Art. de opinión de Luis Beresaluze Galbis

LUZ Y TIEMPO

Me vengo ocupando últimamente, de ese prodigio que llamamos luz. Uno de aquellos elemento de Einstein. El más fundamental de la ecuación, tomado su veloz desplazamiento, como un factor que en ella llamó C. C al cuadrado, para ser exactos. Querría ahora hermanarla con el tiempo, otro matiz de su grandiosa fórmula, porque sin tiempo no hay velocidad.

No hubo tiempo hasta que hubo luz. El tiempo empieza ya iluminado. Antes de aquel Big Bang no había tiempo. Había, eternidad, que es otra cosa. Tiene un principio el tiempo y según la expansión de lo creado, no se le puede ver ningún final, ni próximo siquiera. De tenerlo, lo tendría tan lejos, casi como el final del infinito.

Nada sabemos de cómo actuará, dentro de la llamada antimateria, ese extraño segmento tan real, de un universo de materia oscura. Parece que es hermano de la luz. Y que nace con esta. Y que en el mundo de la antimateria, todo reloj estaría parado. O marcharían hacia atrás, para entendernos, en sentido contrario a sus agujas, sensu stricto, como un anti reloj. No olvidemos sus singularidades, aún en un nuestro espacio conocido, que es el de la materia iluminada. Recordemos los gemelos de Einstein. Inmóvil uno, aquí, sobre la Tierra y otro viajando por el libre espacio, a las velocidades de la luz. El sedentario llegaría a viejo y el navegante seguiría joven, como teniendo dos vidas diversas, desde un punto biológico de vista. Son evidentes las funciones del tiempo en el reino tan claro de la luz. Es más, según la ciencia y sus asertos, se vive mas en lo alto de una cumbre, que si se mora al nivel del mar. El tiempo forma parte muy activa del gentil protocolo de la luz. ¿Qué tiempo es el que se manifiesta, si es que lo hace alguno ciertamente, en lo real del universo oscuro, en la materia de lo inmaterial? Si todos procedemos de lo mismo, del Big Bang que estalló entre la nada, hace trece millares de millones de esa unidad de tiempo que es el año. Entendido que antes no había nada, sino un punto infinitamente denso, hay que admitir que la materia oscura o antimateria que también la llaman, nacen al mismo tiempo que la luz y la llamada material y clara, materia material y luminosa. Tienen el mismo origen evidente, porque antes de su todo no había nada. No diría que el mismo desarrollo. Hay una parte que cuaja en la luz y en la materia material e iluminada y otra, muy superior, que cae en lo oscuro, en la pura y vacía antimateria. Y ambos mundos cósmicos se hacen sin tipo alguno de correspondencia, deshomogéneos hasta el absoluto. Hay más materia oscura que visible. Mucha más. Siempre lo bueno difícil y menos, suponiendo que la materia propia, la que nos constituye en lo que somos, tiene mas calidad que su contraria, escaseando como hace el oro, entre los minerales valorados o el diamante en el mundo de las piedras.

Si no fuera un extraño contradiós y condujera a magnificar las posibilidades del maligno, en el que no he querido nunca creer, cabría pensar que frente al Señor Dios, autor de la materia y lo visible, de todo lo que luce iluminado, de todo lo hijo de su natural modo de equivaler a Luz de Luz, habría, también, un creador simultáneo, de lo antimaterial y oscurecido. De todo lo contrario a lo que entiendo, objeto material de la Creación. Una especie imposible de Anti-Dios. Un autor de las cosas que nosotros no le atribuímos al buen Señor Dios. Esto nos llevaría a una idea muy pesimista, triste y angustiosa, poco respetuosa con la idea que tenemos de Dios. Resultará mas fácil y mas digno, considerar a Dios Autor de todo, lo positivo y lo negativo, la luz y su contraria oscuridad, de la materia y la antimateria. De lo que vemos y lo que no vemos, sino en su efecto físico real, que nos impone que lo supongamos, porque Él lo dispuso y consagró, como también preciso en su equilibrio, en la mecánica cosmología de su Creación absoluta y perfecta.

Otra cosa daría al mundo oscuro, la facultad de oscurecer la mente hasta el punto de concebir a Dios de una manera obvia y negativa. De concebir a un Dios desconcebido. O de admitir dos Dioses conviviendo, el Autor de la parte de las luces, natural, cognoscible, positiva, que hace posible y grata nuestra vida y el de la parte contraria y oscura, a la que habría que atribuir, siquiera en un en principio, y de manera muy correspondiente, fenomenología enfrentada y enemiga absoluta de la nuestra. Una enemiga materialidad. Líbreme Dios de estas cosmología y teologías de tal entidad, a las que no osaron acercarse, en parte porque las ciencias de entonces, aún no estaban tan desarrolladas, ni Agustín ni Tomás el aquinense, aquellos monstruos intelectuales. Pobre de mi, que no les llego al suelo.

Embridemos las imaginaciones, cuando pretenden tales fantasías reñidas con nuestra modesta luz y humilde perseguir de claridades. Si nuestro Dios, Luz de Luz, ha querido organizar su Creación de este modo, que la mayor parte de ella sea, tal vez injusta y aparentemente, negativa, sin luz, sin claridad, oscura, inmaterial, inexplicable, Él sabrá, bien, por qué. En el gran orden cósmico de su obra, tal vez se hacía necesario y bueno, que las cosas deviniesen así. Misión nuestra es, ahora y en lo futuro, intentar entender todo el por qué.

La luz es el primer primor del mundo. El carácter poético de todo. La energía de la Creación. No me adapto, tan fácil, mentalmente, a que haya más oscuridad que luz, más materia oscura y negativa que iluminada rica, esclarecida. ¿Qué electromagnetismo es el que rige en la materia oscura? En la gravitación ya se ha notado que interviene lo suyo. Eso se ha evidenciado entre la ciencia como presente y real. Juega en el hermoso equilibrio de toda la Creación. ¿Qué cosa la gobierna, ciertamente, en lugar de los cuantos y fotones, que obligan a la nuestra? Apelaremos a una nueva Física para enfocar fenómenos tan raros. A llamar, sería lógico, Anti Física. O Física de lo que no está claro, de lo no físico físicamente, o físico de una nueva manera. Gracias al Cielo la imaginación y hasta la torpe lógica del hombre, tolerantes y elásticas resultan. Nuestra capacidad de imaginar es casi ilimitada. Hasta le cabe lo inimaginable. Que haya una luz enfrente de la blanca, una energía apagada contra la luminosa, una materia que es inmaterial, contra la densidad de la materia. Una oscuridad contra lo claro. Todo, naturalmente, hijo de Dios. Como lo es nuestra imaginación. Lo positivo y lo negativo. Contra los electrones, los neutrinos. El sí y el no, hermanos, compatibles, homogéneos y hasta combinados. Interrelacionados. ¿No quisimos imaginarle a Cristo un ángel malo capaz de tentarle? ¿Un Rey de las Tinieblas contra el Rey de la Luz? Queremos, porque así lo ha querido el que dispone incluso las cosas que hemos de querer, que esto sea complicado. Que tenga un universo de problemas y de lugar a infinitas preguntas. Mientras las haya, tercos, obstinados, no dejaremos de buscar respuestas. Que es, parece para lo que somos, para querernos tanto como al otro, además de al Señor sobre todas las cosas, las cosas todas de que nos rodea. Hemos venido a esto. A este reino de luz y oscuridad. Ahora le toca el turno a nuestra mente, y la ocasión a nuestro pensamiento.

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15 COMENTARIOS

  1. «Esto nos llevaría a una idea muy pesimista, triste y angustiosa, poco respetuosa con la idea que tenemos de Dios.»
    «Resultará mas fácil y mas digno, considerar a Dios Autor de todo»
    Bueno señor Galbis, estas son sus palabras, entre otras por supuesto. Ya sabe usted que yo soy de los que piensan que si el hombre no hubiera existido nadie hubiera creado a dios, pero este comentario es para decirle que me alegra leerle.
    ¡Ah!, se me olvidaba. Que bien escribe usted. (Esto es para fastidiar a los gruñones, usted ya lo sabe).

  2. Extraordinario artículo ,Luis, extraodinario Me alegro mucho de verte , de nuevo, en N.D.. Es tu sitio. Y el mío, digan lo que digan, es comerntarte. En Fb. no puedo, me cuesta mucho.

    En N.D.me siento más cómodo, no en Fb.

    Tu artículo, magnífico, extraoridanariamente redactado, comno todos los tuyos, hablas de un tema de fé. lo tuyo es fé, pura y dura. Y todos no compartimos esta magnífica fé que tu tienes.Yo quisiera compartirla, pero no puedo. Eso sí ,la envidio.

    No hay contradios, como dices. Hay fé o no la hay y yo estoy en el camino intermedio, `pero te aseguro que me gustaría tenerla. De verdad. Pero hay lo que hay.

    Y el mundo no es es oscuro, es claro, transparente. El problema, conmo he dicho antes, es de fé. Sólo eso. y a tí te sobra, pero no a los demás.

    Admiro tu fé y para mí la quisiera.

    Un abrazo, buen amigo. Te comentaré siempre, digan lo que digan.Eres mi amigo.

    Gracias por tus buenas maneras, siempre lo agradeceré.

  3. Gracias, Luis, port volver a N.D. es el mejor medio. Yo también he entrado. Me dan palos, pero no importa, es el mejor medio. Y hazme caso, digan lo que digan, no entres al trapo.

    Un abrazo, amigo.

  4. Una alegría inmensa de volver a leer a D. Luis Beresaluze

  5. Hola, estábamos esperando y no perdíamos la esperanza de volver a disfrutar con los artículos del Sr. Galbis, no nos de usted más sustos y regálenos todos los sábdos y domingos sus excelentes artículos

  6. Bueno,Bueno,esto se pone en marcha, D.Luis con sus excelentes articulos de fin de semana, que lo estabamos echando de menos,gracias D. Luis .A Juan G. Que lo considero buena persona,con sus ideas,a veces se equivoca como todos ,pero sabe pedir disculpas, no como algunos. gracias Juan G. Y a mi amigo Wifredo. que tambien me enseña algunas cosas, por que cuando abla de su familia me emociona mucho,ya que para mi la familia de casa es lo primero.

    Muchas gracias por sentirme amigo,para lo que haga falta,un gran abrazo para vosotros.

    Jose maria castello.

  7. Me alegra Sr. Beresaluce que este de vuelta.Puedo estar o no de acuerdo en lo que Ud.dice en sus escritos,pero los disfruto y los hecho de menos cuando no estan en ND.
    Un abrazo.
    Atila.

  8. Me alegra verle nuevamente publicar en ND aunque me dijeron que lo hacía en fecebooK pero yo ese sistema de hacerte amigo y todo eso no lo entiendo. Enhorabuena por su artículo

  9. En primer lugar mi enhorabuena por su vuelta a ND y poder comentar siempre sus excelentes artículos.

    Mire Sr Galbis, desde una concepción deista del origen del Cosmos como la que usted tiene, obviamente Dios creó el tiempo, la luz y la oscuridad y por tanto la antimateria como contraposición a la materia que es lo único que se observa en la práctica en el Universo. Desde esta comcepción que subyace en su artículo, es decir no puede entenderse el origen del Universo sin Dios, ni siquiera hace falta preguntarse por la causa de la existencia del propio Dios porque obviamente el Creador estaría fuera de la dimensión del propio tiempo que el mismo ha creado. Puede que estas consideraciones no gusten a Stephen Hawking que entiende que se puede presicindir perfectamente de la noción de Dios para entender el origen dell Universo y que la leyes físicas son suficientes para ello. Por otra parte puede que la búsqueda afanosa de la antimateria sea también una forma de creer en Dios por muchos científicos como Hawking sin abochornarse demasiado ante sus lectores. En cualquier caso, si en el BIg Bang existió cantidades iguales o similares de materia y antimateria la verdad científica es que a día de hoy la única certeza que tenemos sobre la existencia de la antimateria es la radiación de fondo cósmica derivada de la colisión de ls partículas y las antipartículas que componen la antimateria y que se aniquilan mutuamente y que se nos presentan en forma de rayos gannma. Esta radiación cósmica vendría a ser desde una posición creacionista algo así como el eco de la voz de Dios creando el Big Bang. Ve Sr Galbis, el pobre Hawking tanto buscar el origen de la antimateria en las estrellas devoradas en los agujeros negros o en las estrellas de neutrones y en el fondo lo que le ocurre es que no sabe escuchar bien a las estrellas y por eso no percibe la voz de Dios .

  10. Admirado Luis, si usted, como dice, no les llega al suelo a los monstruos intelectuales, que cita en su artículo, no quiero ni pensar donde no les llegamos el resto los mortales.

    No solo conserva una asombrosa y envidiable lucidez mental para escribir y discernir, sino que, todavía la está desarrollando, en imparable avance, sin perder un atisbo de curiosidad por todo lo que le rodea.

    Sus artículos, especialmente este, en lenguaje coloquial, “no son moco de pavo”, al contrario, su complejidad requiere intelectos despejados, y el mío anda en la actualidad un poco saturado, por ocurrencias de la vida. Aun así, se lo he prometido, he intentaré que mi comentario sea humildemente digno, para con su excelso artículo.

    Yo tampoco me adapto, ni mental, ni emocionalmente a la oscuridad, persiguiendo continuamente claridades. Será que soy terca, como usted, y como tantos otros, que buscan respuestas sin encontrarlas. Sin misterio no habría nada que nos despertará la curiosidad, la imaginación, el pensamiento y también la fantasía. Quizás sea este el propósito de los misterios.

    No importa de dónde proceda la claridad o la fe, importa que cumpla su cometido. “Dame oscuridad, que yo te daré luz”.

    Gracias por su regreso Luis.

  11. Un artículo armado con unas razones poderosísimas, bien sujetadas, excelentemente conducido… y con ideas de las que hemos departido por estos foros en infinidad de ocasiones. Intelectualmente brillante. Como indica Alicia «Para intelectos despejados»; me parece una descripción precisa, justa, que lo atrapa todo. No se puede decir más en menos.

    Lo intangible, Luis, de nuevo, lo intangible… la fe, el convencimiento. No voy a entrar en este fondo tan escurridizo, por el respeto que me produce y porque, además, ya lo he hecho en otras ocasiones y sería repetirme. Sin embargo sí quisiera destacar la calidad del texto, la sintaxis, la pureza y riqueza de la escritura. Puro «didactismo» que el buen lector agradece y casi se premia por tenerlo ante sus ojos. Leyéndote, uno, además de debatirse cosas, de aprehender conceptos, che, se enriquece y mejora personalmente, a cada renglón. Así lo siento.

    Termino dándote las gracias por este regreso a ND. Es alargar el listado de agradecimientos, pero lo mereces…

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