Artículo de Opinión de Ana Barceló, Secretaria General Provincial PSPV-PSOE

¿Y el post-trasvase, señor Camps?

Si recopiláramos en papel, una a una, todas las opiniones, intervenciones, discursos que se han dicho por estas latitudes en torno a la denominada «guerra del agua», podríamos editar nuestra particular antología del disparate, y tendría más volúmenes que la Espasa-Calpe. Es más, necesitaríamos unas cuantas furgonetas para poder trasladarla y almacenarla a buen recaudo, como pasaba hace unos años con los Presupuestos Generales del Estado.

Y es que a nadie se le escapa que esto de la «guerra del agua» desata en algunos sus instintos más primarios, provocándoles graves alteraciones de conducta y un malestar generalizado que suele transformarse, en el fragor de la batalla dialéctica, en una retahíla de improperios difícil de soportar para el común de los mortales. Situación ésta que se agrava aún más si cabe cuando se acerca una cita electoral.

Sin embargo, sería conveniente que, por una vez, y esperemos que sirva de precedente, todos (políticos, regantes, sindicatos, empresarios, ecologistas y un largo etcétera) hiciéramos un ejercicio de responsabilidad, alejándonos del ojo de este huracán, el de la «guerra del agua», para aunar posiciones, impulsar proyectos y lograr objetivos comunes que supongan un mayor progreso para la provincia de Alicante y sus gentes. Eso sí, promoviendo un modelo de desarrollo económico más sostenible, más innovador y más respetuoso con nuestro medio ambiente. Si ayer era necesario, hoy se hace imprescindible.

Hace unos días, propuse la creación de un frente común alicantino, una especie de lobby que defienda los intereses de nuestra provincia ante cualquier administración por encima de siglas políticas, porque creo firmemente que ha llegado la hora de remangarse y pasar de las palabras a los hechos. Es la hora de la política con mayúsculas.

He solicitado una reunión con el presidente de la Diputación, José Joaquín Ripoll, para recomponer el pacto sobre el Tajo-Segura. Hasta el momento, silencio absoluto. El secretario general de los socialistas valencianos, Jorge Alarte, ha dicho alto y claro que no aceptará ningún tipo de reserva con carácter normativo en el estatuto castellano-manchego. El President Camps insinuó la semana pasada en las Cortes Valencianas que está dispuesto a llegar al Constitucional si algo así sucede.

Bien, parece que en algo estamos todos de acuerdo. Reforcemos, por tanto, los lazos que nos unen en vez de los que nos separan. Hagamos más provincia y menos demagogia. Como le escuché decir el otro día a Joan Manuel Serrat: hay que ser comedido en la vida, porque los excesos verbales suelen generar represalias muy duras.

Traigo a colación esta reflexión de Serrat porque en las últimas semanas se han hecho públicas dos sentencias de la Audiencia Nacional sobre el trasvase Júcar-Vinalopó. Dos sentencias que deberían hacer reflexionar. Y lo digo sin acritud, más bien al contrario, con espíritu constructivo, con ánimo de pasar página y de resolver un problema que conocemos a la perfección los que somos del Vinalopó.
Es cierto que nuestros acuíferos no pueden esperar, y también es cierto que para recuperarlos hay que cerrar pozos. Así lo estipula la Comisión Europea, que financia con 120 millones de euros las obras del trasvase. Y para cerrar los pozos es necesaria el agua del Júcar-Vinalopó. Por tanto, cuanto antes llegue el agua del trasvase antes resolveremos el grave problema de sobre-explotación que padecen nuestros acuíferos. El Ministerio de Medio Ambiente adoptó en su día una decisión arriesgada, la de cambiar el punto de toma del trasvase modificando su trazado. Y estoy absolutamente convencida de que lo hizo pensando que era la mejor decisión posible. La polémica estaba servida. Los excesos verbales también.

La justicia reconoce ahora que el Ministerio actuó respetando la normativa ambiental estatal y comunitaria; que sí tuvo en cuenta la viabilidad económica, técnica y social de la obra; y lo que es más importante, que el nuevo trazado garantiza mayor disponibilidad de caudales a trasvasar al Vinalopó. Pero la Audiencia Nacional va más allá, y le recuerda a la entidad recurrente, a la Junta Central de Usuarios, que no existe título alguno por el que tengan derecho al uso de los caudales que se transporten por la conducción. Es decir, la Junta Central de Usuarios se ha quedado fuera de juego, y ahora hay que negociar un nuevo convenio que determine quiénes serán los futuros usuarios del trasvase. ¡Cuánta razón tenía Serrat! Pero que el pasado no condicione nuestro futuro, sino que nos sirva para aprender. Sentémonos y firmemos una paz real, lejos de nuevas guerras del agua, y con el único objetivo de servir al bien común, para que nuestra provincia esté más y mejor preparada para el futuro.

Aunque hay cosas pendientes. Las obras del Júcar-Vinalopó, con un presupuesto que supera los 320 millones de euros y que ejecuta el Gobierno de España a través de la sociedad estatal Aguas del Júcar, se han llevado a cabo a un ritmo vertiginoso. La primera piedra del nuevo trazado se colocó en julio de 2007 y el trasvase estará acabado este año. De hecho, ya se han llenado 3 de las 4 balsas que hay a lo largo de la conducción, y se acaba de aprobar el plan de puesta en carga de la Balsa de San Diego, punto final del trasvase, donde se almacenarán más de 20 millones de m3 de agua procedente del curso bajo del río Júcar.

Pero ¿y el post-trasvase, señor Camps? Porque para poder distribuir por todo el Vinalopó y l’Alacantí el agua que llegue del Júcar, la Generalitat Valenciana debería haber ejecutado ya las obras del post-trasvase, tanto en su margen izquierda como en su margen derecha. Y excesos verbales al margen, poco más sabemos del post-trasvase. Bueno sí, según previsiones de la propia Generalitat, sabemos lo que costarían aproximadamente las obras: 120 millones la margen derecha y 140 la margen izquierda. Pues bien, la inversión de la Generalitat en la margen derecha no alcanza hasta la fecha los 50 millones de euros; y en la margen izquierda es nula, sencillamente inexistente. Y si no que se lo pregunten a los regantes de Sax, Elda, Novelda, Monforte, Agost, Elche, Alicante y Xixona.

Lo dicho, ha llegado la hora de remangarse y pasar de las palabras a los hechos. Si de verdad quiere el President Camps, como dijo la semana pasada en la Cortes Valencianas, un trasvase como Dios manda, cumpla con sus obligaciones y agilice las obras del pos-trasvase.

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1 COMENTARIO

  1. trasvase de agua residual de la desembocadura de Jucar obra del pesoe, no se pero la del EBRO seria la ideal no?

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