha visto, mucha fantasía, mucha imaginación, mucha quiebra semántica y hasta lógica y cierta admisión de la incongruencia. Con el añadido, a veces, de buena dosis poética. Lo más cierto que descubre Heisemberg, su gran verdad, es la incertidumbre. Y llegan los señores científicos incluso a multiplicar incertidumbres, que es como fusilar pensamientos o potenciar dudas. La certidumbre de la incertidumbre se parece a un riqueza que consistiese en ser pobre. Y llegan, como Einstein, a decir que la materia es energía y la energía materia. Cuando lo único cierto, según parece, es la posibilidad de que una de ellas se convierta en la otra, o viceversa. Realmente confunde a dos de los tres elementos fundamentales de su famosa ecuación y por lo que hace al tercero, el cuadrado de la velocidad de la luz, no usa a la luz, que es una realidad física sino su velocidad, que es una aleatoriedad circunstancial de la luz, relativa a su movimiento en el tiempo. Yo, soy el mismo, quieto o volando. Y al hablar de mis capacidades, de mi peso, de mi estatura, de mi inteligencia, no es necesario considerar si estoy quieto o moviéndome y a qué velocidad. ¿Y qué decir de la consideración de la luz como onda? Onda no se puede ser. Ni la luz, ni nada. En ondas no se puede consistir. Lo ondulatorio es el estilo de un movimiento. Y el movimiento no es lo que se mueve. La luz se mueve en ondas pero no es ondas. No consiste en ellas. Como yo no puedo consistir en quietud o desplazamiento.

A la más absoluta y general y universal teoría, representada por una ecuación que explica todo el universo, lo que menos se le puede llamar es relativa, de la relatividad. Y aun menos, de la relatividad general. General, semejante particularidad…

En cuando al cuadrado de las distancias entre las masas en la teoría gravitacional de Newton, la distancia es otra circunstancia aleatoria, sin cuerpo, sin peso, sin entidad. Aunque esa distancia se mida en unidades de longitud que tampoco son nada sino convenciones mentales. No existe el metro ni el kilogramo. Existen, pueden existir, metros de tela o kilogramos de harina. Pero siendo lo existente, la tela o la harina, no los metros ni los kilogramos.

Por fin, que el determinismo no determine sino a escala casi doméstica, es, casi, una autentica indeterminación. ¿Qué decir de la finitud del universo, una finitud sin límites, sin fronteras? Y en continua expansión…

Definitivamente, lo absoluto, relativo o relativizado. Solo válido en su incardinación con lo cuántico. Lo cuántico, no cuantitativo, rigurosamente, porque cada “quanto” de luz tiene una energía diferente. Lo cierto de la incertidumbre y por fin, de lo creado no creado, lo que no empezó ni terminará porque era y es y será, quevedianamente, un ser que ya era y estaba.

Y ya solo nos queda lo del tiempo curvo. El tiempo no es. No tiene cuerpo ni entidad. Es una invención de los hombres. Una convención sobre lo durable. No puede tener forma. Ni curva ni quebrada. Solo es curvo el tiempo de los relojes redondos y descolgados, como reblandecidos, de Dalí. Un tiempo surrealista. Lo concebimos siempre como en un emparejamiento mental con el espacio, casi como si consistiesen en lo mismo y siempre se manifestasen y entendiesen juntos. Pero el espacio es una realidad. Con éter o sin él, con sus gases y materia, con su antimateria, con sus radiaciones. Un tiempo y espacio como Don Quijote y Sancho. Y además de curvos, espacio y tiempo, bailarines, girando no se sabe donde ni en medio de qué. Y el universo, en continua expansión, no expandiéndose.¿Estable o quieto y encogiéndose?

A todo este manojo de leyes, teorías, concepciones, solo nos queda, para llegar hasta hoy, ponerles un lacito azul para quede bien presentado el regalo de la ciencia física y astrofísica que los hombres nos han legado desde los inicios zoroástricos. Un lacito hecho con el objeto de la última de sus teorías, la de las cuerdas. Así queda todo atado y bien atado. Como lo que atare Pedro según la advertencia de Cristo, cuando lo designó primer Papa de la cristiandad. Viene bien y es legítimo relacionar la Creación con el Evangelio y la Ciencia.

La teoría de las cuerdas nace de la consideración de las cuatro fuerzas que según los físicos rigen todo lo que hay. La gravitatoria, la electromagnética, (mucho mas potente), la nuclear débil y la nuclear fuerte, la mas intensa de todas, la que mantiene unido el mundo que nos rodea. Dicha teoría, nacida anteayer, en 1960, dice que las partículas no ocupan un lugar en el espacio. Que no son objetos sino longitudes. (Ya estamos, otra vez, dando entidad a lo que no existe y cuerpo a lo que es solo manera de ser. La luz no era luz sino onda y la partícula no es partícula sino longitud, como si yo no fuera hombre sino bajito y simpático). Hasta hoy, una partícula tenía que ocupar un lugar en el espacio. Pues bien, en el nuevo espacio de las cuatro fuerzas interactuantes, presidido por las cuerdas, las que ocupan el espacio son líneas, trazos. La onda pasa a ser una cuerda vibrante. Lo bueno es que esta teoría, como todas, desde Newton, encaja con la teoría polivalente y pluriadaptable de la relatividad general. Esta teoría, que como todas las previas, cabe junto a la de Enstein, vale para las distancias grandes y normales pero no par las pequeñas. Una dificultad despreciable. Decimales de exactitud o verdad.

Las cuerdas vienen a atar todo lo que había quedado relativamente suelto y confuso. Real pero no existente realmente. Creado pero sin Creación. Determinista sin determinación absoluta. Cierto pero sujeto a incertidumbre. Relativo pero general. Cuántico sin cuantificar. Verdadero, pero no siempre ni experimentalmente. Finito pero sin límites. Con un principio hace unos 13.000 millones de años pero existiendo desde siempre y hasta nunca. Global, absoluto, completo, pero afectado de cierta “incompletitud”. Curvo pero sin saber entre qué ni donde. Curvo dentro de su propia y misma curvatura. Y además, girando en sabe Dios qué medio o pista. Expandiéndose pero estable. Con éter pero sin éter. Vacío pero lleno de cosas, luminosas y oscuras. De materia y no materia. De luz y oscuridad. De energía masiva y de masa energética. En el que no flotan partículas sino líneas. No objetos sino cuerdas. Absolutamente temporal pero casi pariente de la eternidad, con un tiempo absoluto que se relativiza hasta ser una cosa dependiente de la velocidad del medio en que cursa y discurre. Yo tengo para mi un tiempo sentado, otro caminando y otro, si fuera capaz, viajando a la velocidad de la luz o, simplemente, dentro de un tren.

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5 COMENTARIOS

  1. Lo siento, querido Luis. No te puedo alcanzar, no te llego. Reconozco mi limitación cultural en estos temas que no consigo explicarme como los dominas tan bien.

    Así pues, no puedo comentar aquello que no alcanzo. Lo siento, amigo.

    De todas formas, como siempre, un placer leerte. Tu lectura siempre enriquece aún sin llegar nunca a alcanzarte.

  2. Fe de erratas.

    La última palabra del segundo párrafo no es pláticas sino plásticas. Perdón.

  3. En esta cuerta entrega de su saga LUZ Y TIEMPO IV se adentra usted en lo más recóndito de la física teórica actual y como dice el amigo Wifredo Rizo ahí ya es casi imposible seguirle a menos que una sea un experto en estas materias.No es mi caso Sr Galbis, soy hombre de letras, y por ello le advierto que mi comentario no surge de mi sabiduría ex profeso en esta maeria concreta sino de mi interés general desde niño por la astronomía y el conocimiento de las estrellas. Un humilde aficionado a los misterios del Cosmos.
    Creo que el problema de la adaptabilidad de las teorías cientificas que plantea para dar una explicación global de este Universo tan complejo al que nos enfrentamos no es tal. .Simplemente lo que ocurre es que las teorías científicas que tratan de explicar las leyes físicas que interactuan entre si y nos hacen comprender el funcionamiento del Cosmos se contradicen cuando se actua a distintos niveles y por ello la Física teórica actual busca una teoría de unificación que lo explique todo. Es decir una teoría del todo que unifique las leyes de la mecánica cuántica con la teoría general de la relatividad.
    Por un lado tenemos la relatividad de Einstein que nos sirve para explicar la gravedad, aquella fuerza que descubrió Newton cuando según cuentan le cayó la manzana encima y que de una forma tan sorprendente tambien servía para explicar por ejemplo porqué la Luna se mantenía en la órbita terrestre. Que cosas! Sr Galbis!. Pues bien esa teoría que como usted dice todo lo confirma y lo avala nos presenta el Universo como si fuera una cama elástica que se deforma según la masa de los cuerpos que la componen. Sin embargo como sabemos el Cosmos esta formado por partículas atómicas o subatómicas donde no hay masa apreciable y a ese nivel es la teoría cuántica la que nos explica su funcionamiento. El problema es cuando alguien se planteó que si la mecánica cuántica es cierta entonces la relatividad es incompatible porque a niveles cuánticos nada es predecible. Ahí surge la teoría de las cuerdas que no es más que un modelo matemático que hoy por hoy no se puede probar en un laboratorio y que nos abre el campo de la posible existencia de otras dimensiones a las ya conocidas. Comparto su opinión que en cierta forma las cuerdas vienen a atar todo lo que había quedado relativamente suelto ,a responder esa pregunta que tanto nos preocupa ¿de que estan hechas las cosas?, solo de partículas elementales? o son algo más como unos finísimos hilos de energía que vibran u oscilan de diversas maneras y que nos permiten también describir la fuerza de la gravedad. Estas cuerdas Sr Galbis no nos atan aun Dios Creador que sustenta el origen del Universo desde la fe religiosa sino a otro mucho más complejo y enigmático,el verdadero Dios de quienes sustentan esta visión cosmológica, el Dios de las matemáticas. Un cordial saludo.

  4. Estimado » ripley8 «:
    Has leido esta cuarta parte de LUZ Y TIEMPO???
    Me gustaría conocer tu opinión.
    Un cordial saludo

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