Ver para creer

Art. de opinión de Charly Rebel

La pérdida de un hijo en una guerra a la que le has animado a ir, debe ser motivo suficiente para que alguien tan inteligente como Sir Conan Doyle, capaz de crear un personaje inmortal como el lúcido y sagaz Sherlock Holmes, quisiera creer a fe ciega en los espíritus y en la posibilidad de comunicarnos con ellos.

Cualquiera que haya visto la serie de fotografías de mis vidas pasadas, sabe a primera vista que se trata de fantasías creativas, con toques de humor flemático, que me brinda la posibilidades de manipulación que ostenta el medio fotográfico desde sus orígenes; y que, con el desarrollo de la potente herramienta PhotoShop, ya nadie duda de que la este medio pueda mentir en la misma medida que se puede usar como prueba de verdad.

Mr William Hope engañó durante toda su vida a cientos de personas haciéndose pasar por médium de la fotografía. En sus fotos aparecían seres queridos muertos de aquellas  personas que retrataba. Tras haberse demostrado que todo era un truco (la SocietyforPhisicalReserach, por medio de Harry Price, demostró que sustituía negativos con imágenes de supuestos fantasmas). Conan Doyle, indignado por estos ataques a la veracidad de este tipo de fotografías, escribió The case forspiritphotography, en el que defendía a capa y espada la autenticidad de este fenómeno sobrenatural.

Y lo mismo le pasó con el caso de las hadas de Cottinley en el que dos niñas, Elsie Wright de 16 años y Frances Griffiths de 9, tomaron numerosas fotos en su jardín en el que aparecían hadas y gnomos (cualquiera hoy en día se da cuenta que se trata de recortes de ilustraciones de la época). En aquellos momentos estaba de moda la teosofía y el momento era ideal para que casi todo el mundo se lo creyera.

Doyle jamás aceptó ninguna de las evidencias que demostraban ambos fraudes. Esto llevó a Massimo Polidoro a escribir: “…es prácticamente imposible (y fútil), intentar convencer a alguien que quiere creer, aún estando delante de los hechos que prueban lo contrario”.

En 1966 se podía leer de Hope en The focal encyclopediaofphotography lo siguente: “sin lugar a dudas, era un esquizofrénico. En una parte de su personalidad había un hombre honesto e ingenioso, mientras que en la otra había un falso médium que utilizaba oraciones y salmos para realizar sus operaciones fraudulentas.

Pero antes de que se lleven las manos a la cabeza piensen que en Novelda hubo escuelas y asociaciones espiritistas. Consulten la historia. El Mestre Fenoll, que tiene una calle aquí, era uno de ellos (fundador del Centro Espiritista Noveldense) y era una persona cultísima que escribió interesantes libros en los que se aprecia su filosofía pacifista, feminista y antitaurina entre otros temas tan en boga hoy en día.

Como detalle curioso, si se leen la memoria del Congreso Internacional Espiritista que se celebró en Barcelona en 1935 podrá ver que había 21 asistentes de Novelda.

Tampoco debe extrañarle que la abundancia colegios privados religiosos en el pueblo se debió probablemente a una maniobra del Clero para contrarrestar el auge que estaban teniendo las escuelas espiritistas,a las que acudía la boyante burguesía noveldense y que, además de enseñar a leer (detalle que era y es un peligro per se para el status quo) estaban inculcando ideas socialistas y ateas.

La  historia está llena de oscuros pasillos y de gente que cree en espíritus y otros seres, por encima de toda razón o evidencia. Pero no puedo dejar de sentir empatía por las personas que sufren y luchan para aliviar su dolor como mejor pueden.

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