El patio de columnas del Centro Cultural Gómez Tortosa acogió la charla de la fotógrafa catalana Lídia Vives, que contó su trayectoria artística y por supuesto el trabajo que realizó con Jesús Navarro para la revista Betania 2018.
Vives es fotógrafa artística especializada en el retrato, concretamente en el autorretrato. Cuenta con una trayectoria muy larga a nivel artístico, y se caracteriza por utilizar sus inquietudes, obsesiones y fobias a modo de inspiración.
Nació en Lleida, la ciudad de la niebla, y destaca que su afición por el arte le llegó a través de su padre, abogado aficionado a la pintura, que se convirtió en referente para ella. Desde bien pequeña lo tenía claro, quería ser artista, y especialmente pintora, siendo en la actualidad su padre, su mayor crítico.
Durante la charla enfatizó su trayectoria, sus inicios en el mundo del arte a través de la pintura, cómo le ha influenciado en su trabajo conocer las obras de distintos artistas o cómo ha afectado la evolución de la tecnología en su visión de la fotografía.
Señaló que lo que le hizo abrir las puertas al mundo de la fotografía fue la visita a una exposición, hasta ese momento «pensaba en la fotografía como una forma de capturar recuerdos, pero no como un medio artístico».
“La fotografía es la forma más clara de expresar sensaciones y sentimientos»Comenzó su andadura con el autorretrato, «la anatomía humana siempre me ha llamado mucho la atención y, con el autorretrato, practicas contigo misma, sirviendo como terapia para explicar lo que tú estás sintiendo». Vives se utiliza a ella misma como si fuera un lienzo, por lo que resalta que su relación con la pintura sigue activa en sus trabajos de fotografía.
Para que sus imágenes no pierdan la autoría al subir sus fotos a las redes sociales, se le ocurrió crear un juego, y esconder secretos en las composiciones fotográficas, para que sus seguidores «estudiaran mis trabajos», colocando su logotipo de manera sutil, o utilizando números que esconden códigos y frases que a la artista le gusta utilizar y ocultar en sus imágenes, para así interactuar con ellos.
En este mundo hay mucha competencia, y si quieres triunfar hay que tener «un poco de morro», así fue como consiguió contactar con diseñadores «top», o trabajar con el grupo musical «Love of Lesbian».
«Pinto con luz y en vez de pinceles utilizo una cámara» Una fotografía tiene muchos significados, todo depende de la persona que la está viendo, «no se puede controlar la forma en la que la gente interprete nuestras imágenes, según lo que quieran ver, se interpretan unas cosas u otras». De esta forma Vives, iniciaba el final de su charla, hablando de las fotos que le hizo a Jesús Navarro para la revista Betania 2018. Destacó que cuando se le presentó la oportunidad de «fotografiar a un empresario, tatuado, con sesenta años, es muy llamativo y no me podía negar». Señala que «intentamos que fuera lo más artístico posible, trabajando con las luces y las formas del cuerpo».
Cuando un artista expone su trabajo, sabe que va a tener opiniones de todo tipo, y destacó un comentario en redes sociales, sobre el trabajo que realizó para Jesús Navarro, diciendo finalmente que «cada uno ve lo que quiere ver, y con ese comentario, esa persona se quedó con que salía un hombre desnudo, y no vio si la foto era buena o no».
Una anécdota en el momento de la sesión de fotos con el empresario, es que Lídia obligó a Navarro a hacer ejercicio antes de la sesión, para que el cuerpo se mantuviera con las formas más definidas. «Esperábamos que este trabajo causara impacto, pero no tanto revuelo» afirmaba.
Puede parecer excelente poder mostrar los tatuajes que una persona puede tener en su cuerpo, y que las fotos sean artísticamente espectaculares.
Pero opino que no es un tema principal de un Betania hacer un monográfico de 10 hojas referentes a los tatuajes de una misma persona.
Esta revista anual es del pueblo y puedo asegurar que hay muchas más noveldenses que también tienen en su piel leyendas impresas a modo de tatuajes.
Pienso que si se quería dar sentido a este modo de expresarse, estas 10 páginas dedicadas a tan afamado noveldenses, con una gran fotógrafa como se explcia en el artículo, debieran haberse repartido entre otros noveldenses que llevan también tatuados otros mensajes.