«El cisne del Segura»
Así me sugirió llamarte el conocimiento en que vine, hace tiempo, de que iban a hacerse cargo de la custodia de tu legado, en Elche, no en Orihuela, dos profesoras de inglés. Como si se tratara del Cisne de Avon, nada mal evocado, por cierto, porque las maniobras de la nuera reproducen las pasiones, impulsos, dudas y pequeñas tragedias que rondan el corazón humano.
Esa materia en la que era tan ducho don Guillermo el de Stratford-upon.Avon. Es lo que dispuso entonces la comisión del área socio educativa del Ayuntamiento de Elche, con los votos en contra del PP. La creación de una Comisión Rectora, compuesta por, Cerdán Tato, (¿qué boda sin la tía Juana?), Emilio Parra, Luis Almarcha, profesor de francés, María Paz Egido, profesora de inglés, Lola Peiró, profesora de Filología inglesa y Francisco Tenorio, pedagogo terapéutico!!! (Se me escapa tu relación con la enseñanza de críos lisiados). Pero con tal de meter gente en el pesebre…¡Que no farte de na!…Un pequeño Pentecostés hernandiano. Además, claro, de tu nuera y el alcalde…Emplazamiento, el edificio de la Orden Tercera de San José. Duración, un septenio. Mientras tanto, en Orihuela, las obras para tu sede continuaban e iban a ser ampliadas. Un solo poeta para dos ciudades, la propia y la impropia. Una nuera que se decantaba por la solución menos congruente y feliz. Un alcalde que absorbía lo que no le correspondía, como si tuviera pocas cosas, Dama, Palmeral, Misteri, Alcudia. Y un poeta partido por la mitad, dividido en dos, como si le tirasen de un brazo los ilicitanos y la nuera y del otro Orihuela y la España del sentido común. Se han empeñado siempre en no dejarte tranquilo. En disputarse tus despojos. En no respetar la correspondencia de tus cosas con su entorno, lo que hiciste con donde se hizo, junto a aquel “con quien tanto querías”…
No es la voz de la sangre la que yerra el camino. Esa no suele equivocarse. Tu nuera, con todos mis respetos, es una advenediza familiar. Tú no puedes ser ni estar (¡que maravilla la diferencia de ambos verbos entre nosotros, esa merma del francés!) en mejor lugar que donde naciste y te hiciste, en español, aquel español casi panocho de Orihuela, que tan poco tenía que ver con el inglés de las dos custodiadoras ni con el francés del otro vocal de la Rectora. El pobre y sencillo pato del Segura, pardo y modesto, tratado, lingüísticamente, como si fuera el cisne del teatro inglés, a caballo de los siglos XVI y XVII. Ya puestos, ¿no podíamos haber escogido profesoras, filólogas y profesores, no de inglés y francés, sino de español y catedráticos de Literatura y no de Historia, como el señor Almarcha? El que no podía faltar era Enrique Cerdán Tato. Nunca falta la cerdada. Siempre que se trata de ti, las contadas veces que se hace, acuden a él antes que a Vicente Ramos, por ejemplo, verdadero albacea de tu memoria, depositario de tus cosas y autor del primer auténtico descanso de tus huesos. Quien tanto ha querido, contigo, aunque no alcanzase a tratarte personalmente. Además de un hombre ilustre, sabio y bueno, quien más conoce de ti.
Ahora, estos mismos y justos (es un decir) días, nuevamente a vueltas con tu legado. Parece que tus herederos pretenden arrebatarle a Elche tus cosas porque no aceptan los tres millones de euros que el Ayuntamiento ofrecía por ellas. Y dicen que lo hacen porque este ha recurrido a terceros intermediarios en lugar del contacto directo con la familia. Estás en el mercado Miguel, como una cebolla de aquellas de tus nanas. No quieren comisionistas, por lo visto. Y dicen, además que ni tres ni tres mil. Que no es una cuestión de dinero sino de cuidado por tus cosas. Aunque anuncian que tienen otras ofertas…¿Tu legado son unos objetos y unos libros?¿ Papeles? ¿Se puede poner precio a Miguel Hernández? Se atribuye, precisamente ahí, en Elche, consagrado por la Humanidad, “valor inmaterial” a un palmeral y a ti, se te valora materialmente, con entidad financiera.
Pobre Miguel, traído y llevado. Rentabilizado económica y políticamente. Convertido en marca. Te lleven donde te lleven, estarás siempre en el corazón de aquellos que contigo, tanto hemos querido…
Leo, día 10 de Noviembre de 2009, que parece que va en serio la rehabilitación de la casa donde naciste, a los ocho años del proyecto aprobado, obras iniciadas hace unos días y visitadas por la consellera Miró que dice que se van a aprovechar para convertirla en un museo audiovisual sobre tu vida y tu obra, en colaboración con TVE. ¿Qué no harán contigo, compañero del alma, compañero? Museo audiovisual…La señora Miró aprovechó la ocasión para asegurar que se volcarán contigo el año que viene, conmemoración de tu centenario. Medio millón de euros para “diferentes actividades”…A todo esto, el gobierno central, la ministra de Cultura, sigue mirando a otro lado. Le importan más los artistas del no a la guerra (la de Irak) y sí a la de Afganistán, capitaneados por la mamá del Atapuerca Bardem. Quiero decir Juan Diego, Sacristán, Miguelito Bosé, Concha Velasco, Willy Toledo, Pedro Almodóvar, el argentino del “cordón sanitario”, Ana Belén, Almudena Grande y tanto más majadero subvencionado. Los del dedito curvado sobre la ceja. Caraduras titiriteros. La verdad es que hasta ahora, a la ministra concerniente no le ha dicho nada el centenario de un poeta como tú, que, además, fuiste de su gremio ideológico si es que tiene alguno. No te importe, Miguel. Los que contigo “tanto hemos querido” y seguiremos queriendo, te tendremos levantado todo el año próximo y los que le sucedan y duremos, el mismo sencillo altar en nuestro hermano y amistoso corazón. El corazón que se estremeció con tu enorme Elegía a Sijé, tan espectacularmente shakesperiana, y, sobre todo, con las Nanas de la cebolla, ese universo inmenso de belleza, ternura y pasión. ¿Qué sabrán de eso estos ceporros?
Naciste con un destino trágico, querido Miguel. Ahora te toca ir de acá para allá entre los que te tocan mal y los que ni se acuerdan de tocarte. Tú lo llegaste a saber. Los políticos son mala gente. ¡Que Dios te bendiga siempre, compañero del alma! Y muy feliz próximo centenario, primero de los que se celebrarán en tu honor, “por años sin tiempo” como decía el Libro. Tu legado eres tú, tu obra, lo que dejó entre nosotros tu genial talento. Y ese legado no necesita protección de nadie ni estimación mercantil alguna. Bendito Miguel, compañero del alma, compañero…