Art. de opinión de Luis Beresaluze Galbis

Adopción Gay

La propia formulación suena a contradicción en los términos. Un llamado Consejo Jurídico Consultorio???, ha avalado a la Generalidad valenciana para conceder la adopción de un menor a una pareja homosexual formada por dos hombres. Es un decir. Igual me daría, dos mujeres. Ha avalado una aberración natural. Natural y social. El montaje de una familia atípica, con los roles confundidos.

Los hombres y las mujeres pueden hacer con su cuerpo y con su alma, en plan combinatorio, lo que quieran o puedan. ¡Estaría bueno, que no! ¿Quién le pone límites a la fantasía? Cuentan con lo que podríamos llamar su derecho amatorio, zoológico, antropológico, en definitiva. Incluso amparable en el articulado de cualquier Constitución democrática. Son ciudadanos adultos, libres y autónomos. Con su cuerpo y destino y los de su compañero o compañera, en su caso. Pero no con los del niño, no adulto, no libre, no suficiente, frágil, necesitado de desarrollarse en una familia natural, porque así lo ha dispuesto la naturaleza. Necesitado de un padre y una madre, repitiendo una experiencia que se da en todo el ámbito animal, y más, mucho más, en el estrictamente humano, que lo constituye en un ser eminentemente social. Y nada menos que desde el comienzo de la vida, que sin sujetarse a esta fórmula, no habría prosperado.

Las pareja homosexuales que quieran repartir su dosis sobrante de ternura, no pueden hacerlo con un niño, como si fuera un animalito de compañía, una mascota. El niño se forma con el cariño de la madre y con la autoridad y el ejemplo del padre. Un niño con dos padres o dos madres y ninguna madre o ningún padre, no puede llegar a ser un hombre bien constituido psicológicamente. Y apelar a la formula legal de la concesión “individual”, para vestir el muñeco, parece de una indecencia institucional perseguible de oficio. O sea que la Generalidad consiente que se otorgue el niño a un homosexual, no a dos que cohabitan, a titulo individual y cuando este llega a casa con la criatura, se la reparte cariñosamente con su compañero…¿A quien engañan, señor Blasco? Véase la curiosa formula: “adopción por parte de una hombre o una mujer integrantes de una pareja unida de forma permanente por relación de afectividad análoga a la conyugal”. Aparte de la tremenda falta de comas, análoga no. De ninguna manera. Eso es un truco despreciable. Además, Sr. Blasco, juega usted a Salomón del revés. Y no es tan sabio como el Rey de Los Cantares. Aquel amenazaba a las madres en disputa con dar medio niño a cada una. Usted se lo da entero, a las dos o a los dos, ¿qué mas da?, fingiendo que lo hace a uno o a una y este o esta lo llevara, al conjunto que hace con su pareja. Un modo genial de legalizar lo no admitido para una pareja gay, disfrazándolo de aportación individual de uno de sus miembros. Salomón de vía estrecha. Eso da asco, Sr. Blasco. Como si viniera a casa con un gatito y le dijera a la parienta o el pariente, “mira que monada te traigo”.

Pero volvamos al niño. ¿Quién cuenta con él? La adopción está prevista para parejas hombre y mujer que no pueden y quieren tener hijos. El niño adoptado se encuentra con un padre y una madre. No con un par de gentes, a lo mejor muy buenas personas, que los dos son padre o los dos son madre. Ningún ser humano naturalmente constituido, es decir, según el estricto y único sentido de la naturaleza, es esperable de un desarrollo evolutivo y personal junto a dos padres y ninguna madre o de dos madres sin ningún padre. No puede haber derecho a paternidades de hecho, con tanto hedor a desecho…

El niño es sagrado. Encierra el futuro de un hombre. De una vida sin límites en cuanto a posibilidades. De una hasta posible santidad. Con la formación de los niños no se puede hacer experimentos. El niño nace de una madre y se encuentra con un padre. Con dos modelos naturales de afecto y autoridad. Con dos raíces que lo atan al suelo y al cielo. Lo demás son ocurrencias afectivas, más o menos respetables y hasta admisibles, socialmente, pero no extensivas a la vida familiar completa…

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2 COMENTARIOS

  1. no paga la pena contestar totes les barbaritats que està dient vosté i gràcies a déu (sóc creient) la societat espanyola (poques vegades em sent orgullós de ser espanyol) està preparada per assumir legalment tots els tipus de famílies que existeixen des de sempre i que des de fa poc estan totes al mateix nivell legal (després de molts anys d’inferioritat legal d’un tipus de famílies front al l’altre tipus), que no social, mentre existisca gent com vosté i els seus pensaments desqualificadors. el bé del menor o la menor és estar amb persones que el vullguen o la vullguen, o siga dos pares, dues mares, un pare a soles o una mare a soles. hi ha diversos tipus de famílies, a vore si li entra en el cap. la criatura ha de ser desitjada i si una parella homosexual demana l’adopció és perquè la desitgen, no és cap experiment i per favor deixe de comparar-la amb un animalet de forma tan maliciosa com ho fa.

  2. Que yo sepa, la familia, es simplemente una institución más dentro de nuestra propia cultura grecolatina occidental, nada más lejos de lo “natural” si con ello se refiere al origen del mundo o de la vida.

    “necesitado de desarrollarse en una familia natural, porque así lo ha dispuesto la naturaleza.”

    La palabra natural tiene un significado bastante aterrador cuando la utilizan con tanta pasión el conservadurismo más ofuscado.
    Porque lo que realmente esconde es una visión del mundo conservadora que echa sus raíces en la tradición y las costumbres.

    Área de Libertades Sexuales d’Esquerra Unida del País Valenciá

    Porque, Cuál es la familia natural??? Porque si nos planteamos esta pregunta, habría múltiples respuestas según a quien se la preguntases.

    “El niño se forma con el cariño de la madre y con la autoridad y el ejemplo del padre”

    Ahora va quedando un poco más claro a qué tipo de familia se refiere. Es la típica familia patriarcal en la que hay unos roles bien marcados y diferenciados entre la figura femenina y la figura masculina.
    “El cariño de la madre y la autoridad del padre”, lo que un niño o una niña necesita es una buena educación, una educación basada en el afecto y en el respeto por los demás. Sin duda alguna, esta calidad de educación está más garantiza en familias diversas y modernas como son las familias homoparentales, que aquellas familias conservadoras y sectarias que imponen a sus hijos/as unos modelos de conducta, una forma de ser o una orientación sexual.
    Cuantos adolescentes han sufrido la represión y el estigma por parte de sus familias por el mero hecho de ser gays, lesbianas, bisexuales o transexuales. Aquellas familias que eduquen en la diversidad, que garanticen la mayor libertad para poder elegir, serán mejores familias y precisamente las familias homoparentales (que cada vez están más y más implantadas en nuestra sociedad) consiguen trasmitir todos estos valores a sus hijos/as.

    “Ningún ser humano naturalmente constituido, es decir, según el estricto y único sentido de la naturaleza, es esperable de un desarrollo evolutivo y personal junto a dos padres y ninguna madre o de dos madres sin ningún padre”

    Basar la argumentación en que una familia monoparental (de dos padres o dos madres) no tiene legitimidad para educar y criar a un hijo/o hija porque “la naturaleza” así lo establece sin duda denota la falta de argumentos racionales. Porque que sería para usted la naturaleza? Cual es ese ente abstracto que impide o hace infuncional a las parejas del mismo sexo para educar o criar hijos??

    Aquí lo que ocurre es que artículos como éste que se basan en la “naturaleza” para discriminar al diferente, lo que realmente esconde son concepciones católicas y patriarcales de los modelos de familia.

    Lo que en el fondo le molesta a usted, señor Luís Beresaluze, es que haya familias que no respondan al modelo que usted tiene en su mente. La homofobia que demuestra contra los gays y lesbianas denota la intransigencia ante la diversidad y la falta de respeto con los demás.
    Las lesbianas, gays, transexuales y bisexuales somos personas igual que usted o que cualquier otro, y tenemos los mismos derechos y uno de ellos es convivir y crear nuestras propias familias, pero ya no sólo nosotr@s, si no todo el mundo que quiera puede reinventar su propio concepto de familia y convivir de la forma que quiera con los soyos/as. En eso, precisamente consiste la libertad.

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