Toda una vida: María Del Carmen Alonso Pérez, “Carmina”

Carmina nace un 22 de noviembre de 1930 en México D.F., en el seno de una familia de 5 hermanos (Carlos, Carmina, María A., Eduardo y María Amalia), cuyos padres Carlos y Amalia, emigraron a México D.F. para encauzar sus vidas y poder ofrecer a sus hijos un futuro mejor. Carmina nos recibe en su casa a la hora prevista y con la simpatía y el optimismo que la caracteriza. Es una mujer que a sus 78 años goza de un aspecto físico envidiable que deja ver a la Carmina deportista y ganadora de innumerables trofeos a bordo de su bicicleta tándem con el equipo de la ONCE. Amante de los animales y la naturaleza, han pasado por su casa 6 perros guía, y formó parte de la lista electoral de los Verdes. Su falta de visión no le ha impedido tener una vida intensa y emocionante, donde en ciertos momentos ha tenido que tomar decisiones de mucha trascendencia y valentía. Encontramos también una Carmina familiar, cariñosa y pendiente de los suyos, así, nos recuerda con orgullo el gran apoyo que supone para ella el tener a su lado a su hijo David y sus seis nietos (Sergio, Cecilia, Joan Sol, Celeste, Marina y Elisa Etnia), pero hay alguien muy especial y que hace poco más de un mes le ha dado uno de los títulos más importantes de su vida, el de Bisabuela, su biznieto Iago. Carmina Alonso nos da todos los días un ejemplo de pundonor y superación para enfrentarse a los problemas cotidianos del día a día desde el handicap de la falta de visión, que en ningún momento le impiden saborear y disfrutar de la vida y de sus aficiones favoritas como la de hacer labor de punto, tocar el piano o pasear por Novelda. En varios momentos de la entrevista, Carmina nos destaca que “me siento muy feliz de pasear por Novelda y que la gente me pare para saludarme, estoy muy agradecida”.(PINCHA GALERÍA DE IMÁGENES)
TEXTO: ANTONIO AYALA

Comenzamos la entrevista con el único testigo de la grabadora porque ella así lo quiso, de cuerpo a cuerpo y solos sin que nadie nos moleste.

Comienza la conversación recordando como su abuelo paterno (guardia civil), cuando se retira se traslada con la familia a México donde tenía contactos con unos familiares. A la edad de 26 años, Carlos (padre de Carmina), viene a España (Novelda) a conocer la tierra de sus padres, y es cuando conoce a Amalia (madre de Carmina) y se casa con ella. Tras nacer su primer hijo en Novelda (Carlos), la pareja y su hijo se marchan a México para establecerse, y es allí donde en 1930 nace Carmina.

Sus padres deciden por problemas de salud de la madre, volverse a Novelda cuando Carmina contaba con 3 años y estarían viviendo en Novelda hasta la edad de 14 años que volverían a México. Son tiempos difíciles para la familia, llega la Guerra Civil y al padre de Carmina lo encierran en la cárcel y lo incluyen en el listado de personas que iban a ejecutar con José Antonio Primo de Rivera, pero unas gestiones desde México le salvaron la vida. Cuando terminó la guerra, el padre de Carmina (Carlos Alonso), fue el primer alcalde de Novelda, hasta que volvió nuevamente a México.

En esos primeros 11 años que Carmina vive en Novelda, estudia con la maestra María Genaro en la calle “el Carril”, después en el colegio Carmelitas y por último en Los Padres, donde nos cuenta la anécdota de que sólo había 5 niñas, y donde por sus travesuras, algún castigo de limpiar los escritorios de toda la clase tuvo que cumplir.

A la edad de 14 años, Carmina vuelve a México en uno de esos interminables viajes por mar que duraban 33 días y que daban para conocer a toreros que iban a hacer la temporada a América y de donde su hermano Carlos cogió la afición a los toros.

Un año después de volver a México, y a la corta edad de 15 años, Carmina encuentra el amor de su vida, David, un mexicano “chulo y guapísimo” nos dice con emoción,y que la convertiría en madre a la edad de 22 años.

Son años muy difíciles y donde Carmina tiene que tomar a una edad tan joven, decisiones importantes y valientes que afectarán al resto de su vida, pero donde siempre contó con el gran apoyo de su familia y en especial de su padre.

Después de nacer su hijo David, Carmina decide volver a España y establecerse definitivamente en Novelda. Trabaja como responsable de Cáritas, en la empresa la Improver de la calle Cid, em la oficina de butano de Amadeo Raspadori y en la corresponsalía del banco Hispano con Joaquín Juan. Posteriormente en el año 70, ingresa en la ONCE, trabajo que realiza durante los diez primeros años vendiendo el cupón puerta a puerta y los últimos 15 años desde su quiosco de la C/ Castelar, en total 25 años que la llevaría a la jubilación a sus 65 años de edad en el año 95.

A la edad de 40 años, Carmina, que venía arrastrando desde siempre problemas de visión, se queda ciega definitivamente, pero su carácter positivo y luchador, hacen que afronte esta situación con dignidad y valentía a conseguido así llevar una vida normalizada, valiéndose por sí misma y demostrando así, que “si quieres, puedes”.

En su nueva etapa de persona invidente, Carmina nos recuerda la importancia de sus seis perros guía. El primero se llamaba Elsa y como los tres primeros, vinieron de Palma de Mallorca, El cuarto fue a por él a Rochester (E.E.U.U.), el quinto se llamaba “Julio Chico” pero “le llamábamos solamente Chico” y este ya era de la ONCE, como el actual que se llama “Xar”.

En cuanto al medio ambiente es tajante “Hay que defender del medio ambiente y reciclar”. Ella predica con el ejemplo y en su casa se recicla todo ordenadamente, como también participó en la lista del partido político “Los Verdes”, pero lo de la política no va mucho con ella y cuando le preguntamos sobre el tema, nos dice “ver (señalando el corazón), oír y callar”.

Deportista, nos enseña con satisfacción los títulos conseguidos con el equipo de la ONCE en la modalidad de tándem en bicicleta, Campeona de España con 60 años, y medalla de bronce en Francia. Recuerda sus entrenamientos con el profesor de Novelda Vicente Díez y otros pilotos que mandaba la ONCE.

Entre la aficiones que tiene Carmina, la más importante es la de hacer labor de punto, que realiza a diario desde su “Santum Santorum” como le llama ella al rincón preferido de su casa. Ha regalado ponchos y mantas por doquier, e incluso tiene un álbum con las fotos de las mejores faenas.

Se nos termina la página y nos queda muchas cosas por decir, y muchas historias y anécdotas que Carmina nos ha ido contando a lo largo de más de tres horas de una emocionante y placentera conversación, pero es que su vida, no se puede resumir en una página, por lo que Carmina y otras personas que hemos entrevistado como ella, y muchas personas que jamás llegaremos a entrevistar, deberían de animarse y escribir sus memorias para dejar constancia de sus vidas ejemplares.

“Cerramos la grabadora, y en ella se quedan sin ver la luz algunos fragmentos de la vida de Carmina que pertenecen a la más estricta intimidad, por deseo expreso de su protagonista”.

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4 COMENTARIOS

  1. yo tengo la gran suerte de tener una de esas famosas y preciosas mantas, gracias carmina , y tambien os puedo decir que las cocas que hace estan de rechupete.
    un besito.

  2. No se si entrarás aqui, o si te leerán esto. Pero quiero recordarte un encuentro que tubimos hace años TU Y YO.

    De esto hará unos 5 o 6 años….. Una mañana, me disponía a ir a comprar el pan y te ví en medio de la carretera en el parque de al lado del DECADA 60 (Yo lo llamo el parque de la guardia civil) Pues en esacalle estabas tú, justo enfrente del cuartel de la guardia civil. Te vi parada y hablandole a tu perra (creo recordar que era hembra) y el animal no se movía. Estaba acostada en el suelo y tú decias: «Venga, muevete bonita……..» Pero la perra seguía tumbada.
    Me acerqué a tí y te pregunté que si necesitabas ayuda, que estabas en medio de la carretera y era peligroso.
    Me diijiste que tu perra no se movía que si te podía ayudar a llegar a la iglesia de San Roque. Y así lo hice, tú misma me guiaste por que calles ibas y por donde querías ir. Pasamos por la calle «Ruperto Chapí» y sin yo decirte nada me dijiste que calle era. Cuando llegamos a la iglesia de San Roque y te acompañé hasta la puerta, me dijiste que ya no hacía falta más, que ya podías tu sola y yo como tenía prisa tampoco cedí a acompañarte hasta el interior de la Iglesia. Pero justo antes de irme, me diste las gracias y preguntaste mi nombre: – Jose, te respondí yo. Dijiste que nunca te olvidarias de mi nombre, y que siempre recordarías que te ayudara ese día.
    Ahora muchas veces cuando te veo por la calle, me dan ganas de pararte y decirte que yo fui ese niño de 13 años (Ahora 20) que te ayudó a llegar a la iglesia de San Roque, pero siempre me hecho atrás por si has olvidado ese momento, ya que deben de pasar muchas cosas por tu vida en un mismo día, y como dije antes, fue hace muchos años y puede ser que no lo recuerdes.

    De todos modos te digo que fue un placer haberte ayudado y tras 7 años, aun me acuerdo de ese momento.

  3. Hola, yo soy Lourdes Alonso, vivo en México DF y mi abuelo era hermano de Eduardo Alonso, hermano de Carmina.
    Me encantaría poder contactarte para así saber más acerca de mi familia.
    Saludos y un abrazo,
    Lourdes Alonso

  4. Encuentro por casualidad este artículo, ya publicado hace 12 años y recuerdo muy entrañablemente a Carmina, con la cual tuve el honor de salir a rodar en tándem. Incluso llegamos a participar en do carreras oficiales, en Denia y en Totana. Gratos recuerdos me trae esta mujer, todo optimismo. A veces me recitó un poema: «No me cuentes penas. / Cuéntame alegrías/ que para saber de penas / Ya tengo las mías»

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